capitulo 7 la vena asesina.

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Había un gran alboroto en el pasillo cuando sali de mi última clase, era raro pero desde que Nico me beso estaba más relajada y no quería admitirlo pero estaba muy tranquila como para pensar en cualquier otra cosa como pasar en lo que sucedía fuera. ¿Era normal que un beso simple te relajara tanto? Posiblemente no pero se sentía jodidamente excelente.

No me preocupe en ver a Adam ya que solo lo veía los viernes.

De camino al estacionamiento me puse mis audífonos y camine a paso liguero mientras fingía prestar atención a lo que Andreina me decía pero después de un rato me imito y se puso sus audífonos. No me había dado cuenta pero Carlos me había evitado todo el día, se había sentado del otro lado del salón hasta la parte de atrás y era el último en salir de clases, ni siquiera me había escrito después que lo vi en el club con la morena piernas largas queriendo follar en la barra. Los chicos podían llegar a ser algo asquerosos y las mujeres muy tontas que le seguían el juego, por algo decía que el hombre proponía y la mujer disponía. Estaba perdida en mis pensamientos cuando Andreina me golpeo en el brazo con más fuerza de la necesaria, la mire con los ojos abiertos y arrancándome los audífonos de los oídos.

No había notado que el estacionamiento estaba lleno, supuse que un par de inmaduros se estaban cayendo a golpes. Pero no había gritos, solo murmullos silenciosos me abrí paso entre la gente.

¿Qué está pasando?

Normalmente me estacionaba donde no había tanta gente pero no entendía porque había tantos chicos en este lugar, Andreina me volvió a golpear el brazo y se lo devolví con un poco mas de fuerza.

— ¿Qué te pasa?— pregunte mientras me sobaba el brazo. Mi piel era demasiado blanca y se marcaba de la nada al menos una fuerte rozadura me iban a dejar sus golpes nada sutiles.

— ¿Por qué hay tanta gente de este lado? ¿Adam esta aquí?— pregunto mientras se ponía de puntillas para ver hacia adelante.

—no lo sé, y no creo.

Después de recibir patadas, codazos, tirones de cabellos y algunos insultos llegamos al frente los chicos estaban viendo un lindo convertible rojo con el techo arriba y vidrios ahumados, que me dejo con la boca abierta.

— ¿De quién es ese auto?— le pregunte a un chico que estaba cerca.

—No lo sabemos alguien está dentro pero no ha querido salir, suponemos que es Adam Daniel's. — dijo el chico mientras no quitaba la vista del auto.

Puse los ojos en blanco ante la mención de su nombre como si fuera un dios o un evento natural que solo se ve una vez en la vida. Adam solo era un chico. Un chico que tenía una cantidad exuberante de dinero y un atractivo que hacía temblar a cualquiera fueran hombres o mujeres. Estaba segura que cuando entraba en una habitación todas las miradas se dirigían a él.

Saque mis llaves y me dirigí a mi auto que estaba a dos coches de distancia del descapotable cubierto.

Después de un par de pasos me tomaron del antebrazo, me gire para ver quién era y vi un hombre no más alto que yo con un traje de dos piezas negro y una corbata gris con anteojos oscuros y el cabello castaño peinado a la perfección hacia atrás.

Era guapo muy guapo.

Se quito las gafas de sol mostrando a un Nico sonriente y adorables ojos cafés brillantes por el sol del medio día.

—Jen. — me acerco a su pecho aromatizado con una espectacular loción de hombre. — te extrañe toda la mañana y una llamada no era suficiente así que tuve que venir a verte, y te vez mejor que en mis sueños. — paso su pulgar por la línea de mi mandíbula lentamente. — hoy luces hermosa y más que perfecta.

ADAM el defecto mas perfecto... En Edición. Where stories live. Discover now