Forbidden [NIAN]

15. Me arrepiento

Narra Alexa...

Me giro solo un segundo para ver a Sophie que me observa con cara de no entender nada. Bueno, yo tampoco entiendo mucho pero no quiero exagerar con esto, Paul solo quiere hablar conmigo, como la gente normal lo hace.

Me volteo una vez más hacia él y sonrío calmada.

-Ok... todavía nos queda un poco de tiempo antes de que acabe el recreo -me levanto de mi silla y tomo mi mochila. -Nos vemos luego -le digo a Sophie y ella asiente sonriente.

Doy un par de pasos hacia Paul y él sonríe tímido. Es lindo, hasta me parece sexy con ese pelo y esos ojos misteriosos, pero enserio, Ian ya ocupa todo mi jodido y confundido corazón.

-¿Y de que querías hablar? -pregunto animada mientas caminamos afuera de la cafetería.

-Yo... yo -Paul titubea y me parece tierno. Un chico tan serio pero tan tímido a la vez es raro. -Quería saber si tu... -él se detiene en seco y suspira. Yo lo miro confundida. -¿Te gustaría salir un día de estos Alexa?

Oh no.

¿Salir? ¿Salir como?

¿Como conocidos? ¿Compañeros de clase? ¿Amigos? ¿Cita romántica?

Si es la última opción, no sé que haré.

-¿Salir? -digo nerviosa y me siento estúpida.

-Si... amm -él rasca su cabeza y frunce un poco el ceño.

De verdad siento que le cuesta hacer esto y lo entiendo. Yo tampoco soy miss popularidad.

-Eres la única chica con la que he hablado desde que llegué... ya sabes, no soy de hablar mucho -sonríe y yo imito su acción. -Me gustaría que me mostraras la ciudad y aún mejor si podemos pasar un tiempo... juntos -mete sus manos en los bolsillos de su pantalón y vuelve a sonreír expectante.

-Yo... -lo miro confundida. -Sería genial -sonrío y él se alegra un poco más. -Pero debo advertirte que soy pésima guía turística -bromeo y él suelta una linda carcajada.

-Bueno, también quería enseñarte mi nuevo medio de transporte -él saca unas llaves de su bolsillo y luego me guiña un ojo. -Seguí tu consejo de ayer, y al salir de la escuela volví a casa, tomé mis ahorros del verano anterior, le pedí ayuda a mi papá y compré una camioneta usada.

-¿¡Qué!? -lo miro impresionada.

-Sip -sonríe. -No es la gran cosa... pero pretendo arreglarla y...

-Oye, -lo interrumpo. -Eso es genial -lo animo y me acerco un poco. Paul sonríe de nuevo. -Ojalá yo hubiera guardado mis ahorros del verano -bromeo. -Pero se fueron en mucha ropa y unos pasajes que compré para ir a New York a finales de Junio.

-Eso también es genial -dice animado. -¿Tienes familia allá?

-No -sonrío. -Por lo mismo serán mis próximas vacaciones -bromeo y reímos una vez más.

Paul y yo caminamos y conversamos mientras vamos hacia la cancha atlética donde juegan los descerebrados chicos de fútbol americano.

Nos sentamos en unas galerías y seguimos con nuestra cómoda y para nada extraña plática.

-¿Y sabes conducir? -lo miro dudosa y él asiente.

-Solía conducir en Oregon, pero choqué mi auto contra un poste de luz. -ríe y lo miro sorprendida. -Estaba un poco cansado y pues... el poste se me atravesó. -levanta las manos como si fuera inocente y volvemos a reír. -Al menos no me maté. Solo hice añicos mi jodido auto -suspira.