El pelirrojo la salvo cuando el capitán de ambos fue ejecutado y todos se separaron, cuando ella veía como su mundo caía a sus pies porque no sabia donde ir pero el estaba ahí para guiarla con su sonrisa grande y ojos luminosos.
—Ven conmigo—Le había susurrado el pelirrojo mientras la apretaba a su pecho mientras ella lloraba fuertemente contra su remera—No soportaría mas esta separación linda.
No dudo en aceptar, conocieron mucha gente, Yassop, Benn y Lucky Boo. Los mejores de su equipo, increíbles y divertidos. Su equipo se hizo conocido rápidamente y eran muy temidos.
Batallaron y se ganaron los ojos del mundo, conocidos como uno de los jefes del mar, su capitán se hizo respetado y no había quien pudiera vencerlos, convirtiéndose en alguien que normalmente no querías tener cerca como enemigo.
Excepto sus amigos que soportaban todo por su inmaduro capitán y mas su pareja, la mujer de los sueños de Shanks, paciente y divertida.
Aquella tarde Shanks se empeño a molestar a su pareja que estaba felizmente leyendo un libro hasta que ella se giro a verlo y golpeo a Shanks en la cabeza con el libro.
—Duele—Susurro el como un niño y miro a la chica de mala manera pero al instante se le paso cuando se acerco a besarla.
Su relación se basaba en que el la molestas y después se disculpara cariñosamente siempre funcionaban de manera buena y terminaban mas cariñosos de los normales.
Ella empezó a leer para Shanks cuando el se aburrió mientras acariciaba las mejillas y el cabello rojo de el haciéndolo dormitar.
Cada tarde era igual, cada tarde era lo mejor de ser piratas respetados, no había nada ni nadie que pudiera molestarlos.
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