Cap. 18: Te amo.

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-Adelante, Kevin...

Él caminó hacia el interior adoptando una cara de pocos amigos, como si no estuviera realmente feliz de haber salido del hospital.

Se paró ante la puerta y estudió con detenimiento la casa de James, como un crítico que duda sobre la eficacia de la presentación de un participante.

-Mi casa es mejor -opinó finalmente.

James soltó un corto suspiro risueño.

-Desde luego, pero ahora es lo mejor que tenemos -contestó, cerrando la puerta tras sus espaldas y haciendo a Kevin adentrarse más en la casa.

Él caminó de mala gana, aunque con un evidente apremio por encontrar a Doble D. Parecía nervioso; con los puños apretados y los ojos muy abiertos. Lo buscaba con una mirada ciertamente asustada, como si temiera que James le hubiese hecho algo.

De paso, mientras Kevin se dedicaba a sólo buscar asustado a su novio, el doctor soltó su abrigo sobre una silla y dejó caer las llaves de su auto sobre una pequeña mesa de madera que descansaba junto a la puerta. Acto seguido, caminó en dirección a la cama, bajo la mirada recelosa de Kevin. Un pequeño bulto con la forma del cuerpo de una menudita persona arropada descansaba en el centro de ésta. James se sentó en un borde y le dio unos dulces toquecitos en la espalda.

-Edd -susurró con voz suave-. Traje a alguien que quería verte...

Pasado tan sólo un microsegundo, el bulto se movió un poco. Las sábanas se destaparon y Doble D sacó su cabecita sin gorro, de pelo negro, observando a James con expresión confundida y evidentemente cansada.

Parecía mil veces más dolido que la última vez que James le vio. No era necesario ser un genio para descifrar lo mal que estaría sintiéndose. Tenía los ojos caídos, tristes, como si sólo tuviera en la cabeza miles y miles de catástrofes y lo único que pudiese hacer fuera llorar. Algo le dijo que tenía una y sólo una imagen en mente: a su amiga muerta, y al parecer no era capaz de quitársela ni un segundo de la cabeza, como si estuviera en una especie de shock. Era evidente... más encima había sido una de las personas que había visto la escena del crimen en vivo y en directo. Lo único en lo que eso ayudaría sería empeorar su esquizofrenia.

Tenía una expresión cansada, a pesar de que seguramente estuvo durmiendo durante varias horas. James no pudo evitar sentirse mal, era como si Edd pudiese transmitirle toda su amargura y dolor con una simple mirada. Tuvo ganas de acariciar sus mejillas, abrazarle de nuevo y jurarle que todo iba a estar bien, pero eso sólo funcionaría para provocar a Kevin; lo mejor sería dejarle ese trabajo a él.

En ese instante, Doble D se volteó, encontrándose de pronto con el rostro preocupado y a la vez celoso de su novio. El doctor notó cómo su cuerpo comenzaba a temblar, como si Kevin hubiese sido alguien a quien no veía desde hacía años. Susurró su nombre con voz cortada, apresurándose a salir de la cama, pero con pasos torpes y dificultosos, y caminando lentamente hacia él. Kevin se dio prisa en acortar la distancia entre ambos, moviéndose más rápido en su dirección y estrechándolo entre sus brazos. Así, Edd se quebró, comenzando a llorar contra su hombro.

James sólo los observó, mientras el joven doctor lloraba con todo el dolor que su cuerpo intentaba sacar, y el paciente lo sujetaba de forma casi egoísta, como si temiera que pudiera caer. Sin duda eran una buena pareja, de las que rara vez se ven. Sonrió. La situación era triste, los problemas hostigosos. Tenían una joven ayudante muerta en el hospital, y sin embargo... esa vista le hacía conmoverse. Se hacían tan bien el uno al otro. Los miró unos segundos más, tan abrazados y cariñosos. Sin duda extrañaba el abrazar a alguien así. No lo había hecho desde la universidad, cuando su última novia, Juliette, se alejó del país para iniciar una profesión.

[PAUSADA] Si Estoy Loco, Es Gracias A Ti. *Yaoi*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora