4 | Fotografía

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Narrado por: Anko Mitarashi

Después de un rato de estar recorriendo el Bosque de la Muerte camino a la Torre, llego a un claro extenso, donde me siento sobre una roca para descansar. Me duele todo el cuerpo, en especial mi mano izquierda (que fue atravesada por mi propio kunai) y mi cuello (por el Sello Maldito del Cielo). De un bolsillo de mi abrigo, saco una venda y me curo de manera incorrecta mi mano ensangrentada. Ni si quiera me molesté en limpiar la herida.

Después de "curarme", me pongo a pensar en todo el tiempo que he perdido y en que alguien debería decirle a Hokage-sama sobre lo que pasó con Orochimaru específicamente, yo.

Para dejar de abrumarme con pensamientos que tienen que ver con Orochimaru, me levanto y continúo caminando por el claro lleno de rocas de gran tamaño para volver a adentrarme en el bosque.

Cuando llego al límite entre el claro de las rocas gigantes y el bosque, detecto varias presencias. No sé cuántas sean, pero algo que si tengo seguro, es que son animales. Ni idea de que clase sean, pero son animales. A los pocos segundos, tres tigres de gran tamaño salen del bosque, confirmando mis sospechas.

―No tengo tiempo―me digo en voz alta.

Los tres felinos me acorralan contra una roca que me supera en altura. Quiero hacerles frente, pero el dolor vuelve de manera inesperada, haciéndome gemir. De pronto, las bestias se quedan totalmente paralizadas. Es un jutsu de parálisis, pienso.

―Así que ahí estás, Anko―escucho que me dice una voz.

Dos Cazadores Especiales ANBU aparecen cerca de mí. Eso me hace enfadar.

―Oigan imbéciles ANBU, ¿no creen que se tardaron mucho en llegar? ―les digo, lanzándoles miradas asesinas.

―Oye, no te pongas grosera―me regaña uno. ¿Acaso se cree Hokage-sama cómo para regañarme por mi vocabulario?

¿Cómo quieren que me ponga entonces?, pienso.

El dolor de la marca de maldición se hace más fuerte y provoca que vuelva a caer de rodillas, como cuando Orochimaru estuvo frente a mí y que no pude matarlo. Vuelvo a gemir de dolor.

―Anko, ¿te encuentras bien? ―me pregunta uno de los ANBU, pero me es imposible contestarle― ¿Qué sucede? ―el ANBU se acerca― La marca de maldición ha aparecido, eso significa... ¿Orochimaru? ―detecto miedo en su voz.

― ¿Qué? ¿Aquí? ¡No! ―dice el otro.

― ¡Rápido, debemos darnos prisa! Te llevaremos con Hokage-sama.

―No, no―digo después de haber recuperado un poco la fuerza―. Llévenme a la Torre.

― ¿De qué estás hablando? Sabes que debemos dar la alarma al primer rastro de Orochimaru. Eso es más importante que los exámenes Chūnin.

Pero no tanto como que él quiera destruir la aldea, pienso.

―Lo sé, pero... Entonces traigan a Hokage-sama a la Torre, yo le explicaré todo ahí.

Los Cazadores Especiales se agachan y ponen mis brazos alrededor de sus hombros, se levantan y con mucha rapidez, comienzan a dirigirse a la Torre. Siento vergüenza de que me lleven cargando, pero el dolor es igual que cuando era una niña.

(...)

Cuando llegamos a la Torre, quito mis brazos de los hombros de los ANBU. No quiero que me vean como alguien débil, en especial alguien que me dijo que estaría esperándome. Seguramente los Cazadores Especiales me miran con desaprobación por detrás de sus máscaras, pero los ignoro.

Herramienta (Kakashi x Anko) #NA2017Where stories live. Discover now