Nuevo rango

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Había pasado una semana, corto tiempo, pero con grandes avances. Jung Soo podía ser un cabron casi siempre, pero no cabía duda de que su puesto era bien merecido. Más de una vez les había dejado en ridículo mostrándoles "como se hacía", pasando todos los obstáculos sin una pizca de sufrimiento, dificultad o duda.

Donghae y HyukJae descubrieron que se acoplaban bien juntos. Ambos competitivos, y dedicados, animándose uno al otro cuando se daban cuenta que lo necesitaban...

La carrera de obstáculos era hasta ahora una de las fases más complejas, todas sus habilidades y condición eran puestas a prueba, por lo que quien se quedaba atrás sin duda no estaba listo aun.

-¿¡Que pasa bebés!? ¿¡No pueden con esto!?- Leeteuk gritaba, atento a cada uno de ellos. -¡Si no pueden tal vez debieron quedarse en sus casas bajo la mantas de su madre. ESTO ES PARA HOMBRES!

HyukJae miró de reojo a Donghae, ambos iban a la par y en sus orbes se leía el reto. Ellos estaban viendo la actividad como un juego, y claro, querían ganar.

-¿Qué pasa Hyuk, cansado?

-No aun- rió sin aliento.

La hora de escalar había llegado, Donghae tomo rápido el camino, mientras que el rubio se atoro a la mitad.

-¡Vamos HyukJae, eso es fácil!- escuchó que le gritaba, al tiempo que su voz iba  haciéndose más lejana.

Jung Soo sonrió observándolos, perdiendo interés en los demás reclutas.

HyukJae sintió vértigo cuando cruzó al otro lado de la pared, tenía que saltar, y esa idea vacilaba en su mente.

-Tengo que hacerlo, tengo que hacerlo- musitó para sí mismo.

-¡Corre Hyuk!

Cerró los ojos y se lanzó, la caída no fue tan terrible como imagino, y ya era hora de alcanzar al peli-naranja.

-Aquí me tienes- anunció con el corazón en la boca del estómago, pero de nuevo a un costado de Donghae.

La meta estaba cerca, solo unos cuantos metros. Aumentaron la velocidad ocupando sus fuerzas de reserva, el polvo se levantó, a lo que el sargento se vio emocionado por conocer al vencedor. Al final....no fue tan sorprendente después de todo, cuando ambos llegaron a la par.

-Esos chicos son geniales- decían algunos otros, alucinados por la resistencia de aquellos que desde el primer día... habían superado las expectativas.

Jung Soo oculto sus manos tras su espalda y borro la sonrisa traicionera que se pintaba involuntariamente en sus labios. -¡Ustedes!- los señaló -¡Vengan aquí!

Donghae miró angustiado a HyukJae, y este solo atino a colocar su brazo sobre su hombro para calmarlo. –No debe ser grave, lo hicimos bien.

Una vez se encontraron cara a cara con su superior, este les aparto del resto guiándolos en silencio hacia la otra zona.

-Señor, ¿Qué hacemos aquí?

Jung Soo les indicó que entrara en aquella pequeña oficina hasta ahora desconocida. Dentro solo había un escritorio sencillo, y dos archiveros medianos, un espacio igual de sombrío que sus habitaciones. HyukJae se percató de la presencia de alguien más ahí, cuando se dirigió al sargento.

-¿Leeteuk? ¿Qué haces aquí?

-Vengo con los reclutas de los que te hable.

-Hum, ¿Donghae y HyukJae?- los aludidos intercambiaron miradas confusas, y luego se centraron en el personaje.

Mi Trébol de Cuatro Hojas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora