Viernes 24, 15:15

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VIERNES 24 de marzo – 15:15

Los dedos de Even se movían lentamente entre los cabellos de Isak mientras pensaba en lo último que había visto al salir de su habitación.

Las sabanas, que se habían salido de lugar producto del constante movimiento de un lado a otro, era lo que mejor describía las largas horas de la madrugada. Cuando todavía reinaba la oscuridad y el silencio. Es cierto que logró conciliar el sueño y dejar de dar vueltas en la cama por algunos minutos, permaneció en un estado de semi-inconsciencia que le permitió no pensar y no moverse por un rato, pero no fue suficiente para vencer como a él le hubiese gustado al tan temido insomnio.

Sus problemas de sueño le habían quitado ya hace varios días la oportunidad de poder descansar tranquilamente y siempre salía de la cama enojado o nervioso, pero esa mañana no fue así. En cambio, cuando el despertador de su teléfono sonó lo agradeció en silencio.

Mientras dejaba caer las hebras doradas con el mayor descuido se acordó de lo que había hecho después de salir de la cama. Su mente se lo mostraba como si se tratase de la escena de una película narrada en primera persona. Even se vio a sí mismo mirando las sábanas salidas de lugar y hechas girones a un costado.

También vio a Isak acostado entre sus piernas, entornando los ojos y acercándose la pantalla del teléfono a la cara para alejar la luz del cálido pero débil sol de invierno que le impedía leer algún mensaje.

—Te está volviendo a crecer el pelo —comentó Even en voz alta, tomando un mechón entre el dedo índice y el corazón y estirándolo para intentar medirlo.

—No le digas a Eskild.

Faltaban pocos días para que se cumpliera un mes del favor que Isak le había hecho a Eskild, y que consistía en nada más y nada menos que dejarse cortar el cabello por su compañero de piso. A Eskild le había entusiasmado la idea y Even había sido quizás el único en notar el brillo de la emoción en sus ojos cuando lo dijo en voz alta. Estaba casi seguro de que Isak, perplejo y sin poder dar crédito a lo que estaba escuchando, no tuvo tiempo en notar aquel detalle.

Sin embargo, terminó accediendo.

Los tres salieron del local de comida rápida no mucho tiempo después, y cuando menos se dieron cuenta, Eskild ya los había conducido camino de vuelta al departamento y ya había sacado un pequeño estuche donde guardaba unas tijeras de peluquería.

Al único que no terminó de convencer del todo el resultado del corte había sido a Isak, que después de quitarse los mechones rubios que habían caído muertos sobre sus hombros y pecho, se había levantado para mirarse en el espejo del baño. Eskild se sentía conforme con su trabajo y hasta a Linn, que había aparecido más tarde, le gustaba la forma que habían tomado los rulos rebeldes que a Isak se le formaban naturalmente a la altura de las sienes.

Even en ese momento, mientras Eskild le contaba con fervor a Linn acerca de los tipos de cabellos que existían, se habría acercado a Isak y le habría susurrado para que sólo él pudiera escuchar lo que pensaba del nuevo corte de cabello y de los efectos que estaban produciendo en su miembro. Pero no pudo. Los cuatro escucharon desde el baño el sonido de un grito femenino proveniente del salón.

El que primero corrió al encuentro fue Eskild y le siguieron los demás. Even, que había sido el último en llegar, alcanzó a escuchar como Noora se quejaba del desastre que había en todo el piso ya que la distancia entre la silla en donde Isak se había sentado durante el corte y algunos mechones de pelo superaban los dos metros y medio. Pero, no obstante, de repente Noora había guardado silencio por algo que Eskild le dijo.

ISAK + EVEN » SkamWhere stories live. Discover now