Usopp

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El hombre que conocías era cobarde y temeroso, el mismo se denominaba como el más débil del grupo y que jamás sería un monstruo como el resto de la tripulación.

Pero ahí estaba, frente a ti, lleno de sangre,  dándote la espalda con su tira chinas en su manos,  apuntando a el tipo,  mucho más fuerte que el y mucho más fuerte que vos misma.

El temblaba pero aun así te estaba protegiendo, estabas perdiendo monumental mente hasta que apareció Usopp golpeandolo con una de sus plantas en la cara,  salvando te la vida.

—¡Yo soy el gran Capitán Usopp! ¡Mas fuerte que cualquiera y con más de 80.000 seguidores!

Grito tu amigo, ahorrando valor frente a ti, intentaste pararte,  aunque te dolían las caderas después del golpe seco que te dio aquel tipo que les doblaba la estatura aunque usopp te alce en sus hombros.

—U-usopp—Llamaste suavemente,  el no le hizo caso,  solo movió un poco los hombros al escuchar tu temblorosa voz,  jamás te había visto en ese estado, eras fuerte,  muy fuerte pero aquel tipo te dio unos cinco golpes de lleno y caíste casi inconsciente sobre el suelo y eso lo enojaba, le enojaba ver que te lastimen.

—Ahora yo soy tu oponente—Reclamo Usopp mirando fijamente al hombre,  las piernas le dejaron de temblar y tenia una suave sonrisa sobre sus labios—Vete.

Sabias que eso era dirigido hacia ti,  ya que te miro de costado, con aquellos ojos expresivos,  intentaste negarte pero el atacó antes al hombre,  lanzándose sobre este con su arma en mano.

Estabas enojada,  por muchas cosas pero tenias que ignorarlo cuando el primer golpe Usopp apenas pudo esquivarlo.

Intentaste no pensar en lo que dirían Zoro y Luffy por lo que harías en ese momento,  pero era lo único que podías hacer, sacaste tus armas de sus fundas y sacaste el seguro.

No dejaste de dispararle a la espalda hasta que se te acabaron las balas y este cayó al suelo,  Usopp,  que escupia sangre camino hacia ti y tu lo abrazarte contra ti,  lloriqueando tu nombre.

—No podías ganarle, idiota.

El acarició tu cabello y beso tu cien suavemente.

—Aunque no podía, tenía que protegerte.

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ᴏɴᴇ sʜᴏᴛs - ᴏɴᴇ ᴘɪᴇᴄᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora