Capítulo 17

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Dereck 

Nos sentamos en la mesa y dirijo mi mirada a Leina, podía sentir sus nervios a kilómetros de distancia.

Sostuve su mano por debajo de la mesa y ella me miro, sus hermosos ojos me vieron nerviosos y yo opte por dedicarle una pequeña sonrisa que ella me devolvió sutilmente.

Tranquila-Le hable por la conexión de mates que habíamos forjado hace unos días. Ella me sonrió nerviosa y dirigió su mirada a algún punto del comedor.

-¿qué edad tienes?- la pregunta de mi padre fue directa y no dudo ni un segundo en dejar de lado su rostro serio y frialdad.

Maldito viejo.

-die-di-dieciséis -hablo Leina y casi puedo jurar que si no fuera porque soy un hombre lobo me quebraría la mano de tan fuerte que la apretó

-eres humana-más que una pregunta fue una afirmación, su tono despectivo y con cierto asco me provoco unas ganas de estrangularlo hasta dejarlo sin aire de por vida.

-si...- susurro Leina para después mirar triste la comida que estaba en la mesa y soltar mi mano.

-no entiendo como a mi hijo le tocó de pareja a una inservible humana como tú...- comenzó a decir mostrando su verdadera personalidad, pero no lo dejé terminar porque gruñí con fuerza.

-¡suficiente!-grite- cállate- le dije mirándolo con todo el odio y resentimiento que tenía acumulado.

Mi padre me miro con el ceño fruncido con evidente molestia sin embargo no dijo nada más y la cena transcurrió en un incómodo silencio.

Al terminar la horrible cena nos encaminamos a la sala de estar y nos sentamos en un aun incomodo silencio

Leina quien estaba sentada junto a mi miraba algún punto en la pared con concentración mientras mi padre por otro lado la miraba fijamente estudiándola.

-¿resolviste el problema del acuerdo?- volteo sus ojos hacia mí al hacer la pregunta y yo mantuve un semblante serio al sentir como sus fríos ojos me cuestionaban.

-está en proceso- declare y mi padre me dirigió una mirada molesta y arrogante.

-llevas seis meses con ese tratado en proceso, eres un incompetente- apreté mis manos en puños sintiendo como mi sangre hervía ante su insulto.

-Tu estuviste un siglo en guerra sin lograr ninguna negociación, creo que el incompetente es otro- objete y el tono azul de sus ojos se oscureció.

-¡maldito niño insolente!- me grito y se paró molesta del sillón en el que estaba, Leina se sobresaltó a mi lado ante sus bruscos movimientos.

Suspire y lo mire con molestia- vete de mi casa- hable con tono frio y mi padre me miro con el ceño fruncido.

-¡quien te crees para atreverte a ordenarme! -me grito furiosos yo también me pare del sillón sintiendo como Leina imitaba mi acción.

-Dereck...- me susurro y yo dirijo mi mirada a ella-es mejor intentar tranquilizar la situación- me hablo despacio, me sentí más molesto que antes.

Ese imbécil la miro con repulsión toda la cena, le dijo cosas hirientes y aun así ella espera que el maldito se quede aquí.

Lo quiero matar.

-te dije que te fueras- volví a hablar en dirección a mi padre, escuche como Leina soltaba un suspiro de resignación junto a mí, pero no objeto más.

-lo acompaño a la puerta señor- Leina se dirigió a él, aun nerviosa y asustada intentaba aligerar la situación.

-no necesito que escorias como tu estén cerca mío- respondió mirándolo con asco y fue cuando yo explote.

-¡te quiero lejos de mi casa!, ¡y nunca más te atreves a volver a insultar a mi mate!, ella será la próxima Luna de esta manda y no necesito tu aprobación para eso- grite y gruñí furioso.

-¡soy tu padre y el Rey de los lobos me debes respeto chiquillo imbécil!.- gritó mi "padre" si es que se le puede llamar así a semejante imbécil.

-te equivocas eso era antes, yo soy el Rey y dejaste de ser mi padre en el momento que mamá murió, quiero que te vayas o si no tendré que usar la fuerza-dije mirándolo fríamente con odio

Desde que tengo memoria, el jamás me cuido o mostró afecto, por mi sólo mostró desprecio, me culpo por la muerte de mamá, me trato como si fuera una basura y me prohibió llamarle padre, ahora se creía con el derecho de decir que lo era.

Maldito hipócrita

-papi, papi adivina lo que me paso hoy en... -sentí como mi rostro fue golpeado y caí al frío piso de cerámica.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos y mire a mi padre con dolor.

-papi...-dije, pero fui interrumpido por otro golpe en mi rostro.

-no me vuelvas a llamar así maldito mocoso de mierda -dijo con desprecio y se marchó dejándome en el piso del salón con mi rostro rojo por los golpes y las lágrimas cayendo sobre la cerámica.

-te arrepentirás de esto-dijo y salió del comedor con un portazo.

Me derrumbé en el sillón y sentí como mis mejillas se humedecían por las lágrimas que empezaron a caer.

Sentí como un pequeño cuerpo me abrazo y toco mi espalda con delicadeza reconfortándome, beso mis mejillas, me susurro palabras tranquilizándome y acaricio de mi rostro con delicadeza volviendo el dolor más ameno.

-tranquilo, yo estoy contigo, llora si lo necesitas, desahógate yo estoy aquí...- susurro y sentí como me derrumbaba. Las lágrimas salieron a mares de mis ojos y deje que los recuerdos me envolvieran, grite todas aquellas cosas que no pude decir en su momento, todo ese dolor que guarde, todo el sufrimiento que viví...

Amarrada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora