Amándonos en la oscuridad

Primer amor

Las palabras recién pronunciadas por Ryusaki seguían haciendo eco en lo más profundo de su cerebro. No quería aceptarlo pero, inconscientemente, sabía que era un hecho desde que había empezado ese numerito.

En un gesto de desesperación ocultó su rostro entre sus manos.

No estaba preparado para eso.

Los meses que había pasado planeando como mataría a L no incluían matar a quien aún consideraba su novio.

Claro que enamorarse de aquel chico tampoco estaba dentro de sus planes. Necesitaba pensar y llegar a una posible solución pero, ¿cómo?

Su mente se debatía entre rendirse y aceptar que tendría que matar a su novio y vivir con la culpa el resto de sus días en su calmada utopía.

Suspiró.

Un paso a la vez.

En ese momento lo principal era lograr que no descubrieran la Death Note de Misa y que ella no lo delatara ni diera ningún tipo de información que pudiera inculparlo.

-¿Light, te encuentras bien?- la voz de su padre lo sacó de sus pensamientos.

Con la desesperación escrita en el rostro miró a su alrededor notando el rostro de preocupación en cada uno de los presentes. Lentamente, sin lograr recuperarse del todo, asintió y tomó asiento en el sillón contrario al que se encontraba Ryusaki.

Ante esa acción, el rostro de Ryusaki se contrajo en una mueca.

-Entonces, Ryusaki y Light son novios, ¿no se suponía que Light salía con la bella señorita Amane?- dijo Matsuda

Todas las miradas se enfocaron en el joven policía. Ese muchacho en verdad no sabía guardar silencio.

-Hay que darles espacio- habló Soichiro sin dejar de mirar a ambos jóvenes- Arrestaremos a Misa Amane y entonces...

-No- interrumpió L- Aún no la arresten- dijo mirando a Light directamente- Una vez que hable con Light les indicaré que es lo que deben hacer. Por el momento váyanse.

Los detectives asintieron y desaparecieron por la puerta principal del apartamento.

Los segundos pasaban y la tensión no menguaba. Ambos jóvenes se miraban directamente pero ninguno se animaba a dar el primer paso y enfrentar la realidad.

-¿Cuándo pensabas decirme que eres L?- fue lo primero que salió de los labios del castaño.

Ryusaki se quedó pensativo por unos segundos sin despegar la mirada del contrario.

-¿Por qué tendría que habértelo dicho?- contraatacó- Hasta donde tengo entendido, tú podrías ser Kira y en ese caso yo me encontraría en una clara desventaja.

Light se sorprendió. Ryusaki estaba analizando todo desde una perspectiva que jamás había pensado y lo estaba acusando, indirectamente, de poder matarlo. Era posible, sí, pero no era algo que él quisiera hacer. Observó con cierta decepción al contrario y notó una expresión fría en sus ojos. Aquel chico ya no era el Ryusaki que conocía, no era más el chico que amaba las cosas dulces y se acurrucaba a su lado cuando veían una película en su apartamento.

No se encontraba frente a su novio. Ya no. Ahora se encontraba frente a L, el famoso detective que quería atraparlo a toda costa.

-No soy Kira- afirmó el joven Yagami con convicción.

-Kira diría eso- respondió el contrario.

-¿Qué debo hacer para que confíes en mí? Aceptas que trabaje contigo pero aun así me consideras un sospechoso- rió de forma sarcástica- ¿No crees que es algo contradictorio?