Amor adolescente.

Capítulo 7

   Capítulo 7.-Amor adolescente.

 

Los ojos de Alisson se abrieron automáticamente al sentir como algunos rayos de sol se asomaban por las ventana y daban directamente a su rostro.

¡Mierda! Se había quedado dormida en la casa de Evan, y como no hacerlo, si ahora sabía que el mejor lugar para dormir era usando el pecho de Evan como almohada y sus brazos entrelazados a su espalda que le daba esa sensación de paz y tranquilidad, y de sentirse protegida y amada.  

Aún así cruzo los dedos, para que su padre aún no hubiera llegado de su viaje de negocios si no ¿que rayos le diría?

"No te preocupes papi, estaba en la casa de Evan, es que ayer después de hacer el amor con él me quede dormida en su pecho oyendo el latido desenfrenado de su corazón, y bueno lo siento te prometo que sera la ultima vez"

Si como no, si le decía eso tendría que irse preparando para irse a un colegio de monjas, de una vez.

Miro a todos lados pero un brazo le impedía moverse, aún lado de ella estaba Evan completamente dormido y fue entonces cuando todos los recuerdos de la noche pasada se hicieron presentes.

Sonrojada y con una sonrisa, retiró las sabanas y se dispuso a buscar su ropa rápidamente, lo malo de las noches de pasión es que al día siguiente no sabes ni donde queda cada prenda de tu ropa.

Se retiro el sudor de su frente, con la palma de la mano al encontrar la ultima prenda y luego suspiro, miro hacia Evan, aún se encontraba profundamente dormido y no quería molestarlo, parecía un hermoso y tierno bebe indefenso.

Sintió un dolor en todo su cuerpo, pero no le importó no se arrepentiría nunca de estar con él.

Cuando encontró toda su ropa. se cambio inmediatamente, solo rezaba porque no hubiera ninguna vecina chismosa afuera ni mucho menos que ya hubiera llegado su padre o la madre de Evan.

 Cepilló un poco su cabello rebeldemente enmarañado y le fue irresistible darle un beso en la frente a su durmiente novio.

—-Alisson ¿ya te vas? —-le susurro Evan apenas despertando, sus ojos entrecerrados y su cabello desordenado le daban un hermoso aspecto adorable.

—-Si, lo siento de verdad tengo que llegar antes que mi padre se de cuenta...te quiero—-dijo ella saliendo por la puerta y Evan solo sonrió, si, también había recordado los sucesos de la noche pasada.

Con las manos temblorosas abrió las puerta principal de su casa mirando hacía ambos lados, nada por aquí nada por allá.

Casi bailó la macarena de felicidad al percatarse que su padre no había llegado, y suspiro yendo directamente a la cocina. 

En cualquier otro momento se hubiera sentido muy triste y desepcionada de que su padre, le hubiera fallado como siempre diciendo que tal día u hora iba a llegar y no lo hacía, pero ahora ya casi no sentía la ausencia de su padre, Evan se había encargado de llenar ese espacio vació y esa terrible soledad en la vida de la rubia.