Sábado 17, 23:00

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SÁBADO 17 de diciembre – 23:00

Isak estaba completamente fuera de sí.

El viernes había aceptado la propuesta de conocer a los padres de Even. Lo había hecho a la ligera, sin darle demasiadas vueltas al asunto, perdido en los ojos de su novio y con los nervios de siempre esta vez ahogados en el alcohol que había estado tomando antes con los chicos.

El día más importante de su vida estaba llegando a su fin y no lo podía creer. Ahora que lo veía así, como algo que ya sucedió, le pareció correcto llamarlo así: el más importante de su vida.

Se rió de sí mismo. Hace unos meses sólo se la pasaba viendo series y comiendo comida basura. Si alguno de sus amigos se hubiese acercado a decirle que utilizaría la expresión "El día más importante de su vida" muy seguramente lo habría mandado a la mierda sin pensarlo dos veces.

La cena ya había finalizado. En ese momento madre e hijo estaban en la cocina, guardando la comida sobrante que había preparado su suegra mientras Isak esperaba pacientemente en la habitación de Even.

Mientras él estudiaba la misma distraídamente y para pasar el tiempo, la música que salía de la radio no era suficiente como para aplacar el sonido de las risas entre madre e hijo. Le hubiese encantado estar con ellos y ayudar, pero ambos habían unido fuerzas contra él a último momento y lo habían echado de allí diciéndole que era un invitado.

Even riéndose y siguiendo lo que decía su madre, lo tomó de adelante por los hombros y tiró de él hacía atrás mientras estudiaba la perplejidad del rostro de Isak, que sólo podía rendirse y sucumbir ante las demandas.

Notó rápidamente que la habitación estaba meticulosamente ordenada con cada elemento acomodado en el lugar donde correspondía. Isak, que permanecía sentado al borde de la cama, se inclinó para observar el suelo. Efectivamente, no había ni una partícula de suciedad. Todo estaba maniáticamente limpio.

Pensó en que sería buena idea pasar el dedo, sólo para confirmar lo que estaba especulando. Y lo hizo, sólo que no llegó a finalizar la acción. En el momento en que la yema del dedo rozó la madera oscura, Even entró arrastrado por el desenfreno.

Se miraron. Isak sentado en la cama, inclinado y con la mano derecha extendida, Even en el marco de la puerta, todavía sosteniendo el picaporte.

—Debo... ¿tengo que preguntar qué estás haciendo? —dijo Even, perplejo.

—No... —respondió Isak, enderezándose y cerrando la mano en un puño, intentando asfixiar el sentimiento de vergüenza que por alguna razón lo imaginaba concentrado en esa mano—. ¿Tan rápido terminaron de lavar los platos?

—No. —respondió volviendo al estado alegre al que había dejado en segundo plano—. Me echaron de la cocina a mí también, al parecer esta noche no somos lo suficientemente buenos para hacer otra cosa que amarnos.

Cerró la puerta y se acercó a la cama para acto seguido tirarse en ella. Isak en todo momento lo había seguido con los ojos pero no se acostó con él, se quedó sentado un poco más.

—Todo resultó ser como lo imaginé —pensó en voz alta Even, alzando los brazos y estirándolos mientras dejaba escapar un largo bostezo. Cuando se recuperó tiró de la camisa de Isak. —En otro universo paralelo estás acostado conmigo, no ahí.

Fue entonces cuando Isak se acostó también. Los dos se quedaron mirando la luz del techo por varios minutos en silencio, viéndose periféricamente y pensando en el gran paso que ambos habían dado ese día.

Isak habló primero y le preguntó por su habitación, ya que la última vez que había estado allí todo estaba hecho un desastre, como si un huracán hubiese atravesado y desordenando todo a su paso.

ISAK + EVEN » SkamWhere stories live. Discover now