Capítulo 11

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Taemin no pudo pegar un ojo en toda la noche, tenía pocas ganas de dormir ya que se sentía bien allí con Emma, quería protegerla siempre, y abrazándola sentía que lo hacía, tenía una sonrisa que derretiría a cualquiera que la mirara, a pesar de tenerla tan cerca de su cuerpo la abrazaba atrayéndola cada vez más como si fuera un peluche nuevo, suave y esponjoso.

—Te amo, te amo tanto. —Susurró antes de aflojar su agarre y así cerrar sus ojos cayendo en un sueño profundo como el de ella.

La noche terminó al comienzo de aquella orquesta majestuosa que los pájaros empezaban a formar, al no haber cerrado la ventana aquel armonioso sonido se filtraba hasta llegar a sus oídos empezando a despertar a Taemin y Emma que mientras dormían se movieron más de la cuenta y a causa de ello estaban frente a frente, abrieron sus ojos lentamente hasta que en estos se reflejaba el iris del otro, por un lado Taemin sonrió mientras unía sus manos en su espalda acariciando la parte baja de esta que estaba descubierta, por otro lado Emma volvió a cerrar los ojos para luego parpadear más de una vez, Taemin no la había dejado sola y eso hizo que su cuerpo temblara de la emoción, tal vez tenía una pequeña pizca de esperanza de que el le correspondiera aquel gran amor que tenía hacia el.

—Buenos... —un bostezo interrumpió sus palabras, sonrió luego de aquella acción y sus ojos se entrecerraron, era lo más tierno que Emma había visto—. días —Terminó, posó sus labios en la frente de ella seguido de unas larga sección de caricias en su cabello.

—Buenos días —Contestó ella gustosa de aquel despertar.

Pero el nerviosismo volvió cuando las manos de Taemin subieron por su espalda y empezaron a rozar sus brazos hasta navegar por arriba de la tela de su camisa, miraba atentamente aquel recorrido de sus dedos y rogaba porque el no sintiera o viera nada.

—Ya que es sábado podemos pasear...¿Quieres? —La idea le agradaba, se incorporó y con discreción estiró sus mangas, sonrió tímida y asintió ante su pregunta, iría hasta el lugar más horrible del mundo si el que la acompañaba era Taemin.

—Voy a cambiarme de ropa entonces —Dijo Taemin, contento se acerco a ella y beso su mejilla, parecían una pareja de años. Le guiño un ojo antes de salir de la habitación—. ¡Vuelvo al rato! —Gritó detrás de la puerta.

Emma sonrió y se puso de pie, no tenía idea alguna de a donde iría con Taemin, abrió la ventana aspirando el aroma a flores, los árboles ya tenían las hojas grandes y además hacía demasiado calor, ante aquel inmenso aire caliente que la rodeó tragó saliva, en su armario no había rastros de remeras ni vestidos, tampoco podía usarlos, allí solo había ropa de invierno.

Cerró la ventana molesta, la primavera había llegado y más que primavera aquel día parecía verano.

Tomó la remera mangas largas más fina que tuvo, distribuyó sus pulseras en cada brazo tapando sus muñecas por si aquella tela se le ocurre subirse, para suerte de sus piernas tenía un pantalón corto pero a la vez cubría sus cicatrices en sus muslos.

Ya lista salió de su habitación bajando casi trotando las escaleras, Taemin hablaba con su padre.

—¿Podrías vigilar a Emma? —Se escondió detrás de un mueble al escuchar su nombre, pudo ver desde su escondite a Taemin observar a su padre, confundido.

—Siempre lo hago... —Dijo Taemin, estaba serio, Emma sonrió ante aquello, si el supiera...

—Eh notado que algo está ocultando. —¿Su padre había notado algo? Por puro miedo estiró sus mangas nuevamente.

Taemin estaba más serio, si ella ocultaba algo, ¿Qué era? Su cuerpo tembló, tal vez aquel pensamiento que tuvo la noche anterior era real..

—La vigilare más que antes —Dijo sonriendo.

—Por favor, yo ahora viajaré más de dos semanas. —Su padre miraba a Taemin con aires de nostalgia ¿Porque?—. Has crecido demasiado... —Revolvió su cabello, Taemin se movió abrazando a su padre, los dos siempre se habían llevado bien, como padre e hijo. Miro el portarretratos a su lado, Emma sabía cual era, los tres en el cumpleaños número 36 de su madre, cuando ella tenía apenas seis años, días después su madre fue encontrada en el suelo de la cocina, inconsciente, estuvo en el hospital varias semanas hasta que su cuerpo no resistió.

—Ahora iremos a pasear... —Dijo Taemin—. Voy a buscarla —Emma se escabulló entre los huecos del pasamanos de la escalera y subió sin hacer ruido.

—Puedes quedarte a dormir las veces que quieras, ¿Cuándo se lo dirás? —El sonrió y Taemin soltó un suspiro pesado, esa pregunta siempre se la hacían, claro casi medio mundo sabía sobre sus sentimientos a Emma—. Su madre siempre me decía que algún día los dos formarían una familia perfecta— Taemin tuvo un pequeño rayo de esperanza, pensó que tal vez ella le había hablado sobre ser novios a Emma, era un pequeño empujón que el necesitaba.

—Estoy esperando el momento perfecto, no se si ella sienta lo mismo... —Sintió unos pequeños golpes en su espalda, un rato después había quedado solo en la sala hundido en sus pensamientos.

Se dirigió escaleras arriba y tocó la puerta de la habitación de Emma.

Escucho su voz indicando que pasara, sonrió al verla apoyada en el marco de la ventana, ella siempre se veía hermosa.

—¿Estás lista? —Dijo acercándose a ella posicionándose a su lado.

—Si, lista. —Dijo contenta, no es que fuera la primera vez que salían, pero siempre era una placer.

Solo basto una mirada del otro para que sintieran su mundo de cabeza, sus respiraciones estaban agitadas, era obvio que se querían con todo el corazón, no solo eso, se amaban y ambos querían gritarlo como nunca antes.






Sonríe para mi// Taemin SHINeeWhere stories live. Discover now