Capitulo 1: Primer paso

4.5K 338 247
                                    

La alarma de mi teléfono había sonado, al despertarme me apresuré a detenerla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La alarma de mi teléfono había sonado, al despertarme me apresuré a detenerla. Pues había visto la hora y pensé que podía disfrutar unos minutos más tendida en la cama, casi dormida. Por más que lo quisiera, los nervios que tenía no me lo permitían.

Hoy, después de mucho tiempo, es mi primer día de escuela. Por fin, podría relacionarme con otros de mi edad que no estuvieran locos o cumpliendo una condena… Aunque fueran crueles, absurdos y estúpidos
eso sería mejor compañía de la que tenía antes. Hace un mes terminé con mi condena en la correccional. Después de eso, mi madre había llegado con una de sus extravagantes ideas y fue cuando quedamos en mudarnos a Reino unido, eso porque me dejó elegir donde iríamos… sería un nuevo comienzo. Yo no tenía problemas con irme, no tenía motivos para quedarme donde vivíamos. Cuanto más lejos pueda estar de ese jodido pueblo, de mi antigua escuela y viejos amigos ¡Mejor! Al menos así podría, tener la oportunidad de no ser juzgada por tantos imbéciles que no entienden nada, más que su pequeño círculo que tienen como mundo.

Lo que necesito… es entender más de mi condición. Si retrocedo en el tiempo para ir al momento justo donde todo cambió, no logro encajar las piezas y todo pierde sentido. Cuando me transformaron vampiro, no vi quien lo hizo… mucho menos podría saber, porqué me haría algo así. Qué según, la carta que me dejó, lo hizo para salvarme.

Lo poco que sé, es por esa carta. Decía “Esa pelea te dejo más en la vida que en la muerte y fue por ese motivo que no tuve otra opción más que convertirte en lo que eres ahora, un vampiro. Los planes no eran transformarte aun, pero la circunstancia alteró todo. Ahora tienes que descubrir tú misma porque fue a ti que te tocó vivir esto, eres más de lo que crees. En cuanto salgas de este lugar ve a Reino unido, Yorkshire. Allí podrás encontrarte a más de tu especie dispuestos ayudarte, si es que tienes suerte. El anillo que acompaña está carta te protegerá del sol, si no lo usas arderás en el. La piel de los vampiros no puede absorber la energía de los rayos solares, eso ayuda a canalizarlo. Concéntrate, más que nada, en controlar tu sed de sangre. Eres inteligente, sé que puedes hacerlo”. Muy relajado ¿verdad? ¡Vamos! ¿Cómo puede hacerlo así? Digo, convertir a alguien y ¡no ayudarlo! Encima, la carta tenía una firma “atentamente P.R”. La frase “nuestros planes no eran transformarte aún”, licuaba mi mente. O sea ¡Estaba planeado! No, eso solo no ¡Aún! ¿Aún? Así que… ¿Por qué lo hicieron antes de lo previsto? Cada cosa que decía, me generaba más curiosidad que hasta el momento parecía imposible de satisfacer.

Al parecer el tiempo que estuve muerta, antes de revivir cómo vampiro, fue a causa de una pelea. Es lo único, que si logro recordar. Luego, fue que entendí porque estaban tan motivadas a golpearme hasta morir… era todo parte del plan. Y también, me di cuenta que soy horrible peleando… aunque, esa vez, era más de una persona contra mi.

Como seguía en la cama, probaba con cerrar los ojos un rato para intentar dormirme otra vez, pero estaba algo nerviosa y fruncir tantos los ojos solo me estaba causando dolor. Lo peor, es que tengo que escuchar con una audición mucho más volátil los perturbadores gritos de mi madre, que irrumpían completamente en mi momento de paz.

—¡Victory! ¡Vamos, despierta! —parecía una loca. Con ganas de que se calle, salgo de la cama en un salto.
¿A quien le gusta empezar así el día? ¡Mierda madre!

—La seguridad de la correccional no tiene comparación contigo —bufé malhumorada—. Es como si tuvieras un megáfono en tu garganta ¿lo tienes? —arquee una de mis cejas.

—Bueno, en esta casa soy la autoridad —sonrió triunfante, enmarcando su poder—. Anda prepárate, hoy saldremos temprano.

—Pero es demasiado temprano —excusé mientras mi ceño comenzaba a fruncirse y a entristecerse.

—Has lo que te digo —tengo poca paciencia y su modo madre mandona me iba a sacar de quicio ¡No tiene idea lo difícil que es controlarme! Lo es, es muy difícil. Más aún cuando me hacen enojar.

Claro que no me queda otra opción que hacerle caso, de lo contrario aparecería el discurso de "Mi techo mis reglas, estás a mi cuidado, eres una mocosa, habla cuando te sustentes sola y bla bla bla" 
(...)

—Llegamos —la alegría en su tono de voz, era exagerada. No comprendo, que tiene esto de alegre—¿Estás lista?

Aunque quería empezar de nuevo, y estaba algo emocionada… ya me estaba arrepintiendo.

