50%

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Emma se quedó ahí, inerte, completamente sin voz. ¿Qué acababa de pasar? Apenas un minuto antes, se estaban abriendo la una a la otra, abriendo sus corazones y desvelando sus sentimientos, y ahora, Emma se encontraba sola en ese salón, que se le presentó vacío y frío.

Regina había desaparecido. Pero, ¿cómo y por qué? ¿Se había ido al limbo? Esa opción hizo estremecerse a Emma: si se había ido para siempre, no había tenido tiempo de decirle adiós, y Henry tampoco, y por la segunda vez...

Henry...¿qué diría al no verla por la mañana?

Emma suspiró: quizás era lo natural: Regina estaba allí de donde nunca debió volver. Pero, ¡qué cruel había sido volver a verla!...Pensó en sus últimas palabras: ¿qué se disponía a decir? ¿Acaso que también sentía ese cambio entre ellas? ¿Que las cosas ya no eran las mismas entre ellas?

Quizás nunca lo sabría, esa era la peor de las maldiciones.


Todo pasó en segundos: estaba delante de Emma, se disponía a revelarle algo que había mantenido en su interior desde hacía mucho tiempo, y que no había tenido tiempo de decírselo antes de morir, y ahora, se había ido.

Emma ya no era sino una imagen lejana desvaneciéndose en la oscuridad...Una imagen que le fue reemplazada por ese nuevo lugar en donde se encontraba, una nueva persona delante de ella...

«¿Rum...Rumpel?» dijo asombrada al darse cuenta de donde estaba: la trastienda de Gold

«Regina...¡Qué sorpresa!» dijo él sonriendo sorprendido, pero sincero

«No realmente, si me has hecho venir aquí es que sabías muy bien lo que estabas haciendo»

Rumpel dejó que una pequeña risa traspasara sus labios.

«Siempre la misma, incluso en la muerte, por lo que veo»

«¿Por qué me has hecho venir aquí? ¿Y cómo? Además...solo Emma y Henry podían verme, oírme y hablarme hasta ahora...»

«Pues bien, desde la visita de Emma a mi tienda y sus múltiples cuestionamientos sobre la muerte, también yo empecé a darle vueltas al asunto. Ese hechizo que mezcla magia blanca y magia negra es algo único»

«¿Y me he convertido en tu rata de laboratorio?»

«No seas tan sarcástica. Solo intento ayudarte»

«¿Desde cuándo eres tan altruista, sobre todo conmigo?»

«Desde que he revisado mis prioridades: ahora soy un hombre casado»

«¿De verdad? A falta de tener tu rata de laboratorio, has logrado casarte con tu ratón de biblioteca» dijo ella irónica

«Si continuas así, no te ayudaré»

«¿De qué estás hablando?»

«Como te dije, me he puesto a investigar sobre la posibilidad de tal hechizo. Parece que estás parcialmente de regreso. La cuestión es: ¿cómo?»

«¿De verdad crees que no nos hemos hecho esa pregunta nosotras mismas?»

«Y estoy convencido de que no habéis encontrado la respuesta» dijo él con una sonrisa vencedora

«Tenemos una parte: nuestras magias blanca y negra han tenido algo que ver»

«Es cierto que eso es el 50% del hechizo»

«Y me vas a decir que evidentemente has encontrado el otro 50%...» dijo ella con una desenvoltura que divirtió a Rumpel

«Exactamente. Me he preguntado por qué era Miss Swan. ¿Por qué podía ella, y solo ella, verte y escucharte? ¿Por qué no Henry o cualquier otro?»

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