Cinderella {Adaptación Camren}

Capítulo 37

El viento se mezclaba con las gotas de lluvia golpeando los árboles y las ventanas, la tormenta parecía un caos, quizás hacía demasiado frío, pero ella estaba en perfectas condiciones, demasiado perfectas para ser ciertas. Estaba despertando poco a poco de su sueño, cuando se dio cuenta que sentía cierto calor en la nuca, algo soplaba en su cuello y el borde de su oreja derecha también. Lauren estaba durmiendo profundamente con su rostro apoyado contra la nuca de Camila, el aire que exhalaba de la nariz llegaba directamente contra su piel justo para brindarle más calor. La abrazaba como si fuese un oso de peluche, tenía ambos brazos rodeándola por la cintura pero una mano más cerca del escote de su pijama de seda. Qué oportuna ¿no? Sentía como si nada malo pudiese pasar en este momento porque tenía a una mujer que la protegería de todo. Sonrió un poco con la idea casi infantil, pero dulce, sí, muy dulce.

Camila: Sigo pensando ¿Qué estás haciendo conmigo, bonita? –No había mucha luz, las nubes grises ensombrecían el día, pareciera como si recién amaneciera cuando en realidad eran las 9 de la mañana- Podría quedarme todo el día así, entre tus brazos. -Tenía ganas de ir al baño, pero si se movía la despertaría, si se volteaba también- Quiero verte dormir –lentamente comenzó a girarse, pero instintivamente el cuerpo de Lauren se volvió a acomodar contra ella, esta vez apoyando su cara contra uno de sus pechos- Que oportuna, mi cenicienta... que oportuna. –Introdujo su mano en la cabellera despeinada de la ojiverde, le encantaba como jugaba siempre con el, era suave y olía muy bien- ¿Por qué las cosas no pueden ser más faciles? ¿Por qué no apareciste antes en mi vida? –Se movió un poco para alcanzar su frente y dejarle un beso profundo.

Lauren: Mmm Camila –arrastró su nariz por el pijama, se sentía tan suave y blanda esa área que sin darse cuenta dentro de su sueño sonrió bobaliconamente. Camila se mordía los labios tratando de aguantar la risa, incluso cuando no estaba despierta seguía siendo de esa manera- Camila, mía. –La morena abrió los ojos sorprendida ¿Qué había dicho? Su ronca voz... ¡Dijo mía!

Sintió que el calor se acumulaba entre sus piernas con esa palabra tan posesiva. Y lo había dicho ¡Lo había dicho y pudo oírlo! Santo cielo quería escucharla hablar más, lo necesitaba como el aire. Deseaba escuchar todas las palabras salir de su boca, porque estaba segura que era una delicia escucharla.

Camila: Lauren, Lauren –le levantó la barbilla y la besó de a poco en sus labios, estaban calientes y suaves. Se le contrajeron los músculos, con Logan no había reparado en esos detalles, ni en el cómo se veía durmiendo- Lauren despierta ¡Viene mi mamá!

Lauren: "Mierda" –moduló sentándose alarmada en la cama, pero volteó de inmediato cuando escuchó a Camila retorcerse de la risa. No pudo enojarse cuando estaba con el cabello sobre la almohada, sus manos en el vientre, sus mejillas sonrojadas y su preciosa dentadura a la vista, esa imagen era un regalo de los dioses. Se acercó a ella como un león, la acorraló contra el colchón y sin pedirle permiso le mordió despacio el sector entre el cuello y la barbilla, ese sector donde tenía una fijación y que le temblaba tanto a la morena cuando estaba excitada o emocionada.

Camila: Lauren... –gimió al instante, estaba receptiva.

Lauren: -se separó para mirarla unos segundos, acarició su rostro con el pulgar, sus ojos realmente parecían estar conectados- "Te quiero Camila, realmente te quiero." -moduló antes de volver a besarla.

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"¡Subieron las notas!" exclamó un muchacho en el salón cuando aún no había llegado el profesor asignado de educación cívica. Lauren sacó su ipad y con agilidad en ambas manos ingresó a la página web de Heidelberg. Era día miércoles 29 de noviembre, hoy entregaban todas las calificaciones finales del primer semestre, la próxima semana sólo debían venir quienes debían algo y por suerte ella estaba al día y con muy buenas notas. Secretamente le mandó un mensaje por WhatsApp a Camila.