Bussare la porta

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Después de un arduo viaje, la pareja ya se encontraba dormida en su hogar en el frío de San Petersburgo, Yuuri dormía usando solo una playera de su esposo, escondido bajo las cobijas, Viktor por otro lado, no podía dormir. Su cabeza le dolía demasiado. Se levantó con cuidado de no despertar al pelinegro y se encaminó al baño, pero caminar fue como un reto, comenzó a respirar agitado y se recargó en el enorme lavamanos. Sus jadeos eran bastante ruidosos, no sabía que le pasaba, así que cerró la puerta pero fue ese mismo estruendo el que despertó al contrario.

-¿Viktor?...- Yuuri, adormilado, entreabría los ojos para buscar a su esposo en la cama, al no encontrarlo, levanta el torso para tomar sus anteojos y así divisa la luz del baño así como a Makkachin raspando la puerta como si quisiera entrar pues estaba llorando. Comenzó a escuchar los jadeos del albino, preocupado, se levantó y caminó al otro lado de la habitación- ¿Cariño? ¿Estás bien?-

-No... mi cabeza... me está matando- Dijo Viktor del otro lado de la puerta, como pudo, se levantó y la abrió, permitiendole ver a Yuuri y al perro acercarse- Creo que ah me afectó el vuelo...-

-Viktor, llevas dos semanas con ese dolor. No es normal- El pelinegro acarició de nuevo la mejilla del ruso, a lo que él respondió-

-Debo estar agotado, mi amor, no he dormido bien estas semanas. Estaré bien- Dijo no muy convincente, por dentro, el dolor era intenso y punzante-

-No, no, iremos al hospital. Ahora mismo- Yuuri llevó a Viktor a la cama para sentarlo, así pudo ayudarlo a alistarse y prepararlo para salir al hospital. Al patinador ruso, le divirtió por lo que detuvo a Yuuri con su mano -

-Hay que quedarnos ¿si? No quiero ir al hospital-

-Yo sé que no quieres, pero ya estoy preocupado. Quizás solo este exagerando pero hay que ir- Le acercó un suéter a su esposo y unos jeans oscuros, entonces le calzó los pies con unas botas. Viktor estaba listo y enternecido por la actitud sobreprotectora de su marido el cuál se estaba alistando también. Una vez vestidos, Viktor tomó la mano de Yuuri el cuál le ayudó a levantarse, seguidos por el enorme perro, el pelinegro le indicó que se quedara quieto asegurandole que iban a volver pronto. El ruso acarició el pelaje de su canino acompañante y le sonrió un poco para no preocuparlo, y de este modo pudieron salir del departamento.

Las luces de la ciudad iluminaban el camino hacia el hospital. En el auto, Yuuri manejaba de manera segura pero de alguna manera más rápida de lo usual. No había radio, solo los jadeos de Viktor pues ni estando acostado en la parte de atrás calmaban su dolor, y el pelinegro, solo podía observar por el retrovisor. Suspirando, estacionó el vehículo, volviendo la vista hacia su esposo.

-Viktor... Iré a urgencias a pedir que me ayuden a llevarte ¿si? -Dijo con voz tranquila y suave como si le estuviera hablando a un niño-

-No es para tanto, cariño...- contesto entre el punzante dolor- Estoy bien... puedo... caminar-

Los suaves labios del ruso decían una cosa, pero sus ojos reflejaban terror y dolor, Yuuri conocía muy bien a su entrenador/esposo como para no percatarse de ese brillo en esos ojos azules. Entonces prosiguió con su plan, bajó del auto y rápidamente llamó la atención de unos enfermeros y doctores cuando estaba ayudando a Viktor a bajar. Rápidamente los reconocieron, uno de ellos estaba tan anonadado que no podía responder a lo que uno de los doctores decía, como si estuviera frente a una estrella de Rock.

En las salas de Emergencias, se aglutinaban las personas en la noche, siempre pasa en ciudades grandes, asi que era de esperarse. Viktor fue llevado a una camilla para comenzar a examinarlo. Los doctores tomaban sus signos vitales, le preguntaban un millón de cosas y Yuuri, bueno. Yuuri solo podía escuchar y apoyar a su marido. Las manos de los amantes estaban tan apretadas y juntas que podrían fundirse en una sola, el rubio lo hacía por el dolor y el pelinegro por el miedo. ¿Qué tal si era algo grave? ¿Qué tal si no puede participar en la siguiente temporada? Eran demasiadas las variables y la ansiedad del menor no ayudaba tampoco.

Pronto quedaron solos en la sala esperando la respuesta del doctor a cargo. Le habían inyectado a Viktor un suero mientras esperaban, un antibiótico para el dolor. Preocupado, Yuuri jugaba con el cabello del ruso mientras lo observaba a través del cristal de sus lentes.

-... ¿Pasa algo, Yuuri?-

-... Tengo miedo... Estoy muy preocupado por ti, Vitya-

-Estaré bien... Me siento mejor. Quizás estaba estresado por las competencias, cariño. Necesitamos unas vacaciones en la playa- Yuuri río-

-¿En la playa? ¿En pleno invierno? -

-Si, podríamos usar traje de baño... bloqueador solar... lentes de sol... Se te vería genial un bikini, cielo- El rostro de Yuuri se tornó rojo en un instante por lo que soltó una carcajada-

-Eres terrible... No usaría un bikini. -

Por un instante, la pareja reía como en épocas pasadas. Como en el tiempo del amor, entre bromas y sonrisas llenas de ternura. Así como miradas, miradas que no se comparten con cualquiera, sino con aquella persona con la que uno desea pasar los años. Hasta que la puerta se abre...

Continuará...

Noche productivaaaa <3 <3 Espero les guste como está quedando el fanfic. Quizá no está tan bueno pero lo hago con mucho amor. ;3


Querido esposo...Where stories live. Discover now