Capítulo 29.

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—¿Hylie qué te pasa?  ¡Estás temblando! ¿Por qué lloras? —Cuestiona Axel. No lo escuchaba, mi mundo se detuvo al contemplar al causante de mis pesadillas y peores miedos.

— Vámonos...— susurré en un hilo de voz, temblando como una hoja y blanca como la misma.

—¡¿Hay que llamar a un médico?!

—¡No!  Vámonos, arranca Axel. — Tenía un ataque de pánico. Mis piernas eran gelatina y comencé a derramar aquel líquido salado.

— Tranquila, cariño. — Trató de mantenerme en calma Anaís.

—No, no, no, es...él... —Me faltaba respiración.— Axel...vámonos...es él. — mi corazón latía desbocado contra mi caja torácica.

No era conciente de nada en este momento sólo me aferraba al cinturón de seguridad como si fuera toda mi vida.

— Él...me...encontró —deliraba. —Me va a matar... —grité llena de temor. —¡No! No, no quiero. — Axel estaba en la puerta de copiloto y forcejeaba con él que me quería tocar.

— Antonio... Aléjate tú mataste a mi mamá ye quieres hacer lo mismo. — No estaba en mis sentidos. Alucinaba.

— Amor, mírame. Soy Axel — lo observé, era él; mi luz, mi nuevo protector. No estaba sola.

— Te quiero. —murmuré y lo abrasé y escondí mi rostro en su cuello. Él sorprendido con mi declaración me abraza más fuerte.

— Vamos, Jayden nos espera.

— ¿Tú mamá? — mi voz salió rasposa y débil.

—Arriba, llegamos hace un rato.

Inmediatamente entréen el departamento Jayden corrió y me abrazo.

Jayden es mi hermano, la primera luz de mi oscuridad. — ¿Qué sucedió, pequeña? — Me examinó todo el rostro. Solo recordarlo me da escalofríos.

— Lo vi. —Susurré débilmente.

—¿A quién? — La respiración de me agitó y mis piernas flaquearon. Me daría otro ataque de pánico.

— Tranquila, no te alteres y dime ¿a quién viste? — Habló Axel dándose cuenta de mi ansiedad.

— Antonio, mi padrastro. —Solloze y me pegué a su cuerpo dejándome abrazar.

—¿Estás segura? —Estaba tenso. Afirmé.

—¿Dónde?

—Hospital.

Se alejó y comenzó a gritar improperios en italiano que son mejor no repetir.—¡Me va a matar!— grité también en italiano.

—¡No!  ¡Te vamos a proteger! —continuaron los gritos en mi idioma natal.

—¡No entiendo! —Se unió Axel que hasta ahora recordaba su presencia, a los gritos.

Más calmada lo abrasé y escondí mi rostro en su cuello, mientras él dejaba un beso en mis cabellos.

***

Axel y Jayden no quisieron salir en ningún momento del departamento hoy y menos alejarse de mi, situación que me esta hartando, no sé ni como Jay no ha acompañado al baño.

Axel unos minutos atrás tuvo que despedirse casi por obligación y ahora estaba aburrida en el cuarto de juegos con Alice que comía un tarro de helado y no quería brindarme.

— Vamos al centro comercial.— expresé a modo de suplica.

—No,  tendría que dejar de comer helado y levantar mi trasero de este sillón y no quiero.

Sin vuelta atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora