Capítulo 2

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"Vivir y No Respirar
Es Morir en tragedia"

-Green Day "Jesus of suburbia"

Terminó de escribir y cerró su pequeño anotador de hojas gastadas.
Solía escribir cuando se sentia ahogada, cuando solía tocar su muñeca para sentir su pulso y de esa manera saber que seguía viva. Sólo que no respiraba.

Aspiró algo de aire fresco y se levantó del suelo, jamás creyó que sentarse en el patio trasero de su casa sería tan terapéutico.

Miró el anotador que su psicóloga le había recomendado e hizo una mueca.

Era un hecho, moriría en tragedia.

Por alguna razón , ella se sentia tan deprimida hoy, y escuchar Green Day no ayudó mucho.
Además, a quien engañaba, ella sabía muy bien cual era la razón de su estado de ánimo.

Decidió entrar a casa. Abrió con delicadeza la gran puerta de la cocina y entró sigilosamente.

-Isabella - escuchó a su madre llamarla. Tal vez, no fue tan sigilosa.

-¿Si mamá? - se giró sobre sus talones y observó a la mujer que le dio la vida.

Era una mujer hermosa, sin dudas. Aunque quien no lo sería, si dedicaba el poco tiempo libre que tenia en su belleza, en vez de pasar tiempo con su hija. Su única hija.

- Debo irme, si tienes hambre dile a Margaret que te prepare algo- la miro un segundo y suspiró- Por favor toma tus medicinas Isabella...

-Lo sé- rodó los ojos- De todos modos nunca las olvido   - tomó una manzana del cesto de frutas- Por cierto hoy iré con Rich. Puedes decirle a Marg que se vaya temprano.

-Sólo... no las olvides- dijo su madre ignorando el hecho de que dijo que no lo haria- Y ya te dije , debes dejar de perder tu tiempo en esa estúpida tienda- rodó los ojos- Ni modo, me largo adiós.

Y se fué. Isabella quedó sola en la enorme mansión.
Miró hacia el suelo y dejó caer la manzana de sus manos.

Alguien la recogeria luego.

Ya no tenía hambre
(....)

- Hey, ¿Cómo estás Bell? -le preguntó aquel sonriente hombre.

-Bastante bien Rich- Isabella sonrió- ¿Qué me dices tú?.

Le preguntó mientras pasaba sus delgados dedos por los discos envueltos en sus respectivos y polvorosos envoltorios.

-Eh - hizo una mueca- Que te puedo decir..vamos de mal en peor, creo que venderé la tienda.

Isabella se giró sobresaltada.

-Demonios Richard, no lo hagas- suplicó- Si quieres puedes pagarme menos..y, yo te ayudaré a encontrar clientes, ni siquiera debes pagarme pensandolo bien. Sabes que el dinero no es un problema para mi - asintió tratando de convencerse a si misma.

-Bell, lo que te pago ya es una miseria- el hombre canoso suspiró- Y sabes bien que ya nadie compra discos de vinilo hoy en día. Bueno, casi nadie.

Bell sonrió. Se refería a ella. Amaba coleccionar discos de vinilo, tanto como escucharlos o leer.

-Saldremos de ésta, ya lo verás- susurró mientras se alejaba de él.

Encontró un disco de My Chemical Romance. Sonriente se acercó a aquella polvorienta máquina y lo colocó.

Bulletproof Heart comenzó a sonar.
Cerró los ojos y apoyó sus codos sobre la máquina, recostó el rostro en su mano izquierda. Los dedos de su mano derecha se movían al ritmo de la canción.

Hasta que alguien interrumpió ese movimiento, colocando su mano sobre la de ella.

Dió un respingo, abrió los ojos y con el ceño fruncido se volteó a ver quien era el dueño de esa mano tan fría.
Pero no esperaba ver esa sonrisa en aquel rostro. Mejor dicho no esperaba ver, ese rostro.

- ¿Michael?- preguntó sorprendida hasta de si misma de aún, recordar su nombre.

El chico de apoco dejó de sonreír. Desvió sus verdes ojos hasta su mano que se encontraba sobre la de ella.

La quitó al instante y carraspeó.

- Hey- dijo en un susurro.Volvió a aclarar su garganta- ¿Sorprendida? - sonrió nerviosamente.

Ella se estremeció al escuchar su voz ronca nuevamente.

-Algo...-susurró Bell, colocó un mechón de cabello tras su oreja. Las palabras no salían de su boca.
Los ojos del chico vagaron por toda la tienda. Parecía nervioso, como si evitara mirarla a los ojos.

Ella sinceramente, no esperaba volver a verlo. Mucho menos en este momento de su vida en el que se sentia tan...inestable.

Carraspeó llamando su atención y fingió ser como toda chica normal.

-Dime...¿Qué te trae..por aquí?- pregunto con fingida calma.

-Un disco, por supuesto- respondió obvio- Es la primer tienda de discos de vinilo que encuentro desde que me mudé- sus ojos al fin se encontraron con los de ella.

Esperaba verla distinta, y deseó no haberlo hecho.
Su cabello, piel y  ojos oscuros eran los mismos que la última vez, sin embargo, su mirada nerviosa, el constante golpeteo de sus dedos en la máquina.
La hacían lucir tan...intranquila.

Oh, sus verdes ojos no se querían apartarse de los de ella...
Negros como la noche, intensos y grandes, cubiertos por largas y espesas pestañas.

Escondiendo algo...

- De eso estoy segura- mordió su labio inferior- Dime, ¿Buscas alguno en especial?

-Creo que ya lo encontré- sonrió- El disco que escuchabas...lo busco hace mucho.

Se acomodó su cabello nervioso. Esa chica lo ponía nervioso, y eso era estúpido ya que no tenía más de 15. O eso parecía.

- Oh, claro- Bella sonrió mientras asentía- Por allí está toda la colección de discos de My Chemical Romance- apuntó una gran pila- Puedes probarlos si quieres- se encogió de hombros- En cuanto lo encuentres me avisas.

Sonrió por última ves y se alejó de ahí.

A ella más-tal vez mas que a él- por naturaleza la hacia sentir el doble de intranquila y no era sólo por el hecho de que tenia el cabello tintado de color rojo.

Summertime.//m.cWo Geschichten leben. Entdecke jetzt