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Bruce:

Extrañaba mucho a Angelique, me va a llevar mucho tiempo superar su muerte, pero ¿Porqué? , todavía no logro entender como le sucedió esto. Quizábalguien entró a la casa y se escondió. Si, eso creo yo.

Justamente hoy era el funeral de Angelique y también le daban de alta a Alaska. Claro, ella no sabía nada. Ahora yo tendría que pensar como decirselo, debido a que Alaska le tiene mucho aprecio a Angelique.

Eran las 6:30 am y fuí al hospital por Alaska. Entré al hospital y pregunté a una enfermera, me hicieron firmar unos cuantos papeles para autorizar la salida de Alaska. Luego, otra enfermera me llevó a la sala donde se encontraba ella.

-Papá, hola

-Hola Alaska, ¿Te sientes mejor?

-Si, mucho mejor. Y una pregunta... ¿Dónde esta Angelique?

-Alaska...

En ese momento, comencé a llorar. Angelique iba a hacer falta, por supuesto, no lo podía decir, pero tenía que hacerlo.

-¿Papá?

Alaska:

Mi papá comenzó a llorar como nunca lo había hecho, definitivamente algo malo debía estar pasando.

-¿Que pasa?

-Angelique... - dio un pequeño suspiro - Angelique murió.

-No, no puede ser...

En ese momento perdí la cabeza, ¿Cómo? , ¿Cuándo?, esto no era posible, no...

De repente, comencé a llorar, no podía parar, Angelique era una persona muy especial para mi y para mi papá, no se merecía esto.

La enfermera encargada apareció con dos vasos con agua. Le dió uno a mi papá y otro a mí.
En cuanto a ella, solo se limitó a decir una cosa.

-Lo lamento... siento mucho su pérdida.

Mi papá siguió llorando, recostado en la camilla donde yo estaba anteriormente.

Igualmente yo me sentía muy mal poco mi papá, debido a que ya había perdido a mi madre, y ahora a Angelique.

Cuando mi papá logró calmarse un poco, finalmente pudimos salir del hospital.
Y en efecto, tuvimos que dirigirnos al lugar donde se llevaría a cabo su funeral.

-En el funeral-

April:

Definitivamente cuando un problema se soluciona, otro peor aparece.

Me había enterado de la muerte de Angelique, ya que había llamado a Alaska y ella estaba llorando sin parar, así que después me explicó toda la situación.
Luego de que me explicara, rápidamente fuí al sitio donde se haría el funeral.
Aunque no haya hablado mucho con Angelique, sé que era una persona muy especial para Alaska y debía apoyarla.

Alaska:

Estaba con mi papá frente a la tumba de ella. Solo mirabamos detenidamente, cada uno sin expresión en el rostro, la brillante lápida sobre la cual yacían varias rosas blancas.

Cuando todos se fueron y solo quedabamos mi papá y yo, nosotros colocamos las rosas sobre la tumba.

El clima estaba frío, el cielo oscuro, como si en cualquier momento fuese a llover, y se podía sentir una atmósfera de soledad y tristeza.

Mi papá y yo veíamos la tumba muy detenidamente, cuando luego de un rato, el me habló.

-Alaska, creo que tomaré medidas.

-Bueno, entonces, ¿Cuándo nos mudaremos?

-No, eso no lo creo. A lo que me refiero, es que de alguna manera voy a conseguir que esa casa sea más segura, y sobre todo me aseguraré de instalar cámaras en algunos sitios.

-Eso espero, pero me gustaría que me creyeras.

Y después de eso nadie dijo nada, solo permanecimos escuchando el sonido del viento.

............

Ya habíamos vuelto a la casa. Mi papá solo se dedicó a seguir su trabajo en su laptop, pero no decía ni una sola palabra, y esto era comprensible tomando en cuenta lo que sucedió.

Ya había pasado una hora después de haber llegado, cuando de repente alguien tocó a la puerta.
Mi papá abrió, y eran varias personas que parecían ser de una compañía de seguridad, y en efecto, eso eran.

Luego ellos entraron con varios equipos, y mi papá me pidió que saliera mientras instalaban las cámaras de vigilancia.

Salí y lo único que hice fué comprar algunos libros que estaban en oferta, para luego leerlos en el parque, en la misma banca, como siempre solía hacer.

Luego de un rato, escuché una voz que me llamaba, subí mi vista para ver quien era y se trataba de Deniss, el amigo de Alaska.

-Hola, ¿Te puedo acompañar?

-Claro, si quieres.

-Y ¿Estás bien?

-¿Por...?

-Ya sabes... lo de la muerte...

-Ah sobre eso, creo que me tomará un tiempo superarlo. Aún pienso que ella no debía haber muerto.

-Ya veo... lo siento.

-No te preocupes.

-Y bueno, ¿Alaska cierto?

-Si.

-Bueno, ¿Que te parece si vamos por un café?

-Si, eso estaría bien.

Esto era algo extraño e inesperado, pero aún así no rechacé la invitación a pesar de la extraña vibra que emitía Deniss.

Ya habíamos llegado al café, buscamos una mesa y nos sentamos.

Ya había pasado mucho tiempo desde que entramos, y me sorprendió ver que él y yo teníamos muchas cosas en común.

Ya había oscurecido, así que me dirigí a la casa.
Todas las cámaras de vigilancia ya habían sido instaladas y se podía vigilar desde la laptop de mi papá. También se había instalado un sistema de alarma, por si alguna persona intentaba entrar cuando nosotros no estuvieramos. Igualmente con todo esto instalado, yo me sentía insegura, porque yo sabía que lo que me provocó algunas extrañas cosas, no era una persona. De igual manera, mi papá iba a seguir sin creerme, entonces no me quedaba de otra que seguir ahí.

Decidí irme a dormir, lo cual se me dificultó un poco, ya que no me podía sacar a Angelique de mi mente. Pero al fin, lo logré.

Desperté pero aún el cielo estaba oscuro. Miré la hora en mi celular, 2:50am. Cuando me volteé, me quedé unos segundos en una misma posición, pero luego traté de moverme, pero no podía. Tampoco lograba gritar, pero al menos mis ojos no estaban cerrados.

Después de un rato así, algo me comenzó a golpear en mis brazos, pero lo extraño era que no se podía ver nada. Los golpes se hacían más y más fuertes, así que ya no aguantaba. Luego, algo me golpeó mi cabeza, pero no había nada. Esto era como si algo invisible me estuviese golpeando con la intención de matarme. Sentí golpes fuertes en mi estómago, y luego en mi nariz. Ya había comenzado a sangrar. Finalmente, un golpe en mi cabeza, hizo que me desmayara.

La Casa 323 Where stories live. Discover now