Cinderella {Adaptación Camren}

Capítulo 13

Llegó la hora del almuerzo después de la tercera clase de la mañana. Todos comenzaron a reunir sus pertenencias para dejarlas en los casilleros y caminar hacia el enorme casino de la escuela donde se disponían de múltiples mesas.

Lauren caminaba tranquila hacia su casillero, sabía que más de alguno se quedaba mirando y no le importaba en lo absoluto, trabajando tuvo que lidiar con miradas despectivas de los clientes y de seguro esta no sería la excepción. Pero había algo que ella no sabía, es que muchas de esas miradas de pasillo eran de hombres y mujeres que quedaban sorprendidos de la belleza y seriedad que irradiaba.

Cuando abrió su casillero se dio cuenta de que había un sobre blanco a su nombre. Extrañada la sostuvo entre sus manos para abrirla y leerla porque no era capaz de esperar.

"Aquí tienes una tarjeta de crédito para que pagues tu almuerzo todos los días de aquí hasta que termine el periodo escolar, es parte de la beca que te he dado y espero la aceptes con humildad. -Alejandro Cabello"

Sabía que detrás de tanta amabilidad había algo puntual que motivaba al señor Cabello a ayudarla y quería preguntarle el "por qué" cuando estuvieran juntos de nuevo. No conocía el establecimiento y éste como era muy grande comenzó a caminar para cualquier parte con tal de encontrar el casino. Observaba con atención alrededor suyo las cosas que tenía cerca mientras caminaba, sí, este sí era un establecimiento educacional digno, era limpio, completo y apenas conocía una parte porque no había entrado al gimnasio, las piscinas olímpicas, las salas de música, el anfiteatro y esas instalaciones que la hacían tan envidiable a los ojos de los que sólo podían costearse una educación pública.

Cuando al fin se dio cuenta de donde estaba el casino entró, pero se quedó con la boca abierta al ver que era precioso. A un costado había una infinidad de tipos de comida para colocar en el plato, al otro lado estaban las mesas y los asientos de una madera preciosa, estos últimos incluían un acolchado beige. En su escuela anterior todo era mucho más pequeño y de plástico.

Se acercó a la comida y se sirvió una porción de lasaña italiana con crema de champiñones, ensalada de papas, pan cortado en rodajas, una lata de Sprite Zero y un platillo de mousse de chocolate con coco rallado. Cuando llegó a la caja incluso la persona allí que no superaba los 30 años, la saludó con cortesía y aceptó la tarjeta de crédito a su nombre.

XX: Que tenga un buen almuerzo, provecho. –La ojiverde asintió y se volteó pero se encontró con un problema, todo parecía ocupado. No tardó demasiado en encontrar a Camila y su mesa.

La mesa evidentemente popular se conformaba por ella, Logan Lerman, tres chicos, Sara y dos amigas más, además de otras personas que los rodeaban sólo para escucharlos hablar. Apretó los labios, las reglas estaban establecidas y no podía pasar por su cabeza el estar cerca de la heredera, su estatus social estaba muy alto. Un poco nerviosa encontró un asiento vacío y no le importó caminar rápido hasta allí, la mesa se encontraba en un rincón cerca de la ventana.

XX: ¿Quién eres tú? –La aludida alzó la vista al muchacho delante suyo, un gótico de labios negros y lentes de contacto muy extravagantes. Con cuidado miró perpleja a los demás, había sentado su trasero en la mesa de los únicos relegados de esta escuela, personas con recursos pero que a pesar de eso eran etiquetados como "raros".

Lauren: -escribió en una libreta- "No había otro lugar vacío, lo siento"

XX: ¿Por qué no hablas, niñita? –sin entender parpadeó al gótico, pero una chica alta de cabello rubio teñido, lo detuvo.

Dinah: Cálmate un poco, vas a asustarla más. –Lauren se inclinó hacia atrás con las cejas fruncidas ¿Tenerles miedo? Por supuesto que no, sólo los encontraba totalmente diferentes al perfil del estudiante que la prestigiosa escuela Heidelberg esperaba tener- Tranquila chica, acá no nos comemos a los nuevos, a menos que quieran ser comidos. –Con una sonrisa falsa la ojiverde observó su plato y comenzó a comer.