—¡Claro que no! —mi expresión de indignada, podría ganar un concurso —No conozco absolutamente a NADIE aquí —no me da miedo ser la nueva, o estar sola… pasa que, no sé con que me podría encontrar. Supongo, me quedé traumada—, además se ve deprimente —dije señalando a la escuela.

Con ver ese lugar daban ganas de quedarse afuera. Las paredes de afuera serían totalmente gris si no fuera por unas cuantas enredaderas aferradas a ellas, espero… que esté fumigado. El césped parecía que estaba muriendo, con tantos espacios en el rodeado de amarillo.

—Esa era la idea de la mudanza, mi niña. Puedes conocer a quien quieras, y mostrar tu mejor versión, sin que anden pendiente de tu pasado —Sé… la versión que no tengo que mostrar. A nadie, ni a ti.—. Ahora anda, tu eres fuerte eso ambas lo sabemos.

—Tienes razón ¡Lo estaré!

Entendi que, no hay que tener miedo, por experimentar nuevas cosas. Aunque se me hacía un poco difícil escuchar mi propio consejo.

—Suerte hija —besa mi frente.

Por más gris y aburrido que parezca este lugar, todo es mas agradable que la correccional a mi parecer. Yo, no compararía la escuela con una cárcel, de verdad, no se parecen en nada. Hablo en experiencia propia. Si... estaba en una correccional. No es que, sea una delincuente. Tuve que ir por encubrir a mi padre, por guardar secretos que lo comprometían. Yo sentí que debía hacer algo para protegerlo, para proteger a mi familia, por supuesto que termine demasiado involucrada, sin embargo de lo único que me arrepiento es de no haber podido evitar todo lo que sucedió luego.

—¡Cuidado! Mira por donde caminas, lunática —grita una chica malhumorada a la cual choque sin querer.

—Lo siento —mordí mi labio inferior, escondiéndolo totalmente—, me distraje tratando de encontrar la clase —mentí. Sabia donde iba pero no quería ganar una enemiga el primer día. Además no la vi pasar, estaba en la Luna. Así que, lunática estaba bien.

—¿Eres nueva o idiota? —el descontento en su rostro, me hizo creer que ya me odiaba.

—No te había visto en el camino. Lo siento ¿cuántas veces quieres que lo diga? —intento darle la espalda y seguir caminando pero me jala del brazo.

—Espera, fui una grosera —negó con la cabeza—. Déjame ayudarte a encontrar tu sala ¿cuál buscas?

Su cambio de humor, ya me dio piel de pollo.

—Física avanzada.

—¡Fantástico! —exclamó dando saltos de alegría igual que una niña pequeña— También tengo clases de física, justo ahora. Anda por poco llegamos tarde —comienza a caminar y hace un gesto para que la siga—. Mi nombre es Amanda, por cierto.

—Victory —sonrío amablemente.

Así fue como me dirigí a clases con una total desconocida algo bipolar.

—Clase, hoy tenemos dos nuevos alumnos —habló algo entusiasmado—. Ella es Victory Thorne.

—Bienvenida cariño —dice un estudiante, mirándome de arriba-abajo en lo que me giña el ojo.

—¡Silencio! —dice el profesor. 

La puerta se abre y un chico pasa por ella, entrando al salón.

—Lo siento mucho, tuve unos inconvenientes en el camino —excusa el chico.

—Primera y espero que ultima Jake Crawford ¿cierto? —lo mira y el chico asiente— El otro nuevo. Siéntate junto a Victory —nos señala la banca libre.

No veía chicos hace bastante tiempo, la correccional era solo chicas. Y los chicos de aquí, estaban infernales. Pero, no es para tanto. Que me toque sentarme con uno ¡Era emocionante! Las chicas, me caían un poco mal de tanto convivir con locas. Me sorprendí mucho lo agradable que era, porque sinceramente el aura de autoridad  que se desprendía de él me intimidó por un momento.

Al terminar la clase fui a guardar mis cosas y me encontré con él nuevamente, o mejor dicho: él me encontró.

—Victory, lo siento si tenías planeado sentarte con alguien más.
Parecía un sol ¿vino a disculparse? ¿solo por eso?

—No te preocupes, acabo de mudarme y no conozco a nadie aquí —dije cabizbaja. Cuando vaya a mi casa no tendré otra cosa que hacer más que aburrirme, mi mamá trabaja así que tampoco puedo estar con ella.

—Yo igual. En realidad de niño vivía aquí, solo que ahora volví y no me quedan amigo en este lugar —sonrió mostrando cada uno de sus dientes—. Si te apetece te podría enseñar la ciudad, al menos conozco algunos lugares.

—¡Me encantaría! —si, lo dije muy emocionada. Me alegraba tener algo que hacer. Este es el chico más amable que he conocido, hasta ahora—. ¿Cuándo?

—¿A la salida te parece?

Obvio que acepte.  Pero la jornada escolar, apenas empezaba. Al menos, ahora podía safar de ir a casa... ¡Y quizás.. pueda saber más de esta ciudad! Me ponía, de muy bien humor solo pensar en ello.

VictoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora