Capítulo 1

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 "El silencio es el grito más poderoso"

Leina

Dolor

Eso es lo único que siento, los golpes y patadas en mi estómago me están dejando sin aire, mis ojos se cierran poco a poco, los insultos de aquel demonio se escuchan a lo lejos, intento mantenerme despierta pero un fuerte golpe en mi cabeza me hace volver a recaer en la oscuridad.

(***)

Abro mis ojos lentamente, a mi alrededor las paredes eran de un color grotesco y sucio, me encontraba en una camilla dura y fría, a mi lado izquierdo había una máquina que media mis latidos, y mis brazos estaban cubiertos de cables.

Suspiro lentamente -otra vez – pienso mientras vuelvo a cerrar los ojos.

Esta era la cuarta vez en el mes que sucedía esto, últimamente si una razón o motivo los golpes de mi "demonio personal", se habían puesto un tanto fuerte, al grado de mandarme por cuarta vez al hospital.

Según por lo que escuche en el baño hace unas semanas, Damon había encontrado a su mate, pero ella lo había rechazado, ya que se había enterado de como maltrataba a los humanos, al parecer su mate estaba en contra del maltrato hacia nuestra especie. La verdad es que hubiera preferido que nos odiara. Así él no me hubiera lastimado tanto.

"No seas estúpida, él te hubiera seguido golpeando con o sin mate"-Me habla aquella voz desde mi interior.

En Rigmonsh solo viven hombres lobo y unos pocos humanos, que se pueden contar con Los dedos de una sola mano.

Yo soy uno de ellos, mi nombre es Leina Cleiss y soy una humana.

Cada día lo humanos somos sometidos a burlas y desprecios. En mi instituto éramos 7 humanos, pero ahora solo quedan 4 los otros no resistieron para tanta tortura. 

Me mude a este pueblo a mis 9 años, mi madre que es mitad hombre lobo, encontró a su mate, y nos "obligó" a venir a este pueblo.

Al principio los golpes eran soportables, y mi madre jamás se enteró de lo que sucedía con sus hijas.

Hasta que un día le vi golpeando a mi hermanita, entre en furia y lo enfrente, y desde ese momento recibo más maltratos que cualquier otro humano, aunque gracias a eso ya no golpean a Sky.

Mi madre intento de varias formas que le explicara porque llegaba con moretones o sangre en mi ropa, pero yo jamás fui capaz de contarle lo que me sucedía.

Ella se ve tan feliz junto a su pareja, que no querría perturbar su mente con lo que me sucede.

Su felicidad es muy importante para mí, sin ella ya estaríamos muertas, nos ha cuidado y querido como si fuéramos sus verdaderas hijas y antes de que pregunten. Sky y yo si somos hermanas, pero fuimos adoptabas por Margaret, a la que consideramos como nuestra verdadera madre.

La puerta de la sala que me encuentro hace un chillido que me alerta de que alguien está entrando, por su olor reconozco que es un cambia forma y rápidamente entro en pánico.

Después de tanto tiempo en este lugar se detectar el olor de un cambia forma y un humano.

Los humanos huelen a el olor de las fábricas, y los cambia formas huelen a tierra mojada.

Hasta nuestro olor es un asco.

-como estas Leina-me pregunta el doctor Claus, él me ha atendido cada vez que llego a este mugriento hospital, es algo así como mi doctor personal.

Se me olvidó mencionar que la sala en la que me encuentro es únicamente para los humanos, esa es la razón de su apariencia, ya que las salas ocupadas por los lobos son caras y muy cuidadosamente limpiadas.

El doctor Claus se me queda mirando fijamente, pero yo no le miro y no digo nada.

El suspira y se prepara para volver a hablar.

- ¿me puedes decir que te ha sucedido? – habla lentamente como si le hablara a un bebe que en cualquier momento se largara a llorar por que le quitaron su juguete favorito.

Aunque prácticamente lo soy, con la simple diferencia que en vez de llorar por un juguete lloraría porque, aunque quisiera responderle y contarle todo, no puedo.

- ¿te duele algo? – vuelve a preguntar al ver que no iba a contestar.

Pero solo hay silencio.

(***)

Al llegar a casa mamá estaba histérica y mi hermanita solo lloraba, no sabía qué hacer.

Mi madre gritaba que todo lo que estaba sucediendo era su culpa y por más que yo intente decirle que no era así, mi voz no era capaz de salir.

Sky le había contado a mama todo lo que sucedía en el colegio, los abusos, los golpes y maltratos.

Ella al escuchar todo lo sucedido rompió en llanto culpándose de que todo, que jamás nos tuvo que haber traído a este pueblo.

Al intentar decir que no era verdad y que estaba bien, la voz no me salía.

Hace ya tantos años que no digo una oración completa que ahora no sé cómo se hace.

Ella se fue hace bastante tiempo a la casa del Alpha, en busca de respuestas y justicia.

La verdad es que tengo miedo de lo que pueda llegar a hacer ese demonio, a mi familia y a mí.

(***)

Son las tres de la madrugada y soy incapaz de dormir, mi madre no ha vuelto y ciertamente me estoy empezando a asustar.

¿Le abra pasado algo?

¿Tuvo un accidente?

¿Se quedó varada en la calle?

Un sonido de la planta baja me hace salir de mis estúpidos pensamientos, me remuevo en mi cama temiendo que alguien haya entrado a casa.

Después de unos minutos, la puerta de mi habitación es abierta lentamente y mi corazón empieza a latir desbocadamente.

-Leina sé que esta despierta – escucho la dulce voz de mi madre.

Retiro rápidamente las mantas de mi cabeza y la veo asustada.

- que-e- pa-a-so – hablo con voz débil y entrecortada ya que muy pocas veces hablo.

- he hablado con el alfa, y me dijo que recibirá su castigo, interrogaron a los demás humanos y se tomaron pruebas suficientes como para juzgarlo a muerte-miro mis manos que están llenas de cicatrices, recuerdos llegan a mi mente de cómo se formaron aquellas marcas en mi piel, y sin que me dé cuenta lagrimas caen de mis ojos de manera lenta y tortuosa.

Me quedo en silencio y me recuesto en mi cama respirando con dificultad.

Él ya no va a estar, jamás me va a volver a lastimar.

Soy... libre

Amarrada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora