Capítulo 08

32 1 1
                                    


Capítulo 08

Este capítulo va dedicado al primer lector que mostró su interés y me dejó saber su opinión en los comentarios. Muchas gracias @hyosang97 y a mi también me gusta tu foto de perfil ♥.♥

~*~*~*~*~*~


—Sálvalo...ayúdame a salvarlo, por favor...ayúdame a salvar a Dom—

El aire se convirtió en la brisa helada del norte que provocaba temblores y ganas de no seguir hacia adelante. El cuerpo de Beira parecía estar detenido en el tiempo de su propia consciencia. El espacio le pareció reducirse y toda persona, excepto el prisionero desapareció para ella. Lentamente, Beira giró su torso pero no se atrevió a levantar la mirada del suelo. Tenía miedo...miedo de levantar la mirada y en los ojos lilas de aquel hombre encontrar la verdad.

— ¿Q-Qué fue lo que dijiste?—

—Eso fue lo que escuché, ahora fuera de aquí...los dos— el prisionero se levantó con lentitud y con la mirada pegada al suelo.

—Repítelo...— le exigió Beira con un ligero quebrantamiento en su voz

—Largo—

—Repítelo— no hubo respuesta. Beira levantó la mirada y vio entre sus ojos aguados la espalda de aquel hombre y eso lo saboreo como si fuera la cosa más asquerosa que había probado. Beira se olvidó de que su acompañante le estaba hablando y tirando de ella, para Beira él no existía. Solo quería correr donde el prisionero y eso hizo.

Sin previo aviso, Beira comenzó a correr hacia la celda y con dificultad pasó entremedio de los barrotes. Alargó su mano e hizo que el prisionero se girara a verla directo a los ojos. El mismo no disimuló su sorpresa y el deje de preocupación que pasó como quien no quiere la cosa.

— ¡Beira!— Osian entró a la celda como Beira y la separó del prisionero, pero ella no le dio un segundo adicional a Osian para pensar. Con agilidad tomó el brazo de Osian, tiró de él y con su pie golpeo la parte trasera de su rodilla provocando que Osian cayera al suelo.

— ¡Repítelo!—

— ¡Sálvalo...ayúdame a salvarlo, por favor...ayúdame a salvar a Dom! ¡Ahora largo de aquí!— gritó al mismo tiempo que chasqueaba los dedos y en un abrir y cerrar de ojos, Beira y Osian estaban en el salón de selección. Beira tardó unos segundos para reconocer donde estaban parados, pero eso no le preocupó tanto como ver la puerta del prisionero cerrada.

Con desespero se acercó a la puerta y por más que empujaba, halaba o simplemente la golpeara...la puerta seguía cerrada ante ella como si se burlara de su descontrol y necesidad. Ella gritó cuanto insulto se sabía y repetía la misma pregunta una y otra vez.

— ¿¡Como sabes de Dom!?— Osian se mantuvo en silencio mientras Beira se descargaba con la puerta y gritaba desesperada una respuesta. No fue hasta que ella dejo de gritar y se deslizó por la puerta, que Osian no se acercó.

—Ven...— la voz de Osian era suave y delicada. Él intentaba levantarla del suelo de la forma más sutil y suave que conocía, pero ella se resistía a abandonar la puerta. Beira no estaba pensando con claridad, no luego de escuchar el nombre de Dom. Quizás sus oraciones y mantras hicieron el efecto de borrar parte de las memorias con él, pero su corazón aún se encogía y se estrujaba contra su pecho al mencionar a Dom. Realmente, Beira no quería más respuestas por parte del prisionero...no debía. Su llamado había sido muy explícito con el prisionero más aún quedaba una pregunta suspendida en el aire. ¿Por qué ambos hombres escucharon cosas diferentes?

Index: La Orden de CahélWhere stories live. Discover now