capitulo 51

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Hola chicas\os primero os agradezco a todos por sus buenos comentarios. Saque algo de tiempo para escribir no es un gran cap. Pero vale para que la espera no sea tan agónica Jjjj disfrutarlo. 😘 nenas








Elizabeth

Era feliz, yo era feliz nuevamente. Ahora tenía la familia que siempre había querido.
Recuerdo como aquella llamada de Dante termino en un parto.
Sonreí por el recuerdo. Ya habían pasado cuatro semanas desde que me puse en labor de parto. Y hoy ya tenía a mi pequeña Mackensi en mis brazos. Es tan hermosa y debo agregar que es igual a su padre.
Es prácticamente igual a su hermana Débora.
La cual no a soltado a su papi desde que nació su hermanita.
Hace todo tipo de cosas para que Dante cargue lo menos posible a Mackensi. Sin pensarlo empecé a reír.
Esa niña es toda una manipuladora.
Dante había salido hace unas horas
y desde el nacimiento de Mackensi, no hemos hablado de todo lo sucedido con respecto a mi gran mentira. Vale se que debemos hablarlo.
Aquello no es algo que se olvide tan fácil. Solté un suspiró y justo en ese momento, Mackensi opto por llorar.
La moví de un lado a otro en mis brazos. Fue calmandose poco a poco hasta que se volvió a dormir.
Me dirigí a la habitación de Mackensi la deposite en su cuna le di un beso en la frente y baje por algo de agua.
Con el vaso casi vacío mi mente voló o más bien se transportó a varios escenarios.
Dante había evitado hablar del tema de mi mentira. Lo se, lo hacia por no hacerme pasar un disgusto pero yo sabía que en el fondo moría por hablar del tema, no era para nada fácil olvidar esa pequeña mentira. Vale, vale que lo se, no es una Pequeña mentira, es una enorme mentira, la cual debe tener sus explicaciones. Y unas buenas.
Deje el vaso sobre la encimera y me dirigí hacía la sala y me senté en mi futón favorito. Suspiré y me pregunte que era esto? Dante estaba en casa desde el nacimiento de Mackensi. Bueno desde que volvimos a la nuestra.
No me miraba directamente, sonría y platicaba pero siempre lo hacía con cautela. Y vale aquello si que me molestaba.
Y por eso debía acabarse todo este lío en el que yo sólita me había metido.
Yo amo a Dante amo la idea de la familia feliz. Vale que no fue una idea lo eramos en verdad mucho antes de todo esto y pues yo quería eso devuelta.
Y demonios yo lo iba a tener nuevamente.
En ese momento sentí como el teléfono sonó.
Me levante del futón casi refunfuñando me sentía tan cómoda ahí, que una vez en el era casi imposible levantarse.
Tome la llamada y al terminarla, pensé que no era un mejor momento para que los niños se quedaran con su abuela así y yo podría hablar tranquila con su padre.
Volví a la habitación de Mackensi y ahí estaba durmiendo plácidamente. Vale que mi hija es toda una lindura.
Mire la hora aun era algo temprano para que Dante llegara a casa.
Así que me senté en una silla que utilizaba para darle de comer a Mackensi y me puse a leer un poco, o a intentar terminar un libro el cual llevaba más de tres meses intentando terminar. Vale aquello es lo que causa tener hijos y mucho más cuando son tres. Suspiré nuevamente y mejor retome mi lectura.

Dante

Me sentía agobiado, los negocios cada vez me estresaban más, sonreí instantáneamente. Llegar a casa y ver a mis hijos era algo que quería hacer últimamente..
Ver todo lo que Débora hacia para que pasara más tiempo con ella y no con Mackensi era ya divertido y emocionante, aquello ya se me estaba haciendo una costumbre, llegar a casa y ver que era aquello que tenía preparado para mi. Volví a sonreír, todo lo que hacia mi pequeña me divertía mucho. La sonrisa se borro de mi rostro al recordar. Si, si lo se.
Y luego estaba ella.
Suspiré de pura frustración.
Amo a Elizabeth pero cierta parte de mi no me deja estar tranquilo.
No lo voy a negar, sentí pánico cuando se complico lo de su embarazo.
Y me prometí en aquel instante dejar todo atrás. Pero por un demonio no puedo.
Tal vez debo intentarlo más.
O lo mejor que podría hacer es hablar del tema. Se perfectamente que es por aquello que no me siento para nada bien.
Mire la hora aun y era algo temprano para regresar a casa. Pero Joder es mi empresa por lógica soy el dueño y yo puedo hacer lo que se me venga en gana.
Me levante de mi asiento tome las llaves y mi maletín y me fui a casa..............
Después de unos minutos ya me encontraba en la entrada metí las llaves y en segundos estaba dentro.
Todo estaba en silencio.
Tal vez ambas dormían? Pero y los mellizos?
Ya es hora de que estén aquí?
Subí las escaleras silenciosamente y en cuánto me encontré frente a la puerta de Mackensi la abrí. Sonreí por aquella escena mi hija estaba dormida en el pecho de su madre con uno de sus regordetes deditos en su boca y Elhd también pero claro sin el dedo en su boca.
Preferí bajar y dejarlas descansar.
Estaba en el cuarto donde me había quedado por todos estos días. Empecé aflojarme la corbata, de pronto sentí como mis dedos se deslizaron por aquella prenda que resultaba tan familiar o mejor dicho sentía lo importante que era ya que fue un regalo de cumpleaños de mi mujer.
Mi mujer aquello se escucho también.
Sonreí, de pronto me vi transportado unos años atrás, to jamás hubiese imaginado algo como esto.
Ser padre no de uno si no de tres hijos. Y tal vez lo más aterrador que era o más bien en ese entonces era algo completamente absurdo para mi en aquellos tiempos. Casarme, y enamorarme en el intento.
Dios amo a esa mujer. Amo a mis hijos. Amo a esta familia, jamás pensé que pudiera haber algo tan? Bueno no puedo describirlo ahora, solo se que aquello es único y es algo que jamás cambiaría por nada parecido. Y valla que no ahí nada remotamente posible que se le compare a el ser padre y amar a una mujer como amo a Elh y a mis hijos. Tenerlos es lo mejor que me pude jugar. Y se lo agradezco al abuelo. Sin esa absurda idea de aquel estúpido juego al desafianme por casarme por la empresa jamás hubiese conocido a Elizabeth.
La mujer testaruda y a la vez tan diferente a todas las que había conocido.
Me pase la mano por la cabeza, definitivamente estaba colado por mi esposa. Sonreí y decidí bajar por algo de agua o mejor por algo mucho más fuerte que un simple vaso de agua. Lo que necesitaba justo ahora es un vaso de whisky, y uno doble.

Elizabeth

Desperté por un golpe, vale por un estruendo, el cual debo confesar en realidad es la caída de un vaso, puse con cuidado a Mackensi en su cuna y baje haber que había ocasionado aquello, antes mire la hora y diablos había pasado más de una hora desde que me recosté en aquella silla supuestamente a "leer" y lo que termine haciendo fue dormirme. Suspire definitivamente nunca terminaría de leer aquel libro.
Mi mente se puso en blanco o mejor dicho mi subconsciente quería salir corriendo de mi cabeza como un conejito asustadizo a esconderse, al pensar que aquel ruido lo había ocasionado Dante, de solo imaginar que era él sentí pánico, aquello solo significaba una sola cosa el momento había llegado. debía enfrentar mis problemas existenciales.
Baje lenta y silenciosamente las escaleras para encontrarme justo enfrente de mi a Dante.
Volví a suspirar y a sonreír débilmente. Y un hola de lo más tímido salió de mi garganta algo que creó y ni se escucho. O bueno tal vez un poquín.

-Dante tenemos que hablar- alcance a decir al mismo tiempo que él decía algo similar. Mi corazón empezó a latir a mil por hora. Al darme cuenta que él también quería hablar conmigo.

-Dante- volví a repetir.
- tenemos que hablar. Se que me porte o vale admito que no debí haber ocultado algo como aquello.

Vi como su expresión cambio en segundos. Estaba algo confundido.
Volví a suspirar y continúe hablando.

- Se que ya te lo dije antes. Pero tenemos que aclararlo. Se que aunque no me lo digas en el fondo mueres por hablarlo. E notado que me odias.....

Vale no pude resistirlo más y me puse a llorar como una estúpida. Vi como Dante se acercaba y de pronto sentí como sus brazos rodearon mi cuerpo. Y sus palabras resonaron en mi cabeza haciéndome sentir única y especial. Vale aquellas palabras no hicieron más que hacerme la mujer más feliz del mundo. Volvió a repetirlas.

-No te odio, yo te amo y ya no veo la vida sin tí. Sus palabras quedaron resonando en mi mente.

- Tu y mis hijos son mi vida entera, y se que aunque eres muy testaruda y me ocultes cosas, eso no es motivo para odiarte. Lo has entendido?...

Casamiento Sin Amor(Terminada) Where stories live. Discover now