Lunes 27, 15:12

2K 180 3
                                    

LUNES 27 de febrero – 15:12

Una de las pantallas que colgaban del techo —sobre las cajas registradoras— había llamado su atención desde que entró al local y parecía que el combo de hamburguesa doble con papas grandes era la elegida hasta que, poco antes de ser los próximos en pedir, le entró la duda.

Siempre le entraba la duda a último momento.

¿De verdad tenía tanta hambre?

Se preguntaba a sí mismo mientras se giraba para mirar a su novio.

Even, obviamente, nunca sabía lo que Isak pensaba pero aun así le sonreía. A veces también levantaba una mano y le acariciaba fugazmente la mejilla. Isak creía que quizás esa era su forma de pedirle perdón por no saber. Esta vez, sin embargo, cuando Isak lo vio ni siquiera le devolvió la mirada.

—Linn no me creyó cuando la saqué de la cama para que lo viera y yo tampoco podía creerlo cuando lo vi.

—Nadie podía creerlo, parecía una broma —respondió Even a un colérico Eskild con un gesto que mezclaba el ceño fruncido con su sonrisa habitual.

Los dos estaban hablando acerca del inesperado final en la entrega de premios. Los Oscars se habían trasmitido la noche del domingo e Isak sabía de lo que hablaban. La había visto junto a Even.

—Alguien terminó sin trabajo por ese error. Créeme —dijo Eskild.

Isak estaba por meterse en la conversación, pero fueron interrumpidos por una chica vestida con el uniforme de McDonald's que los miraba desde su posición detrás de la caja registradora.

—Bien, ¿qué van a pedir?

***

Los tres se sentaron en un rincón contra la ventana.

El apetito de Isak —por suerte para él— había despertado, por lo que no consideró su compra como un error cuando tomó una papa frita y se la llevó a la boca. Eskild, en cambio, había estado a punto de comprar una ensañada pero Isak se lo había prohíbo. Ahora, sentado frente a ellos, desenvolvía su hamburguesa con mucho cuidado y apenas terminó se puso a evaluar su almuerzo intensivamente.

—Eskild, ¿dónde estaba Noora esta mañana? —preguntó el más chico de los tres con la boca llena.

Even alzó la mirada de su bandeja y miró a Isak. Tenía los dedos manchados con los aderezos, pero al menos había logrado mezclar la mayonesa con el kétchup para mojar las papas.

¿No lo sé? Es cada vez más difícil seguirle la pista...

—Estábamos buscándola, tenemos algo que decirle.

Había aprovechado la distracción para tomar una servilleta y limpiarse los dedos en silencio.

—¿Por eso me invitaron a almorzar? —increpó Eskild, juntando las dos manos y subiendo los codos a la mesa. Había abierto los ojos como platos, pero sólo para que sus pestañas lucieran más largas al parpadear.

—Sí. También porque nos gusta pasar el rato con nuestros amigos —dijo Isak. Las palabras no le habían impedido disfrutar de su hamburguesa y las migas empezaban a juntarse en las comisuras de sus labios.

Un mensaje le había llegado a Eskild a media mañana, mientras tomaba un desayuno completo compuesto de café, un jugo de naranjas y tostadas con mermelada. Era Isak, que lo invitaba a almorzar sin darle mucha información detallada.

—Vamos a mudarnos —soltó al fin.

—¿En serio? —Eskild estaba por darle una gran mordida a su hamburguesa, pero se detuvo en seco y la dejó caer sobre la bandeja.

Miró a Isak, que había soltado la noticia tan tranquilamente. Tenía el cabello, demasiado largo para su gusto, metido dentro de la misma gorra de siempre.

—Voy a recuperar a mi chica, pero va a ser una pena que te vayas. Ya me había encariñado... —el pelirrojo hizo ademán de acariciarle el brazo a Isak, como una madre lo hacía con su hijo. O un dueño con su perro.

—¿Encariñado? Que no soy un perro.

—No, claro que no. Pero me gustaba darte consejos amorosos por la mañana.

Even, que rió mientras Isak no dejaba de toser para pasar el pedazo de comida que se le había atorado en la garganta, añadió:

—Todavía no tenemos nada para el departamento así que no sabemos muy bien cuándo vamos a establecernos.

—¿Necesitan muebles? En el sótano hay varias cosas que quizás les pueda servir.

—Genial —dijo Isak, recompuesto.

—Hay algo más —pensó en algo que podía simplificar las cosas—. Intentamos dar con Noora hoy en la escuela, pero no estaba, ¿podrías encargarte en darle la noticia?

Eskild lo miró, sintiendo el brillo de sus propios ojos al olvidarse de parpadear.

—Puedo hacer eso. Pero necesito un simpe favor a cambio.

ISAK + EVEN » SkamWhere stories live. Discover now