Hogar

Extra 1

Pequeñas gotas de sudor recorrían por la piel canela de su tonificado cuerpo, sentía como el calor poco a poco aumentaba nublando un poco su visión, se encontraba apoyado en la mesa de su taller tratando de que sus piernas lo mantuvieran aun en pie pues en cualquier momento cedería por el temblor de todo su cuerpo.

La mirada miel buscaba por los alrededores aquel botiquín que mantenía en mano para situaciones como está pero no se veía por ningún lugar. Decidido emprendió el camino con intención de buscar en otro lugar pero sus piernas por fin cedieron al peso cayo de bruces al suelo. El aliento se le iba por cada jadeo que escapaba de sus labios rosas y carnosos. La presión en la parte baja del pantalón más la humedad presente le incomodaban por sobre manera por lo que opto por quitarse el pantalón junto con los boxers dejando su hombría erecta de la cual una pequeña gota de su miel se derramaba libre de cualquier prenda.

Sentándose en el suelo apoyando su espalda con la base de la mesa abrió sus piernas con un suave y ligero sonrojo por sus mejillas, llevo su diestra a sus labios lamiéndose los dedos humedeciéndolos un poco y la guío a su hombría en la cual comenzó a darse suaves caricias y masajes de arriba hacia abajo, ejerciendo solo un poco de presión pues la aumentaba a medida que se dejaba llevar por el placer.

Un gemido profundo escapo de sus labios al sentir como poco a poco llegaba al climax, la habitación se lleno del intenso aroma a café y leche dulce proveniente del pequeño omega castaño, libero sus orejas como su cola de leopardo en el momento que llego al orgasmo manchando su mano como parte del abdomen, espero pacientemente a que los temblores pos-orgasmo de su cuerpo pararan y llevo su mano para lamer la esencia derramada. Chasqueo su lengua un poco, el celo le tomo por sorpresa.

Insatisfecho procedió nuevamente a jugar otro poco más con su hombría mientras lamia de manera desesperada los dedos de su mano izquierda, satisfecho con la humedad de estos la guío hasta la parte baja de su cuerpo, tanteando de manera tímida aquel diminuto anillo entre sus glúteos. Jadeo al sentir como su dedo entraba con ligeros movimientos circulares sin descuidar en ningún momento a su adolorida e hinchada hombría. Echo su cabeza atrás cuando un segundo dedo entro en su interior haciendo movimientos de tijera disfrutando del chapoteo que hacía al embestir sus dedos en su lugar de placer. Tan concentrado estaba en auto-satisfacerse que no se percato de las pisadas en el lugar.

El alfa rubio buscaba de manera desesperada a su omega al percatarse del estado del menor, había estado jugando en la sala con sus pequeños cuando el delicioso aroma de su omega en celo llego a sus fosas nasales, sus labios fueron delineados al pasar su lengua lamiéndolos saboreando el celo de su pareja. Inmediatamente tomo a sus dos hijos y sin demora alguna los cargo en brazos para salir a toda prisa de la mansión para llevarlos a casa de su amigo Sam, los dejo sin dar muchas explicaciones pues al hombre le basto mirar sus ojos brillosos y respiración agitada para saber lo que estaba sucediendo.

Steve llego a la mansión y sin duda alguna se dirigió al taller donde momentos antes estuviera Tony realizando reparación o algún trabajo a sus armaduras. Al abrir la puerta el aroma le llego de lleno haciéndole babear. Su alfa interior rugió de completo placer al ver a su dulce omega en pleno taller y echado en el piso dándose placer. Se saco la playera tirándola sin importar donde cayera y la misma suerte tuvo su pantalón como interiores.

Stark tan concentrado estaba en su propio placer que dio un respingo al sentir como su diestra era apartada de su hombría y era reemplazada por la cálida boca de su alfa, jadeo de sorpresa echando la cabeza hacia atrás con un gemido de satisfacción. La rubia cabellera subía y bajaba sin parar de engullir la polla que tenía entre sus labios, la saco solo por unos momentos para lamer recorriendo con su lengua las venas exaltadas del miembro dando un suave mordisco en la cabeza de esta disfrutando al ver a su compañero respingar por el efecto. Lamiéndose los labios volvió a engullirlo por completo chupando de manera profunda y algo desesperada, pues anhelaba sentir la esencia como el sabor que este prometía.