Martes 3, 18:00

3.7K 300 96
                                    







MARTES 3 de enero – 18:00

Isak había entrado en silencio.

Las luces no estaban prendidas y el único medio de iluminación seguía siendo natural. La ventana, al otro lado de la habitación, tenía las cortinas abiertas de par en par y fue gracias a eso que pudo evaluar el estado aproximado del lugar donde Even había pasado desde la fiesta de año nuevo.

El sentimiento melancólico y la angustia de Even parecía haberse extendido a cada rincón de la habitación. Lo que en algún momento había sido objeto de amor, ahora no dejaba de ser la viva imagen del dolor.

Se dio cuenta de que había estado acumulando ropa sucia sobre una de las sillas a tal magnitud que a esa altura la pila ya se había desarmado, terminando con la mitad de las prendas desparramadas por todo el suelo a su alrededor. Encima del escritorio, donde había apoyado su laptop para hacer la videollamada el día anterior, se encontraba una colección de platos, cubiertos y vasos sucios, dejándole en claro que durante los últimos tres días Even apenas había dejado la habitación.

Pasaron los segundos hasta que Isak se acercó a la silueta de su novio, una sombra que permanecía de pie, sin moverse y sin hablar.

Deslizó sus brazos por debajo de los de Even con la única intención de aferrarse a su abdomen y, dándose cuenta del efecto sorpresivo que le había causado al más alto, rozó la punta de su nariz sobre la curvatura del cuello, en un gesto de ternura inconmensurable.

—Te prometo que no vas a pasar todo esto solo —musitó, rompiendo la densa burbuja de silencio.

Notó que sus propias palabras habían afectado de alguna manera a Even, que bajó la cabeza casi como si estuviera avergonzado de su comportamiento, de cómo había ignorado anteriormente a dos de las personas que más lo amaban en este mundo.

Isak, de pronto y como respuesta, sintió el roce de unos dedos sobre las manos que seguían aferradas al cuerpo de Even, y se dio cuenta de que su novio seguía el movimiento de las caricias con la mirada.

Pensó que eso sería todo, que una vez más el silencio los sepultaría a los dos, ahora bajo la luz de la noche. Un pensamiento fugaz le hizo creer que si Even no había respondido era porque no deseaba escuchar nada más que el silencio absoluto, razón por la que no se atrevía a hablar otra vez.

Irónicamente, los pensamientos negativos de Isak fueron cortados de raíz por la única razón que los causaba.

—Se está haciendo de noche —dijo. Su voz sonó serena, aunque seguía igual de apagada como la había escuchado por última vez, en el taxi.

Even dejó escapar lo que estaba pensando en ese momento, como si Isak fuera parte de sí, como si también mereciera saber lo que él pensaba.

—Me doy cuenta porque apenas puedo verte la mano en la oscuridad —en ese instante sintió cómo Even dibujaba con los dedos una línea de caricias que recorrían los bordes de su muñeca—. El sol a esta altura del año es débil. Es interesante saber cómo algo tan fuerte tiene también su lado débil, y a esta hora la luna le saca ventaja, ¿ves?

Los dos intentaron ver el sol a través de la ventana, pero era demasiado tarde. La noche había caído en su totalidad.

Isak tenía una respuesta preparada en la punta de la lengua. Mientras Even había estado hablando, él se acordó de la última fiesta kosegruppa y de la conversación con Eva. Sin embargo, el sonido de un puño golpeando la puerta de la habitación llamó la atención de los dos, haciendo que la respuesta se le escapara.

Automáticamente sacó las manos que seguían alrededor de Even. Demostrando una vez más que, a pesar de haber perdido la timidez en algunos aspectos, todavía seguía apareciendo de vez en cuando.

ISAK + EVEN » SkamWhere stories live. Discover now