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Días después de volver de Cadaqués yo no podía estar más feliz. Todo iba medianamente bien y mi relación con Marc cada vez iba a mejor.

Una de esas tardes después de volver de la playa me dirigí a casa de Marc para verle y estar un rato con él, pasamos la tarde juntos y acabamos como siempre, perdiéndonos entre sus sábanas mientras me acariciaba todo el cuerpo.

Después de ese momento acabamos en la piscina dándonos un baño mientras el atardecer caía en la costa de Barcelona.

-¿Cómo sigue todo con tu familia?

-Bien, aunque mi padre está algo flojo, pero en fin, peor puede ser.

Me besó el hombro.

-Se pondrá bien, él y la situación, ya lo verás.

-¿Y tú? ¿Qué tal Dani y tu familia?

Se quedó un momento en silencio.

-Hace días que no hablo con Danielle, y mi familia bien, tienen ganas de verme.

Sonreí.

-Ya verás que se soluciona.

-No lo creo, tampoco quiero-Dijo serio.

Me giré a mirarle.

-Podríamos...antes de irnos...volver a Cadaqués...-Me mordí el labio-Me gustó mucho ese pueblecito.

-Pues vamos, sin problema, 5 días tu y yo-Sonrió.

Me sonrojé y se acercó a besarme.



Dejamos las maletas en el pequeño piso que alquilamos para 5 días en Cadaqués, el ventanal del salón daba a la playa y eso me encantaba, habíamos llegado justo por la tarde y el sol empazaba a dejarnos los últimos resquicios antes de irse.

-¿Te apetece que salgamos a cenar por ahí, cielo?

Asentí.

Después de arreglarnos un poco, salimos. Las calles estaban llenas de vida y eso me encantaba. Yo miraba a todos lados embelesada. De repente, Marc me sorprendió agarrándome de la mano.

Yo le miré sorprendida. Él me sonrió.

La cena en el restaurante griego que elegimos transcurrió tranquila y divertida mientras que veíamos como los turistas (algunos de estos griegos) bailaban el Sirtaki alegres. Nosotros dábamos palmas mientras nos reíamos.

"OOOOOOOPA"

Los camareros nos ofrecieron una bebida alcohólica llamada ouzo, venía en chupitos y repartieron varias rondas, invitaba la casa. Nos las bebimos y Marc y yo nos reímos al sentir el sabor tan amargo del licor.

-Parece tequila.

-Ya ves.

Puso su mano en mi pierna, yo le miré.

-¿Te lo estás pasando bien?

Asentí.

-Me siento como si estuviera en Grecia.

-Ya ves, Grecia es maravillosa.

-¿Has estado?

-Sí, en Mykonos, ¿Y tú?-Dijo bebiendo de su vaso de agua.

-Yo estuve en Santorini y en Atenas, es otro mundo.

-Totalmente, podríamos...ir alguna vez.

Haunted - Marc-André ter Stegen {Terminada}Where stories live. Discover now