☪- Capítulo 7.

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CAPÍTULO SIETE

Maldije una vez más mientras trataba de adiestrar al maldito perro. ¡Es que no me hacía caso y se lo había repetido como quinientas veces ya!

Y diréis que cómo llegué a esta situación, bueno... ¡Necesitaba un trabajo! Y pensé que al ser una mujer-lobo podría adiestrar perros fácilmente. Pero por lo que veía iba a ser más difícil de lo que pensaba.

Eran las ocho de la noche cuando me rendí y fui a dimitir. Estaba a punto de hacerlo cuando el perro me rozó con su pata, me miró y se hizo el muerto. Aguanté un gritito de felicidad y le acaricié detrás de las orejas, ¡había logrado que hiciera el truco! Ahora quedaba el adiestramiento, pero... ¿no podía esto ser una señal del destino?

Sonreí y me despedí de la dueña del lugar, Nancy, para volver a mi casa. 

— ¡Hola familia e invitados! —grité entrando, contenta.

—Hola Riley —dijeron como si de muertos se tratase. Les miré. Estaban todos tirados en el sofá y vagueando. ¡Y yo mientras trabajando! Serán egoístas...

—Noah, ya podrías buscarte un trabajo y dejar de vaguear —espeté recogiéndome el pelo en una coleta. Me tocaba a mí hacer la cena—; ¡te parecerá bonito tener a tu hermana pequeña trabajando y tú viendo la tele! —me quejé poniéndome el delantal.

—Como digas, pulgosa.

—Chucho.

— ¡Niñata!

— ¡Malnacido!

— ¡Malcriada!

— ¡Perro con diarrea!

— ¡Riley! —gritó mi padre en advertencia.

—Perdón —gruñí—. ¿Perrito caliente o  hamburguesa?

— ¡Hamburguesa/Perrito! —dijeron Nathan y Noah respectivamente y a la vez. Aguanté la risa.

—Elegid uno.

—Hamburguesa —gruñó Nathan.

—No, el perrito es mejor.

Shallow soltó un lloriqueo mientras soñaba y no pude evitar soltar una carcajada. Que oportuno.

— ¡Votos por el perrito caliente! —grité. Mi madre y Noah levantaron la mano— Gana la hamburguesa —dije. Escuché a mi hermano quejarse mientras comenzaba a preparar todo.

Puse If Today Was Your Last Day de Nickelback y comencé a cocinar mientras tarareaba la canción.

No pude evitar pensar en mi vida tras la transformación. Habían pasado solo dos días y mi cuerpo estaba cambiando. ¡Tenía más culo! Eso era un punto a mi favor.

Vale, ya seriamente. Corría muchísimo más deprisa que antes, como si mis ya súper-desarrolladas habilidades hubieran mejorado aún más. Mi fuerza era más, mi aguante a los golpes había mejorado y la curación era más rápido. Mi visión y olfato eran algo del otro mundo, y ya ni hablemos de la audición.

Aún no había tenido la oportunidad de transformarme otra vez pero ya tenía ganas. Terminé de hacer la cena y la coloqué mirando a todos levantarse cual zombies y sentarse sin ganas, sobretodo mi hermano.

—Noah, ¿quieres un vaso de agua? —ofrecí ''amablemente''.

— ¿Qué mosca te picó? —se burló dándole un bocado a su hamburguesa.

Sí, Noah, búrlate mientras puedas hablar...

Soltó un chillido de nena tirando la hamburguesa al plato de golpe y buscó desesperado la jarra de agua. Literalmente se lanzó el agua encima y sacó la lengua. Yo, por otra parte, me caí al suelo mientras reía como loca.

— ¿Qué hiciste, Riley? —preguntó mi padre con esa mirada de ''te vas a enterar'' que tanto me daba.

— ¿Quizás se me fue la mano con el picante? —dije haciéndolo sonar como una pregunta mientras seguía riéndome.

Era la mejor hermana del mundo, lo sé.


Mi hermano seguía sin poder hablar porque le salía la voz rasposa y yo me reía cada vez que lo intentaba. Me asesinaba con la mirada mientras veíamos una película. Yo aún no me había quitado el uniforme de clase y estaba algo incómoda, pero estaba tan enganchada que no podía perderme ni un segundo de película.

—Eh, Noah —Llamé a mi hermano cuando los créditos salieron—, no me tomes muy en cuenta la bromita, ¿sí? Te amo —Sonreí burlona mientras me levantaba—. Me iré a dormir, hasta mañana —dije subiendo las escaleras. Todos me despidieron y escuché a Lindsay decir que se encontraba mal, pero simplemente no le presté atención y subí a ponerme mi cómodo pijama de vaca y dormir.

Sinceramente había algo que no me cuadraba en todo esto. Mi color de pelaje. No entendía por qué tenía que ser negro como el de mi tía. ¿Y si traía mala suerte o algo? Sí, lo sé, era una tontería pensar eso pero mi cabeza no dejaba de trabajar alrededor de ese tema.

Decidí dejarlo de lado y dormirme de una vez, porque, de alguna manera, sentía un martilleo constante en mi cabeza y una sensación de nervios por todo el cuerpo; tantos nervios que tenía las manos congeladas.

☪  

Me desperté de golpe. Había tenido una pesadilla sobre la muerte de mi tía y había sido horrible. Era como ver y sentir todo en primera persona, sin embargo yo no podía moverme. Solo observar a través de los ojos de mi tía. Y era aterrador, porque me llevaba a pensar que entre ella y yo podía haber algo más que una conexión de lazos de sangre.

Aún así, fueron los gritos del jardín los que me hicieron fruncir el ceño y poner los pies en el suelo para levantarme. Me coloqué unas zapatillas de andar por casa y abrí la puerta de mi cuarto dispuesta a bajar a ver qué ocurría, pero cuál fue mi sorpresa al ver a mi madre, mi padre y mi hermano en el centro del pasillo.

— ¿Qué está pasando? —pregunté sobándome los ojos.

—Eso es lo que vamos a averiguar —contestó mi padre cargándose con una escopeta. Sí, mi padre era tan maníaco con la seguridad que tenía una escopeta para casos ''extremos''—. Quedaos aquí —Nos dijo a Noah y a mí. Fruncí los labios.

Ni de coña.

Esperé a que se fueran y miré a mi hermano. Agudicé el oído hasta que escuché que abrían la puerta y bajé las escaleras con Noah detrás de mí. Salimos al jardín y corrimos hacia donde estaban mis padres, que era la zona de detrás de la casa. Estaba lista por si necesitaba transformarme, pero...

¿Alguien podía explicarme por qué se le estaban partiendo los huesos a Lindsay?


Noah en multimedia.

HAZEL. [W#2] DESCONTINUADAWhere stories live. Discover now