Bruno

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Ya había pasado tiempo desde aquella noche, al menos unas dos semanas y La Bolsa ahora estaba escondida bajo mi cama , el viaje de mi tía se había alargado así que aún tenía tiempo de deshacerme de la ella.
Seguí con mi vida normal, supongo... pero el plazo límite cada vez estaba más cerca, no tenía idea de cómo conseguir el dinero, bueno si sabía... pero era arriesgado. Si daba al menos un paso en falso, podría ser descubierta y expulsada del colegio.
Había hablado con Pía y Antonia, no la historia verdadera, solo la parte en que tenía droga para venderles, habían accedido, pero no la comprarían toda.
Eran fardos de droga dentro de una bolsa, dios ¡¿que haría con ello?!
Me vestí para ir al colegio, tenía que iniciar un rumor y allá gente vendría a mi. Técnicamente esto arruinaría toda mi reputación y si llegara a pasar algo sería a la primera que culparían por todo.
Bruno me pasó a buscar, las últimas semanas habíamos estado un poco  distantes y llegaba a buscarme justo a tiempo.
Le había contado todo estaba molesto por no haberle pedido ayuda, pero ninguno de los dos hablaba del tema y yo no sería la primera en hacerlo.
Comenzó a sonar en la radio la canción
Wannabe de las Spice Girls , y en menos de 30 segundos estaba cantando a todo pulmón para hacer enojar a Bruno, quien detestaba esa canción desde que éramos pequeños.
-¡Vamos Amy deja ya de cantar esa canción tan irritante¡, gritó un par de veces, pero solo me limité a subir el volumen y a cantarla aún más fuerte.
-Oblígame, chillé y entonces Bruno estaciono el auto y se limitó a bajar para entrar al colegio.
Vi mi reloj y eran las 8 en punto corrí al salón, dejando de lado a Bruno.
Cuando llegue encima de mi mesa había una nota de Ignacio:
"Recuerda que la fecha límite es en menos de dos semanas Amy".
Mis manos comenzaron a temblar, arrugue el papel y lo metí en mi bolsillo.
-Bien Alumnos, dijo el profesor Esteban, quien nos hacía clases de matemáticas, separen sus bancos es hora de un examen sorpresa.
Cuando llegó la hoja a mi estaba en blanco, había olvidado por completo el plazo límite, tenía los ojos llorosos y estaba intentando contar las lagrimas lo que más podía. Mi cuerpo no ayudaba mucho ya que solo me limitaba a temblar como si estuvieras bajo la nieve con shorts y una polera de manga corta.
-¿Se encuentra bien?, me preguntó el profesor. Negué con la cabeza y el me acompañó afuera del salón donde no pude contener más las lágrimas y explote mientras notaba que mis manos temblaban cada vez más.
Mi profesor me miraba preocupado pero simplemente no podía mantener compostura en aquel momento, mi cabeza estaba apunto de explotar.
-Vaya a enfermería señorita, dijo Esteban sin más.
Preferí no negarme, camine lo más rápido que pude pero a unos pasos de llegar alguien me detuvo. Era Bruno quien me abrazo y comenzó a acariciar mi espalda para que me calmara.
-Déjame ayudarte, me dijo.
-Bruno, no quiero meterte en esto, sollocé.
-Amy, no tienes salida, déjame ayudarte con esto, insistió.
-Vale, ¿Y como se supone que vas a ayudarme? , dije mientras me apartaba de sus brazos y lo miraba directo a los ojos.
-Véndeme un poco de droga, dijo sin más.
-Olvidado, le conteste dándome media vuelta hacia la enfermería.
-Vamos, Amy, me desharé de ella, como si nunca hubiera estado allí, sabes que podría pagar tu deuda completa, pero jamás me dejarías, déjame comprarte la mitad, no seas terca.
-Prométeme que te vas a deshacer de ella, le dije en seco.
-Lo prometo Amy, entonces... ¿Que dices?, dijo nervioso.
- Pasa a mi casa después del colegio, me haré la enferma ahora para ir a casa.
Ese había sido mi primer maldito error. Cuando Bruno pasó a buscar la droga por la tarde a mi casa, llegó Cassidy como una maldita sorpresa, la cuál casi me saca el corazón del pecho cuando le estaba pasando el paquete a Bruno. Mi tía llego diciendo que el fin de semana nos iríamos al norte a pasar unos días, lo que significa que me tenía que deshacer de todo para el Viernes y ya era día Miércoles.
Lo único que me quedaba por hacer era esparcir el rumor.

Hasta que tu misma te consumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora