NUEVE

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"Él abre su boca,
pero las palabras no le salen.
¿Y si alguna vez
pudieras tener una oportunidad?"

—Yuri.

—Ya te lo dije. ¿Qué si hay más arañas rondando por ahí? Después la culpa la tendré yo por ser quién te alojó y me iré a la cárcel por ser el más sospechoso de tu muerte.

—¿De qué hablas?—Otabek se rascó la nuca como siempre lo hacía, y se detuvo a observar a Yuri con más detenimiento. Su pijama era tan abrigado como una manta enrrollada a su cuerpo, y su cabello estaba todo despeinado.

Simplemente adorable.

—¿Qué pasa si una araña te mata? Por lo menos espera a que te paguen por tocar en aquella fiesta —Yuri puso los ojos en blanco e hizo una seña a su invitado para que lo siguiera por el pasillo a oscuras— Estoy seguro de que te deben pagar mucho dinero...

Yuri ya hablaba más para sí mismo que para Otabek. El pasillo estaba solamente iluminado por la pobre luz que se colaba por las ventanas. Los pasos de Otabek sobre la alfombra era lo único que se escuchaba, y afuera ni siquiera los perros ladraban.

—Si eso es lo que querías saber, Yuri, podrías habérmelo preguntado en la mañana —Bostezó— Tengo frío.

Mierda. Otabek estaba casi desnudo.

Yuri paró en seco y sintió el helado pecho de Otabek chocar contra su espalda sobre la tela del pijama. A veces, uno se olvida de lo que realmente estaba haciendo y termina enredado. Yuri no era la excepción.

—Eh, puedes taparte... —Yuri rio nervioso. Y el hecho de que estuviera todo a oscuras no ayudaba en absoluto—. Tengo un pijama más grande en mi habitación...

Tanteando el camino, Yuri llegó a la puerta de su habitación con Otabek pisándole los talones. La luz le cegó la vista, haciendo que tuviera que entrecerrar sus ojos para que no le molestase. Escuchó a Otabek moverse y volvió a abrir sus ojos, evitando a toda costa observar el cuerpo de su invitado gracias a Victor.

Sabía que Otabek lo estaba mirando. Sabía que no había nadie más que ellos dos.

Y aun así, jamás se había sentido tan observado.

"¿Por qué estoy avergonzado, si él debería ser el avergonzado? Está casi desnudo." Pensó mientras miraba hacia otro lado. Al piso, quizá, buscando otra araña para poder deshacerse de ese campo de visión prohibido y poder dejar de pasar vergüenza. "¿Cómo es que llegué aquí?"

Y aunque fuera todo culpa de Victor y sus ganas de pasar la noche con su prometido, también se golpeó mentalmente por no haberse negado. Y podía decirlo, Otabek le gustaba, pero aquello no estaba siendo sano para su mente.

—¿Te molesto? —Preguntó Otabek confundido—. Puedo devolverme a mi habitación si te acomoda. Y al hotel si quieres. No quiero incomodarte de todos modos.

—No y cállate —Contestó el ruso mirando un punto fijo de la alfombra—. Yo... en realidad...

"En realidad nunca había visto a alguien que estuviera tan bueno como tú, pero no puedo decírtelo."

—Lo siento. Iré a ponerme ropa.

Yuri quería que la tierra le tragara.

—¡No! —Gritó—. Te pasaré uno de mis pijamas. Hazte responsable de lo que quiero.

Otabek alzó una ceja y puso sus brazos alrededor de su torso desnudo—. ¿Y qué es lo que quieres?

Las mejillas de Yuri se tiñeron de un rojo carmesí inevitable. Había cada vez más y más temperatura en el ambiente, que comenzó a sofocarse.

—Quiero dormir contigo.

"Ah, mierda."

♡◇♡◇♡◇

DJ OTABEK ¡! (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora