24. Expuestos

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Aviso: antes de leer el capítulo, pongan a cargar el video que les dejé al costado. En un párrafo van a ver que la inicial de la primera palabra va a estar en negrita, Cuando vean eso, le dan play al video. Y otra cosa: en este capítulo hay una escena... you know, smut, pero no es smut con todas las letras, lo dejo a la libre imaginación de los lectores porque... emm... SOY HORRIBLE ESCRIBIENDO SMUT. Simplemente no puedo. En fin, bueno... lean!

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Kendall y yo pasamos toda la tarde en mi habitación tonteando, escuchando música y haciendo duetos con nuestras guitarras sonando de acompañamiento. Sabíamos que desde mañana no nos veríamos por dos semanas, así que tratamos de pasar la mayor parte del tiempo, juntos.

Mientras hablábamos de algunos momentos graciosos y, al mismo tiempo, penosos de nuestras infancias, tocaron a la puerta. Esta se abrió y vi a Tori asomándose con una sonrisa gigante en el rostro.

—Hola amigos, ¿cómo están?—preguntó con un tono de hippie de los años sesenta. La miré detenidamente: en su mano, llevaba un ramo de margaritas rosadas y una de ellas, al parecer, terminó en su cabello.

—Bueno, alguien la pasó bien—agregó Kendall.

—Y no te das una idea, querido Kendall.

Tomó todas sus pertenencias llenando sus dos maletas. Mi novio y yo nos quedamos viéndola hasta que puso la última prenda y cerró la última maleta que le quedaba. Volvió hacia la puerta de salida.

—¿Y ahora a dónde te vas?—pregunté confundida.

—James me invitó una cena en su cuarto. Ustedes pueden quedarse y hacer lo mismo si quieren.

La muchacha salió de la habitación dejándonos con muchas preguntas en la punta de la lengua. Miré hacia Kendall y decidimos pensar en qué podríamos hacer esta noche ya que, sin consultarnos, nuestros amigos habían hecho planes. Por falta de imaginación, tomamos prestada la idea de nuestro amigo James y pedimos servicio a la habitación.

Cuando terminamos de comer, dejamos todo afuera de la habitación para que se lo llevaran después. Kendall se había metido dentro de las sábanas de mi cama, me hizo un lugar y me metí junto a él.

—¿Sabes? Me recuerda a cuando me quedé en tu casa—comentó.

—Solo que mi cama era más grande—agregué. Ambos reímos y nos acurrucamos aún más uno junto de otro.

Busqué su mirada y me quedé admirando su rostro. Acaricié su mejilla con la punta de mis dedos y besé sus labios suavemente. Cuando quise separarme, me presionó aún más a él haciendo que nuestras bocas volvieran a unirse. El beso tomó cada vez más profundidad y pasión causando que mis músculos se relajaran más de la cuenta. Él comenzó a colocarse sobre mí con cada movimiento de nuestros labios. Finalmente, nos separamos y nuestros ojos se conectaron; parecía que se estaban comunicando y nos obligaban a actuar a su voluntad. Volvimos a besarnos, pero de una manera más intensa. Metí mis manos dentro de su camiseta sintiendo su bien formada espalda. Él sujetó mis manos y me ayudó a quitársela por completo. Ya fuera del camino, sus besos bajaron hasta mi cuello dándome choques eléctricos en la espina dorsal. Colocó sus manos sobre mi vientre y levantó mi camiseta un poco. Al verme, su mueca se volvió extraña.

—¿Ocurre algo?—pregunté con la voz tenue.

—¿Qué te pasó aquí?—cuestionó con preocupación tocando mi vientre de nuevo. Levanté un poco el cuello y llegué a ver las cicatrices que tenía allí. Las recordaba claramente: esas marcas eran la razón por la que me fui de Chicago.

—Tuve… un accidente. Sí, de auto. Fue antes de mudarme a Los Ángeles.

—No sabía nada de esto—comentó.

—Lo sé, y son horribles.

—No—. Se inclinó y plantó un beso sobre mi vientre—. Son hermosas porque son parte de tí, y eres perfecta tal y como eres—continuó besando cada una de mis cicatrices para luego quitar mi camiseta. Su rostro volvió a estar a la altura del mío y lo miré con miedo.

—No estoy segura de esto.

—Si no quieres hacerlo, no te voy a obligar.

—Quiero, pero no sé… tengo miedo—dije evitando su mirada.

Tomó mi barbilla y acarició mi mejilla suavemente— No temas, te voy a cuidar.

Con solo esas palabras me bastaron para confiar en él. Volví a besarlo y todo comenzó a darse naturalmente.

—Así que tenías todo planeado, eh—comenté al ver que tiraba el envoltorio de un preservativo al suelo. Reí fuertemente y él solo tocó mi nariz con su dedo índice. Ambos ya estábamos sin ningún gramo de ropa, y mi nerviosismo se volvió más latente.

—¿Lista?—preguntó. Yo asentí y juntamos nuestros cuerpos aún más—. Tranquila, ¿sí? Estoy aquí y nada te pasará.

Volví a asentir. Entrelazamos ambas manos entre sí y unimos nuestros labios. Sentí un pequeño dolor y lancé un quejido.

—¿Quieres que pare?—preguntó separando nuestros labios. Disentí y volvió a unir nuestros labios. El dolor seguía aumentando, pero al cabo de un rato se desvaneció, reemplazándolo con placer. Mis manos apretaban tanto las de Kendall que sentía que se las rompería en cualquier momento, pero a él pareció importarle poco. Y finalmente, sentí el punto más alto de placer haciendo que suspirara fuertemente.

Una fina capa de sudor nos cubría a ambos, y nuestros pechos se desinflaban e inflaban notablemente. Observé los verdes ojos de Kendall y me perdí en su profundidad.

—Te amo—dije agitada.

—También te amo—respondió dejando un pequeño beso en mi frente.

Nos separamos y Kendall se recostó junto a mí. Me rodeó entre sus brazos y apoyé mi cabeza sobre su hombro para pensar en tomar un descanso. Mañana tenía que volar a Nueva York y no podía quedarme dormida.

—Gracias—dije de repente.

—¿Por qué?

—Por ser tú.

Levanté la vista y vi como su hoyuelo se marcaba al formar una hermosa sonrisa. Con su única mano libre, tomó mis mejillas y me dio un breve beso. Apagué la luz de la mesita de noche a mi izquierda y me acomodé para dormir lo más posible. Extrañaba el calor de Kendall confortándome en la noche, como esa vez en mi casa. Aún lo recordaba perfectamente y sonreía cada vez que pensaba en todos esos momentos que vivimos juntos. Algo rondaba en mi cabeza: la frase ‘eres perfecta tal y como eres’. ¿Esas horribles cicatrices le parecían hermosas? No sabía por qué deberían serlo si cada una contenían los peores recuerdos de mi viejo hogar.

¿Era esto una señal? ¿Sería ya la hora de que supiera toda la verdad sobre mí? 

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NO SE MUERAN. NO SE MUERAN. ah. En serio, si se mueren se quedan sin final (? ah. Nada, eso. ¿Qué les pareció? No sé, no soy buena describiendo ese tipo de cosas, y no me gusta ser muy detallista, pero bueno, eso. Espero que les haya gustado!

Por cierto, NO ES PERFECTA ESA CANCIÓN DE CARLY? Buah, ella es perfecta, so... es obvio que sus canciones son perfectas. Juro que estoy muy obsesionada con el primer album de ella, es como muy hermoso y necesito escucharlo todo el tiempo. 

En fin, muchas gracias por los comentarios, los votos, las leídas. Todo, gracias!! Por cierto. veo que muchas votan los caps, pero no comentan. Comenten! No muerdo. Además, me interesa saber su opinión.

En fin... LOS QUIEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

xoxo T.J.

runaway love ➤ {schmidt}Where stories live. Discover now