Cap. 41: Interrogatorios de Kevin.

571 58 39
                                    



Ya todo estaba listo. Edd había procurado hacer del lugar un sitio agradable para aquellos que iban a ser interrogados, y a pesar de los reclamos de Kevin con que "no era necesario", distribuyó tazas, café, azúcar y té alrededor de la mesa, junto con algunos pastelillos que habían sobrado en la cocina. Le preocupaba la idea de los interrogatorios, pues él mismo había estado en uno un par de veces y sabía lo desagradables que podían ser. Es verdad, había sido interrogado por Ethan Phoenix, pero nada le garantizaba una posible amabilidad por parte de Kevin... en realidad, todo lo contrario. Por eso en gran parte quería estar presente, para moderar un poco si es que las cosas se salían de control.

-Lo más importante es el labial –decía Kev a sus espaldas mientras él continuaba agrupando las cucharitas de té en la mesa-. ¿Cómo es que el labial de la víctima estaba allí? Era una habitación compartida... el tonto del asesino no supo esconderlo.

Edd suspiró.

-¿Quién sabe si fue el asesino, Kev...? Es decir... ¿no cabe la posibilidad de que Erika le haya regalado el labial a algún paciente?

Edd sabía que eso era ridículo, ya lo había pensado antes y él mismo se había dicho que no podía pensar eso. Kevin levantó una ceja mientras lo miraba.

-¿Qué probabilidades hay de eso, Edd? ¿Por qué le regalaría un labial que usa siempre a un loco?

Edd miró el suelo.

-Yo... no, no sé... es sólo que... -volvió a suspirar, se lo veía frustrado-. Me cuesta mucho pensar en esto... de que... un paciente es un asesino... un paciente que el hospital tiene suelto por considerarlo poco peligroso... me duele pensar en que... -comenzaron a brotar pequeñas lágrimas de sus ojos.

Kev se le acercó, cambiando de golpe su expresión.

-No, no... Edd –dijo, tomándolo suavemente por los hombros y secándole las lágrimas con sus pulgares-. No llores, tranquilo...

-Es que Kevin –susurró Edd apresurándose en secar sus lágrimas-. No puedo... no, no aquí...

-Edd, todos se equivocan... si acaso pusieron a un asesino en una zona libre, no es culpa de ustedes. Fue un error, ya está. Servirá para el futuro.

-P-Pero Kev... no, no es tanto eso, sino... son... son los pacientes con los que yo trato regularmente, Kevin... sería muy doloroso enterarse de que uno de ellos... cometió un crimen.

Entonces Kevin lo abrazó, besó su frente y hundió la cabeza en su pecho. Luego acarició su espalda, y con dulzura susurró en su oído:

-Todo estará bien... si es uno de ellos, ya sabrás manejarlo... y yo estaré allí, Edd, para ti. Y si no..., pues ya veremos. Pero ahora tienes que mantenerte fuerte.

El doctorcito no pudo evitar sentir un escalofrío con el aliento de Kevin en su oído. Suspiró, despacio, sintiendo que en su cuerpo florecía un nuevo pero intenso deseo por llevar a Kevin a la cama. No pudo hacer más que asentir, respirar y alejarse un poco de su novio, el cual, incómodo por esa reacción tan fría, se le acercó un poco para asegurarse de que todo estaba bien.

-¿Edd? ¿Qué tienes?

-Na-Nada –dijo él, respirando profundo para que las ansias sexuales se alejaran de su cuerpo-. Nada, Kev, sigamos con los interrogatorios... ¿A quién vas a interrogar, disculpa?

Kevin levantó una ceja al ver el rubor que habían tomado las mejillas del doctorcito, y recién entonces cayó en cuenta de lo que pasaba. Pícaro, pues no sabía ser profesional, se le acercó despacio, abrazándolo y pasando suavemente la mano debajo del sweater del muchachito, el cual ahogó un grito cuando Kevin rozó sus pezones.

[PAUSADA] Si Estoy Loco, Es Gracias A Ti. *Yaoi*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora