Capítulo 30.

98 12 0
                                    

Maratón 1/3

Charlotte

— Déjame, en serio —le digo a Zack que me besaba el cuello.

Zack mi novio, es alto, ojos azules, cabello castaño, es fuerte pero no exagerado y muy tierno, demasiado para mi.

— ¿Qué sucede contigo? —cuestiona suspirando. Negué.

¿Qué me sucede? Fácil; estoy enamorada de un hombre imposible y tengo un dulce, guapo e inteligente chico que lee enamorado de mi y no le pongo ni un poco de caso. ¿Soy una mala persona por hacer esto? Sí, Lo soy.  ¿Me voy a ir al infierno? Sí, tengo un lugar asegurado, les llevaré pizza.

—Charly, creo que esto no esta funcionando — todas mis alertas se activaron, no podemos terminar.

— No, no, ¿qué dices? —estaba aterrada, él no podía dejarme.

—Char, es que siento que soy el único que pone en esta relación y no puedo cont... —lo callé con un beso, donde no sentí nada.

— Disculpa Zack, prometo poner más de mi parte, para que esto — nos señalé a ambos —funcione —Él sonríe tiernamente y me sentí como la mierda.

— Tranquila, te prometo que voy a enamorate Charlotte Williams —eso fue suficiente para darme cuenta que soy una mala persona y Zack no merece esto.

Lo abrace con fuerza rogando en mi interior que me perdonara por ser una escoria con él.

—¿Vamos por unos helados? —me pregunta cuando desago el abrazo.

—Mmh... No sé... Yo—inmediatamente intenté buscar una excusa y me corté al ver su rostro —Solo bromeaba, tonto.

—Vamos —tomo mi mano. Salimos del apartamento y fuimos caminando hasta el parque a dos cuadras de mi casa.

Compramos los helados y nos sentamos en un banco. Estuvimos conversando sobre trivialidades, hasta que a él se le ocurrió la brillante idea de subirse a un árbol y arrastrarme a mi con él.

— Si caigo y muero, tu seras el responsable. —Hablaba entre risas.

— Moriría contigo —asegura despreocupado. Lo observo sorprendida y suelto una pequeña risita nerviosa.

Nos ubicamos en unas ramas y observamos el atardecer. Él no me miraba estaba perdido en sus pensamientos. Yo tomé la libertad de observarlo. Es muy guapo, tiene vestigios de barba saliente, sus pestañas largas, su cabello perfectamente alborotado como siempre, pero igual se ve muy sexy, su mandíbula cuadrada, sus cejas tan pobladas y bien definidas. Repito es muy guapo y además muy tierno.

¿Me gusta o solo lo aprecio? Me encantaría poder enamorarme de él, pero ya entregué mi corazón y ahí uno no manda. No puedo decidir de quien enamorarme o simplemente  sacar a alguien de tus pensamientos.

—Se que soy apuesto, pero me miras como si quieres comerme. —ríe. Tiene una risa suave y celestial.

— ¿Qué cosas dices? —expresé.

—Ven aquí — señala a su lado. Dudo un momento.— No voy a morderte Charly, a menos que así lo quieras.

—No tengo miedo a que me muerdas —volqué los ojos y reí. — Tengo miedo a caerme y quedarme sin herederos. —ambos reímos.

—Descuida hermosa, tendremos herederos —dice coqueto. Sonrió y me acerco. Él me acunó en sus brazos y besó mi cabeza.

Es tan dulce.

¿Has olvidado a Jay?

—Debemos irnos —dije de pronto y me alejé de él. Solo me observó raro. Me moví y puse el pie en una pequeña rama y esta crujió y caí.

—¡Charly! —gritó Zack y se lanzó, pero yo que intento bajar me caigo. —¡Dios! ¿Cómo se te ocurre bajar así? Te puedes hacer daño. —vocifera alarmado y me ayuda a ponerme de pie.

—¿Puedes caminar? —cuestiona.

—Creo — Intenté hacerlo.

—Ven, te llevaré en mi espalda. —Me subió en su espalda y emprendió camino hasta mi departamento.

Llegamos a casa y me subió directo a mi habitación. —¿Dónde te duele?

—El tobillo —Susurré. El masajeo la base donde me había golpeado. Me quejo.

Pregunta si tengo algo de ungüento y luego de mi afirmación se dirigio a mi baño y regresó con dicho ungüento.

Masajeo mi tobillo con el ungüento. Sus movimientos suaves y precisos duró alrededor de unos diez minutos.

—Listo—se pone de pie— es hora de irme.

—Quédate a dormir, por favor—hablé insegura. No sabia lo que estaba haciendo solo quería que se quedara a dormir conmigo, el me hacia sentir segura.

Me hice a un lado, dejando espacio para que se acostara. Me abrazo pegándome a su pecho.

—Buenas noches, hermosa. —susurró en mi oído.

—Buenas noches... Jay. —murmuré y caí en un sueño profundo. Con aquella sonrisa coqueta clavada en la mente.

* * *

¡Ji!
Maratón, maratón, maratón....................
(・'з'・)

Charly en multimedia .

Los queremos mucho. ♥

Sin vuelta atrás.Where stories live. Discover now