U V P

¿Se acabo?

Lo miré mientras caminaba hacia mi casa, pero no pensaba seguirlo antes de aclarar esto.

—No puedes responder sólo eso ¿cómo es que puedes ser tan amigo de Cindy y no puedes hablar tranquilamente con Mindy?

Pregunté cruzando los brazos y mirándolo, sin moverme de mi lugar.

—Vamos ¿podemos caminar y hablar? Pronto comenzará a llover.

Dijo mientras me miraba esperando que lo siguiera, negué con la cabeza.

—Me encanta el agua, no tengo problema con eso, así que me quedaré aquí hasta que me digas una respuesta coherente.

Dije seria, él cruzó los brazos y me miró enarcando una ceja.

—Me disculparé con ellos, ahora vamos, comenzará a llover pronto.

Dijo preocupado, no veía porque tanto problema con la lluvia.

—Supongo que una disculpa con ellos estaría bien, pero aún no respondes el porque eres así con ellos.

Dije aún sin moverme, una gota de lluvia cayó en mi mano, él se dió cuenta de eso y comenzó a caminar de nuevo hacia la casa.

—Te diré todo cuando estemos bajo techo, lo prometo.

Dijo, pero no iba a creerle cuando no me ha podido responder desde el principio, seguro me diría cualquier cosa para que deje de preguntar.

—No, no me moveré de aquí hasta tener una respuesta, y si te vas y me dejas aquí...significa que no te importó y...que no quieres estar conmigo.

Dije mientras intentaba retener las lágrimas dentro de mis ojos, él se detuvo y me miró sorprendido, pero antes de que pudiera contestar algo comenzó a llover en gran cantidad, él hizo un sonido extraño y desapareció, miré por todos lados pero no estaba cerca.

Comencé a llorar ¿esa había sido su respuesta? ¿estaba dejándome? No podía ir a casa, necesitaba hablar con alguien.

Pensé en ir con Mindy, quizás Marcus, pero recordé que seguían molestos, seguramente no me recibirían, fui a casa de Charlotte, aunque quizás en vez de consolarme, lloraría conmigo, sabia que al menos me escucharía.

Llegué, casi todo estaba apagado, toque la puerta esperando que alguien escuchara y me abriera.

Nadie abría, toque una segunda vez, esta vez no tardó en abrir, Enderson me miró sorprendido.

—Valla, parece que te quedaste encerrada en la tormenta.

Comento riendo nervioso pero sin acercarse, al verlo no pude evitar llorar.

—No, tranquila, te traeré algo para que te seques, ven.

Dijo mientras cerraba la puerta, lo seguí, me dió una toalla y comencé a sacarme el cabello.

—Veré si Charlotte tiene algo de ropa que te pueda prestar.

Dijo intentando salir, pero no quería quedarme sola.

—Espera, no me dejes...yo, no me importa haberme mojado, necesito hablar con alguien.

Dije a punto de volver a llorar, él me miró con pena, se acercó de nuevo.

—Bueno, quizás no pueda aconsejarte, pero puedo escucharte, si es lo que necesitas.

Respondió amablemente, asentí con la cabeza, suspire para tranquilizarme y no volver a romper en llanto, le conté todo desde que nos separamos para ir a nuestras casas, escucho atentamente sin interrumpir en ningún momento.