Giovani e bello

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Al final de la noche, Viktor y Yuuri dejaron el hospital con unos analgésicos potentes para el dolor. Al parecer, el estrés tenía la fuerza suficiente para incapacitar al patinador ruso. Pero a Yuuri no lo convencieron. Oh no. Podía sentir que algo faltaba o que no supieron tratar a su marido, pero ese no era el tiempo para pensar en ello. Ahora su amado estaba bien, adormilado, pero el dolor pareció haberse ido.

-¿Como te sientes?- Preguntó el pelinegro al detenerse en un semáforo en rojo-

-Ah me siento mejor, cariño. Me siento mucho mejor. Te dije que era el estrés, no es fácil ser entrenador y competidor al mismo tiempo. Mucho menos esforzarme para conseguir la mejor marca...-

-Si, si, lo siento. Creo que te sobreprotegí.- La luz cambió a verde y el auto avanzó- Hiciste un gran trabajo esta temporada, Vitya.-

-Ah tú también... Definitivamente mejoraste esos saltos. Sacaste provecho de tu programa, por un momento creí que ibas a terminar en primer lugar otra vez- Riendo, llegaron a casa donde los esperaba el gran poodle de Viktor, Makkachin, quién al verlos comenzó a mover su cola y a rascar la puerta-

Una vez adentro de la casa, acostados en la cama los tres, muchos pensamientos invadieron la cabeza de Yuuri. Aunque los analgésicos le ayudaron a Viktor, aún le preocupaba. Los dolores de cabeza por el estrés le duraban 3 días a lo mucho. Jamás por semanas. Había estado viviendo con este hombre desde hace casi cinco años, podría decirse que lo conocía mejor que bien. Con un ruso dormido a su lado, un perro en su regazo y un millón de pensamientos, el japonés no pudo conciliar el sueño.

Constantemente miró por la ventana, como el tono del cielo iba aclarándose conforme pasaban las horas. Como las estrellas iban atenuándose al compás del amanecer. Y como los suaves jadeos de Viktor se iban tornando en leves ronquidos. Las distracciones eran muchas pero no parecía estar interesado en ninguna de ellas hasta que a dos horas de que su alarma sonara, cayó en el sueño.

...o0o...

La mañana en el frío de Rusia era tranquila y perfecta para el concierto de hielo. Georgi, Mila, Yurio, Viktor y Yuuri, se encontraban ensayando sus programas. Aunque cuando llegó Lillia, todos dejaron la pista, excepto Yuuri. Hacía tiempo que ella y el pelinegro estaban trabajando en una coreografía con la música de "Young and Beautiful" de Lana del Rey. Con un solo aplauso, ordenó al japonés a entrar a la pista.

-Yuuri, practiquemos el programa de nuevo, con los cambios que aplicamos el ensayo pasado. Quiero que este programa sea el más hermoso de tu carrera ¿oiste?- Dijo la rusa de manera severa y estricta-

-Si, señora- Contestó Yuuri mientras se recogía su cabello ligeramente largo. Estiró un poco sus piernas y se posicionó dentro del hielo. Viktor se quedó a lado de Lillia pero curioso de ver que tantos cambios habían hecho-

La música comenzó, lento pero seguro, Yuuri no se inmutó hasta que la voz invadió la orquesta.

"I've seen the world, done it all. Had my cake now..."

Los brazos de Yuuri se abrieron en la tercera posición pasando solo por la primera mientras los observaba subir hasta bajarlos lenta y suavemente sin mover sus pies y sin bajar la mirada del cielo.

"Diamonds, brilliant, in Bel-Air now..."

Sus pies avanzaron lentamente asi como sus brazos cruzaron frente a su cuerpo casi abrazándose por los hombros.

"Hot summer nights, mid July when you and I were forever wild. The crazy days, city lights. The way you play with me like a child..."

Un giro sencillo en el hielo continuó mientras mostraba una delicadeza y finura en sus movimientos respectivos de una bailarina de ballet experimentada. Sus brazos se abrían para disminuir velocidad. Sus pies se cruzaban mientras el crescendo aumentaba preparandose al mismo tiempo para dar un salto.

"Will you still love me when I'm no longer young and beautiful? Will you still love me when I got nothing but my aching soul?..."

Un triple axel bien aterrizado abrió el forte en la música pero también en sus movimientos, su rostro, su actuación estaban llenos de gracia y perfección. Horas practicando en el estudio de Lillia, horas patinando en este mismo hielo, estaban dando frutos pues ninguno de los presentes se atrevía ni siquiera a parpadear. Cada expresión, cada salto, cada delicado movimiento en sus manos, pies o cuerpo, coincidía con las notas en la pieza mientras esta avanzaba. Hipnotizando asi a sus compañeros. Un arabesque aquí, un aguila allá, daba saltos con sus brazos en alto y los aterrizaba con delicadeza.

"Dear lord, when I get to heaven, please let me bring my man. When he comes, tell me that you'll let him in. Father, tell me if you can. All that grace, all that body, all that face, makes me wanna party. He is my sun, he makes me shine like diamonds"

En este último crescendo y forte, los movimientos del japonés se volvieron aún más intensos, como nadie nunca hubiese imaginado. Lillia asentía al ver como el chico realizaba cada uno de sus pasos de la manera correcta, la libertad correcta y la diciplina correcta. Entre piruetas, saltos, giros, Viktor observaba desde las gradas a su amado. Impactado por la perfección de sus movimientos así como la elegancia que este emitía.

"Will you still love me when I'm not young and beautiful?"

Con un último paso, Yuuri había terminado en el centro de nuevo, con una mano en su rostro y la otra extendida hacia la luz. El silencio se sentó entre todos los presentes, Mila tenía lágrimas en los ojos, Yurio solo temblaba como si hubiese visto un fantasma, Yakov y Lillia esperaban a que Yuuri rompiera su posición, y así lo hizo. Bajó sus brazos y dejó salir el aire, moviendo sus piernas se acercó a Viktor quién sostenía su bote con agua.

-¿Lo hice bien?- Preguntó cansado hacia el par de entrenadores y la coreografa.-

-Lo hiciste, perfecto, mi amor- Dijo Viktor antes de abrazar a Yuuri-

Continuará...

Bueno aquí les traigo amors Viktuuri del que les gusta. Está un poco salido de contexto pero no se apuren uwu <3

Querido esposo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora