Pistas

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Light Yagami observó su celular. Por séptima vez en el día, Misa volvía a llamarlo y apenas eran las 10 de la mañana. Con cierta desesperación, tiró su celular hacia su cama y procedió a ignorarlo. Por un momento pensó en apagarlo pero descartó la idea al creer que su adorado novio podría llamarlo.

Suspiró.

A pesar de que el pelinegro no daba señales de vida desde aquel incidente en el hotel junto a su padre y la estúpida de Misa, el castaño tenía la ligera esperanza de que éste lo contactara, aunque las posibilidades eran mínimas. Es más, no se sorprendería si Ryusaki no quisiera saber nada más de él, eso explicaría que no le contestara las llamadas.

Por si fuera poco, no había tenido la oportunidad de hablar con su padre debido a que él seguía ocupado trabajando en el caso Kira. Su padre era la única persona que podía darle información con respecto a Ryusaki luego de ese incidente.

¿Qué le había dicho su padre? Claro, que Ryusaki vivía en el edificio en donde él estaba trabajando. Lo más probable es que al ir a aquel hotel sería capaz de encontrar al pelinegro, en el peor de los casos llamaría a su padre y le preguntaría por el muchacho diciéndole que quería disculparse con él por la forma en que lo trató la estúpida rubia.

Era el plan perfecto o al menos el mejor que tenía hasta ese momento.

Con una sonrisa en el rostro, y más tranquilo, Light se metió en la ducha tratando de olvidar su constante dolor de cabeza y pensando que, cuando estuviera frente al pelinegro, podría solucionar el problema y todo volvería a ser perfecto entre ellos dos.

Una vez estuvo listo, el castaño decidió tomar un taxi. De esa manera llegaría más rápido al hotel y tendría más tiempo de hablar o, en el peor de los casos, buscar a Ryusaki.

...

Se encontraba en el vestíbulo del hotel. Desde aquel día en que tuvo la charla con el detective Yagami no se había podido concentrar. Ahora era consciente de que el padre de su ex pareja lo seguía con la mirada y le prestaba más atención que antes, como si esperara que él hiciera algo o su hijo apareciera de la nada a pedirle perdón.

Estúpido.

Era imposible que las cosas se solucionaran con el castaño. Si bien éste lo había intentado contactar desde aquel día, Ryusaki no se sentía lo suficientemente confiado como para responderle el teléfono. Por si fuera poco, tenía que seguir pendiente del caso Kira ya que había estado muy distanciado de éste debido a todos los problemas obtenidos gracias a Light.

Justo en ese momento, el equipo de investigación se encontraba en el local del canal de televisión que había transmitido la amenaza de Kira a nivel nacional. SI tenían suerte, la cinta no habría sido manipulada por muchas personas y podrían encontrar alguna pista o huella que los llevara a descubrir la identidad del famoso asesino.

Ryusaki suspiró.

Definitivamente enamorarse había sido la peor decisión que pudo tomar en ese momento. Aunque no era su culpa. Light y él se habían conocido de una manera poco convencional y a raíz de eso fue que comenzaron a tener una relación. No es como si él hubiese tomado la decisión de emborracharse y hubiese obligado al castaño a llevarlo a su departamento y cuidarlo.

Volvió a suspirar.

Si lo pensaba bien, mantenerse alejado de Light no era una mala idea. Si él mantenía al castaño fuera de su vida, al menos por un tiempo, significaría que sería capaz de concentrarse más en el caso. Prestar más atención al patrón de conducta de Kira, analiza sus acciones, encontrarlo, destruirlo.

Una vez que lograra derrotar al asesino entonces podría tomarse un descanso de sus investigaciones. Le explicaría toda la situación a Light y si él aceptaba, volverían a ser pareja.

Amándonos en la oscuridadWhere stories live. Discover now