Capítulo 11

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Cuando manejaba de vuelta a la mansión su mente vagaba en recuerdos de su hermano, muy pocas veces lo vio sonreír o expresarse con afectividad, quizás siendo niño descubrió que otros tenían mejor situación económica, deseó tener juguetes costosos como otros, le pidió a Santa Claus regalos que nunca llegaron, no lo sabía con exactitud.

Camila la miraba de reojo, el rostro de la ojiverde lucía afligido más que molesto, el hecho de que fuese muda aumentaba sus ganas de saber que había detrás de esa fachada seria, que cosas pasaban por la mente de quién no podía expresarse como lo deseaba cada vez que quería.

Sin decirle alguna palabra llegaron a la mansión. Lauren estacionó el costoso vehículo en el garaje y cuando giró la llave para apagarlo, se dio cuenta de que Camila tenía la vista seria y fija al frente. Antes de bajarse, ésta le dio un vistazo lento de arriba abajo como si tratara de leer la mente de esa mujer, los ojos de la ojiverde se abrieron sorprendidos porque no esperaba que la heredera quisiera inspeccionarla de esa forma.

Camila: Adiós –murmuró cerrando la puerta y desapareciendo por un costado sin notar que Lauren la observaba con curiosidad. ¿Qué demonios quería?

Se dirigía al cuarto de casilleros donde tenía sus pertenencias en silencio, pero afuera estaba Alejandro Cabello con una mirada tranquila. Quizás leyó su expresión facial porque habló de inmediato.

Alejandro: Sé que no me esperabas acá, volví antes de la reunión.

Lauren: "¿Necesita algo señor?" –escribió rápidamente.

Alejandro: Quiero que me acompañes a mi despacho, tengo preguntas y propuestas que pueden interesarte. –El estómago se le apretó con aquella sensación de intriga, Jauregui sentía curiosidad sobre qué cosas podría decir. Apenas atravesaron una de las salas de estar principales, Camila corrió a abrazar a su padre. Lauren miraba de reojo la situación, no sabía si eran celos pero ella también tenía deseos de poder abrazar a su papá, era imposible lo que la ponía aún más frustrada. Incluso en relaciones personales ella le ganaba- Estaré ocupado hablando con Lauren, espero nadie me interrumpa ¿Podrás dar ese aviso?

Camila: Por supuesto papá –le dio un vistazo rápido a cenicienta y se fue caminando hacia su habitación, bastaba sólo una llamada para darles la orden a todos de que el señor Cabello tenía una reunión privada pero ¿Qué podía ser? ¿Por qué le interesaba tanto saberlo?

...............

A pesar de haber entrado con anterioridad a esa oficina, los ojos verdes de la muchacha observaban con detalle todo lo que decoraba el lugar. Había lujo, por supuesto y tecnología, pero también un sentido muy grande por la literatura porque los estantes estaban llenos de libros, tanto antiguos como nuevos y en otros idiomas. Sonrió de forma sarcástica, este no era su mundo y era imposible llegar a ser como el gran Alejandro Cabello y su esposa. El hombre frente suyo se sentó en un asiento de cuero color beige, enorme y giratorio que le daba aún más aire de superioridad del que ya tenía, pero a diferencia de otros ricos, Cabello parecía ser generoso o más cercano con el resto. De su cajón y en silencio sacó unos papeles dentro de carpetas y las puso sobre el escritorio con cuidado.

Alejandro: Estamos en confianza, nada de lo que hables aquí saldrá a menos que tú lo decidas ¿Confías en mi palabra? –Jauregui asintió sin dudarlo, por alguna razón le creía- Bien, como hay confianza quiero preguntarte varias cosas. Me surge una duda, el hecho de que seas muda ¿Es permanente? ¿Estás en tratamiento?

Lauren: -sostuvo una libreta y comenzó a escribir con paciencia- "No es permanente, sólo fui unas semanas con especialistas pero no tengo los medios para seguirlos costeandolo, mi problema no es físico sino psicológico" –siguió escribiendo- "el accidente fue un trauma tan fuerte que algo pasó en mi cerebro que hace que aunque quiera no puedo hablar."

Cinderella {Adaptación Camren}Where stories live. Discover now