Aparqué mi gran Audi en el garaje y entré a paso rápido en mi casa. Allí me recibió mi perro. Lo acaricié durante un buen rato y luego me dispuse a cenar.
Pensé en Carla. La nueva fotógrafa.
Una cosa tachada de la lista. Acostarme con una virgen. Fue jodidamente excitante. Enseñarle a masturbarme, a como debe chuparla y demás cosas...uf.
Igual repito con ella y todo.
Le enseñaré a hacer cubanas.
Su tez pálida, su pelo rubio y su cuerpo...Dios.
Me alegra saber que nadie más ha estado ahí salvo yo. Es mía a partir de ahora.
Me reí mientras me comía la ensalada de pasta.
Narra Carla:
Ojalá tuviese a alguien para pedirle consejo sobre lo que me pasó hace unos días. A mi padre le doy igual, no tengo amigos, la familia de mi madre me odia y encima mi madre está muerta.
Genial.
Hoy llovía en la ciudad así que me puse una chaqueta ya que hacía tiempo para llevarla. Entré en la Ciutat Esportiva y algunos jugadores me saludaron de forma afectuosa. Yo saqué mi sonrisa falsa y les saludé.
Llevaba viendo a Marc todos estos días pero él pasaba de mi, ni siquiera me miraba. Así que yo decidí hacer lo mismo.
Yo fui un polvo para él y él fue mi primer chico...en fin.
Después de dejar mis cosas en el despacho me dirigí a la cafetería a desayunar. Me bebí un café y me tome un donut.
Desayunaba en silencio mientras miraba el móvil. El silencio en el que estaba se vio interrumpido por las risas de los jugadores que venían a desayunar. Para dejarles más espacio me puse algo apartada y volví a mis asuntos.
De repente sentí una mano en mi espalda. Me giré y vi la gran sonrisa de Gerard mirándome.
-¿Desayunas con nosotros?
-Eh...no...no quiero molestar.
-No digas tonterías anda, vente, te ayudo con eso-Cogió la taza de mi café y el plato con el donut.
Lo puso todo a su lado y yo me senté. Los chicos me saludaron y fueron muy simpáticos conmigo. Marc me ignoraba por completo, miraba su móvil indiferente.
-¡Hola!
Miré a mi derecha, vi a sonrisa angelical de Sergi Roberto.
-Hola Sergi-Sonreí.
-¿Todo bien? ¿No están siendo imbéciles contigo?
-Que va, se están portando bien, gracias.
-Todo ladrón cree que todos somos de su condición, ché-Dijo Leo Messi riéndose.
-Sergi te ha pegado un buen palaco-Dijo Busquets riéndose.
Nos reímos.
Es muy agradable estar con estos chicos.
Como era costumbre, tuve que estar dos horas haciendo fotos de los entrenos. Llevaba mis auriculares puestos y concentrada captaba instantáneas de los jugadores.
Al acabar me dirigí dentro para editar las fotos. Cuando me dispuse a girar para ir al pasillo me topé de bruces con Marc.
-Hola, rubia-Sonrió.
-Hola.
Seguí de largo, él me agarró del brazo y me atrajo hacia él.
-¿A dónde vas con tanta prisa?
-A trabajar-Dije poniéndo un mechón de mi pelo detrás de la oreja.
-Quiero darte más clases...
-No necesito más clases, gracias.
-¿Tú crees? La forma en la que me gemías el otro día no decía lo mismo...Me la pones tan dura. Imagínate.
Suspiré y me dirigí al despacho. Él vino detrás. Me agarró de la cintura y me beso invadiendo mi boca con su lengua. Luego subió sus manos por mis pechos y se relamió.
-Enséñamelas.
Aparté sus manos con brusquedad.
-¿Pero tú quién coño te crees que eres? Tuviste lo que querías, búscate a otra, yo no quiero más.
-Pero yo si quiero-Me cogió del brazo y me metió dentro del despacho.
-Me importa una mierda lo que tú qui...
Me interrumpió dándome un beso. Me agarró de las caderas y siguió besándome, luego me miró.
-¿Qué decías?
-Que te largues de aquí. Eso decía.
-Quiero de esto-Subió sus manos por mis pechos.
Lo empujé con esa fuerza que tan bien escondía.
-¡FUERA! ¡YA!
Mi grito resonó por toda la habitación. Él me miró riéndose arrogante y salió fuera.
Yo me quedé mirándo la puerta cerrada intentando no echarme a llorar. Respiré hondo y reprimí lo asustada que estaba en esos momentos.
Narra Ter Stegen:
Después de ese arrebato de Carla me fui a entrer riéndome para mis adentros.
¿Te piensas que conmigo va a colar eso de chica dura Carla?
Muero por tirármela otra vez. Que se entere quien fue el primero.
Bueno, si se resiste mucho me pajearé o ya iré a algún burdel y estaré con la típica a la que le pierden los futbolistas.
Me duché y hablé con mis compañeros un rato. Luego fui a recepción y puse mi carita de niño bueno para sodomizar a la recepcionista.
-Hola, guapa-Sonreí.
-Hola Marc-Sonrió moriéndose el labio.
-¿Tú podrías hacerme un favor enorme, enorme, enorme?
-Lo que sea, cielo-Me miró sonriendo.
-La dirección de Carla Domenech, y el teléfono.
Se le cambió la cara.
-Porfa...te lo compensaré, lo prometo.
Me sonrió y me lo dio todo escrito en un papel. Yo me acerqué y la besé en la mejilla.
Me dirigí a casa y me puse a pensar en lo del otro día.
Madre de dios, verla tan inocente cumpliendo mis órdenes me puso muy, pero que muy caliente.
Marc, estás enfermo.
Veremos qué cara me pone cuando me presente en su casa.
Me reí al pensarlo.
