8

2.3K 216 5
                                    


Maratón (1/3)

Jared.

—¡River!—Grité el nombre del "Bebé Consentido" de mi esposa.

El pulgoso animal tenía ya una semana en esta casa y no lo soporto. Pareciera que tiene un radar en la cola o qué sé yo. El pulgosito, cada vez que Ana Y yo estamos a punto de hacer "Eso" el perro comienza a llorar y a aullar, provocando que Ana vaya corriendo a ver "¿Qué tiene su bebé?" y me olvida.

Nunca había estado tan celoso, ni siquiera por un hombre.

El perro llegó moviendo su cola con alegría y me miró atento.

—¡Te hiciste sobre mis pantuflas!— El condenado perro dio la media vuelta y me dejó con la palabra en la boca.

Voy a matarlo.

Ana es la única que tiene el derecho de hacerme eso y sólo porque no me conviene enojarme o me irá muy mal y tendré que pasar la noche con "Sofá-chan"

Tomé al perro en mis manos, comenzó a gruñirme y a rasguñarme con sus garras y a morderme con los pequeños colmillos. Menos mal que solo es un chachorro, si fuera adulto mínimo me come. Abrí el balcón, le saqué su cama, su agua, su comida y lo dejé afuera.

—¿Quién ganó ahora, Estúpido Pulgoso?—El perro me gruñó a través del cristal, le saqué el dedo del corazón y me fui a limpiar su desastre.

Ana me dijo que lo cuidara...

Lo está cuidando la naturaleza, es lo mismo.

**

Me encontraba viendo TV, es mi día libre, así que aprovecho el máximo para vaguear todo lo que sea posible. Escuché la puerta y a su vez escuché como se abría la puerta del balcón.

Está listo, hoy me quedo sin mimos.

Ana abrió la puerta y me hice el dormido... Espero que funcione.

Sentí como una almohada había impactado con mi cuerpo.

No, no funcionó.

Ella estaba ahí viéndome muy enojada, yo le sonreí y ella simplemente se acostó sobre la cama sin decirme ni una palabra. Decidí ignorarla de la misma manera, siempre soy yo el que queda como el ogro malo y su perro tiene toda su atención.

—¿No me dirás ni "Hola"? — Cubrí mi cabeza con el cobertor para ignorarla.—¡Te estoy hablando!— Mordía el interior de mis mejillas para no reír.—¡Jared!— Comenzó a sacudirme.

—¿Qué?— Me saqué el cobertor y la vi mal— Ve a decirle a tu perrito que te bese y que te diga "Hola"

—¡Deja de estar celoso de River!— Ella me miró con el ceño fruncido— ¡Es solo un perrito!

—¡Un perro al que siempre le das tu atención!—Me posicioné sobre Ana, coloqué ambas manos sobre su cabezas y mis rodillas a ambos lados de sus caderas— Me haces falta, Ana— Pasé descaradamente mi lengua sobre su cuello y sentí como comenzó a temblar.

Sonreí.

—¿A-Acaso crees que d-dejaré de estar m-molesta solo porque te pongas coqueto?— Mi esposa desvió su rostro sonrojado hacia otro lado.

—Uhm— Prácticamente ronroneé sobre su cuello y comencé a deshacer los botones de su camisa—Quizás funcione, será mi nuevo experimento.

Contuvo la respiración cuando comencé a acariciar sus senos sobre su corpiño. Me gusta, puedo hacerlo con ella mil veces pero siempre siento que es la primera vez...

Ana tiene ese cierto efecto en mí, que cada vez que estoy con ella me siento como un muchacho en su primera vez. Tomé con rudeza sus labios, sin aviso y mucho menos sin permiso introduje mi lengua en su cavidad bucal, nuestras lenguas comenzaron a enredarse y a acariciarse.

Dejé sus labios para así quitarle la camiseta de botones junto con el corpiño, arrojé ambas ropas por ahí. Con mis manos logré subir su falda y bajar sus bragas. Adentré una de mis manos en su feminidad para comenzar a acariciarla y con mis labios comencé a besar su cuello y senos.

Sus gemidos y jadeos resonaban por el lugar. Logré escuchar como el perro comenzó a chillar en busca de cariño y me acerqué a los labios de Ana.

—¿No irás con tu perrito?— Ella negó jadeante. Sentí su cuerpo estremecerse y temblar— ¿Ya estás por llegar?

—D-deja de hablar.

Dejé de besarla y alejé mis dedos de su feminidad. Ella me miró expectante. Sin más me levanté de la cama y comencé a desvestirme.

—¡¿Qué estás haciendo?!— Ella me miró muy molesta.

—Voy a bañarme—Me encogí de hombros.

—Pe-pero yo...—¿Quién ríe ahora, nena?

—Tómalo como una venganza por todas las atenciones que le das a tu pulgoso.

Y sin decir más nada me adentré en el baño, dejando a Ana excitada y enojada sobre la cama.

Soltó una maldición.

Nunca se juega con mis sentimientos de niño emocionado.

No.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Decidí aumentar un capítulo más porque las quiero :v

Y sí, Ana. Con Daddy Jared no se juega xDDD


El Mejor Amigo De Mi Tío: Mi Esposo (Book#3)Where stories live. Discover now