Capitulo 32: Instintos del corazón

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Voces distantes razonan en mi cabeza y muchas veces quieren obligarme, someterme. No quiero hacer lo que susurran dentro de mi, sería una blasfemia. Por suerte mi voluntad va mucho más allá de lo que dicta mi instinto, que aclama ser liberado.



Estar entre humanos cada día no es nada alentador. Ellos sangran todo el tiempo, temo ceder ante tanta tentación. No es que no pueda mantener mi control, sino que el enemigo interior es impredecible, nunca se puede saber cuándo va a jugar en nuestra contra. De todos modos yo no podría sucumbir ante la primera oportunidad, con todo el trabajo que me costó mantenerme al margen no lo echaría a perder tan fácil.



Los vampiros somos una raza sometida, vivimos escondidos solo porque así debe ser. Algunos estamos a favor de los humanos y los tratamos como iguales, respetando su existencia. Pero si ellos supieran de los vampiros sin dudarlo nos matarían, harían lo que fuera por extinguir la especie. Ese es el problema, si un vampiros mata está mal por el simple hecho de ser una abominación, pero si lo hace un humano está bien ¿cierto?



No me malentiendan no es que ahora apoye a los vampiros porque no es así, se que la mayoría no son más que depredadores. Sin embargo, es tiempo de admitirlo, ahora es lo que soy. Replicar a la reacción de los humanos no es posible, tienen todo el derecho de querer protegerse de nosotros.



Unas mini-vacaciones no me vendrían nada mal, lejos de los humanos. Fue por eso que decidí quedarme unos días aquí con Luke y toda la estirpe de vampiros, solo por un tiempo. Necesito convivir con los de mi especie, saber más de ellos. Todo lo que sé es lo que escuché de los Devonshire, lo que leí en libros y también en internet pero la mayoría de lo que está en la web es una basura.



Necesito saber cómo paso todo esto, cómo fue que terminé elegida; no solo para ser convertida si no también para tener el control de la estirpe Sangfroid. Porque seamos sinceros, yo jamás podría ser la indicada para todo eso. Pero si por algún motivo lo soy, necesito saberlo.



Creía que también iba a estar libre de tensiones amorosas pero eso no fue posible, Dante insistió en visitarme. Yo no era quien para negárselo, esta vez el pobre era inocente y por fin estamos esclareciendo eso tan extraño que tenemos.



Lo que evidentemente quería evitar era algún pleito entre Derek y Dante.



Derek aún no está recuperado, trabajo en eso y si Dante lo induce a más presión no será nada bueno.



Esta chica, Sigrid es su nombre, no parece del todo incómoda aquí. Aún está resentida con Derek por usarla como saco de sangre, pero ahora él es todo lo que tiene. Todos la miran pretenciosos, se quejaron de que invade la armonía de aquí, pero pronto se acostumbraran... eso espero.



Yo no entendía muy bien como funcionaba todo en Sangfroid. A la hora de recibir algún servicio yo pensaba que lo obtenían solo por ser de aquí y claro que así no funciona. Cada quien debe ganarse las cosas, todos están obligados a colaborar con algo. Eso me parece bien ya que obtienen algo por mérito propio y a cambio obtienen un lugar seguro para todos ellos.



Hace un rato, al levantarme, noté que al parecer Dante estuvo observándome mientras dormía. Estaba dormido en el sillón junto a mi cama, antes compartía habitación con tres más pero ahora tengo una propia. Se veía como un angelito mientras dormía, parecía estar en paz, no fui capaz de despertarlo. Por lo tanto me levanté sigilosamente para que siga durmiendo, pues claro que no fue más que un patético intento.



-¿Ya te vas? -dijo Dante en lo que apareció enfrente de mi cubriendo la puerta.



-Oye -suspiré profundo para aliviar el susto-. No quería despertarte -alcé ambas cejas y esbocé una falsa sonrisa-¿Qué hacías durmiendo ahí?

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