☪- Capítulo 6.

1.1K 143 5
                                    

CAPÍTULO SEIS

Bec estaba obsesionada con los hombres lobo. Le había descubierto la serie de Teen Wolf y al parecer le había dado por estudiar más sobre esos seres hasta el punto de obsesionarse. A mí me suponía un problema, como entenderéis, pero no me atrevía a gritarla que se callara.

—Y también encontré un dato súper interesante sobre ellos —mencionó mirando su ordenador con el ceño fruncido.

— ¿El qué?

—Los mates. Dicen que son como parejas normales, pero que les une un lazo demasiado fuerte como para poder separarse por un gran tiempo. ¡Se morirían! Y es la cosa más posesiva y protectora que he leído de momento sobre ellos. Al parecer el mate no dejará que ningún otro hombre lobo toque a su pareja, protegiéndola con su vida incluso...

—Tonterías —negué aunque con algo de duda. ¿Sería verdad y yo podría tener un mate? ¡¿Tendría un novio en alguna parte de manera inconsciente?!

— ¿En qué piensas? Te has quedado muy callada —frunció el ceño mi amiga.

—Verás, Bec, tengo que contarte algo...

— ¿¡Cómo se te ocurre, Riley!? ¡¿Sabes el peligro en el que nos has puesto a todos?! —me regañaba mi padre.

— ¡Pero Bec no le dirá a nadie! ¡Yo confío en ella!

— ¿Y si se le escapa, uh? ¡Maldita sea! —gritó golpeando la pared.

—Papá, cálmate... —murmuré— ¡Es que se estaba poniendo demasiado pesada con el tema y sabía demasiadas cosas! ¡Podría haberme descubierto sin problemas y prefería que se enterara por mí que de otra forma! —me defendí.

—Hombre, viéndolo así... tiene razón, Daniel —dijo mi madre colocando su mano en mi hombro.

—Asegúrate de que no se lo diga a nadie —gruñó. Asentí seria, mirando a mi madre.

—Dijiste que Bec sabía demasiadas cosas... ¿te ha contado alguna? —preguntó suave ella.

—Sí. Básicamente sabe todo, desde la primera transformación hasta cómo morimos. ¡Incluso investigó algo llamado mate! —dije, y noté que mis padres se tensaban— ¿Qué pa...? ¡No puede ser! —dije al darme cuenta de sus rostros— ¿Es cierto eso? ¿Existen los mates?

—Cielo... —miró a mi padre—Hay que contárselo. Toma asiento. Tú también, Noah—pidió mi madre. Mi hermano y yo nos sentamos en los sofás y nuestros padres enfrente.

—Sí existen los mates —comenzó mi padre— Pero no de la manera que se cree. Es todo mucho más cruel.

— ¿Mamá y tú sois mates? —pregunté. Asintieron con una pequeña sonrisa.

—Veréis, en las historias lo pintan todo de rosa y en realidad no es así, comenzando porque el mate que te toque es el único que tendrás para toda tu vida a no ser que haya alguna excepción —explicó.

—El mate que os toque os puede rechazar fácilmente pronunciando unas palabras y condenándoos a la tristeza eterna —habló ahora mi madre.

— ¿Y cómo sé cuál es mi mate? —preguntó Noah impaciente.

—Espera que termine. Vuestros mates, normalmente suele estar más generalizado en los hombres que en las mujeres, serán totalmente posesivos con vosotros. Mucho. Si es que os acepta, claro. Seréis solo de esa persona. Es obvio que hay amor, sí —sonrió mirando a mi padre— Y mucho. Las sensaciones incluso aumentan en comparación con las humanas.

—Uno de los aspectos en los que os veréis completamente pertenecientes de alguien es cuando vuestro mate os marque. Son los hombres los que tienen que marcar a la mujer con un mordisco en el cuello, dejando así impregnado un olor que dejará más que claro que sois mates. Este acto se produce cuando os acostéis con vuestro mate —dejó de hablar para mirarnos. Mi padre sonrió con burla y prosiguió hablando— ¡Oh, casi me olvidaba! Riley, si es que tu virginidad aún sigue intacta —comenzó mi padre mirándome duramente. Tragué saliva— procura mantenerla así. A tu mate no le gustará nada que no seas virgen, quiero decir, lo podrá soportar pero no le gustará que hayas estado con otro hombre antes de esa forma. Se pondrá celoso.

—Bueno, ¿podemos pasar a la parte importante de cómo encontrar nuestro mate? —pedí sonrojándome. Mi madre rió asintiendo.

—Vuestro mate tendrá un olor específico, vuestro olor favorito. Vuestro padre huele a hierbabuena —sonrió tomando su mano—Pero me temo aguarte la fiesta, Riley, porque tardarás un tiempo en darte cuenta de quién es tu mate.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué solo yo?! ¿¡Qué hay de Noah!? —me quejé.

—Tu hermano te saca dos años. Lleva el tiempo necesario tras su transformación como para reconocer a su mate —explicó.

—Vaya mierda, a este paso moriré sola... ¿Cuánto tiempo es necesario exactamente?

—Depende. En personas tarda meses.... —comenzó mi madre.

Y en otras años —finalizó mi padre.

Riley en multimedia.

HAZEL. [W#2] DESCONTINUADAМесто, где живут истории. Откройте их для себя