Consecuencia

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Podía escuchar una suave tonada de fondo, proveniente de su celular mientras se movía lentamente, contemplando las burbujas de la tina que se adherían a su acanelada piel, invitándolo a jugar con ellas. Cerró los ojos un par de segundos, solo para abrirlos con hastió, mirando atentamente el amplio baño mientras llevaba la copa con vino a sus labios, besando el borde antes de darle un pequeño sorbo, sintiendo aquel característico escozor en la garganta, disfrutando del sabor del vino tinto, pensando que prefería el whisky.

Sonrió con ironía, pasando su mano por sus rubios cabellos, terminando el contenido de su copa, la cual dejo a un lado, echando la cabeza hacia atrás, comenzando a ver el techo como si fuera lo más interesante del mundo. Realmente nada importaba en ese momento, por lo que dejó de lado el insistente golpeteo sobre la puerta del baño, tan solo no estaba dispuesto a salir, al menos no por ahora.

—¡Naruto, abre la maldita puerta!

Esa era la voz de Gaara, oh, su precioso Gaara sonaba alterado y preocupado, pero lo dejaría pasar, tal y como lo hizo con Iruka y Haku. Quería estar solo, ¿acaso era muy difícil de entender para ellos? ¿Tenía que hacerles un estúpido dibujo para que finalmente comprendieran que debían largarse y dejarlo tranquilo de una vez por todas? ¿Qué diablos tenía que hacer para conseguir paz en su propia casa?

—¡Naruto, si no abres la puerta soy capaz de derribarla!

Está vez se trataba de Kakashi, por lo que se enderezo en la tina, cogió la botella de vino tinto y volvió a llenar su copa hasta el borde, logrando que las oscuras gotitas resbalaran por su mano mientras se volvía a acomodar con toda la tranquilidad del mundo, cerrando sus ojos. Simplemente los ignoraría hasta que se sintiera mejor, lo cual tomaría horas, pero si seguían molestando con tanta insistencia era capaz de quedarse ahí por tiempo indefinido, era eso o saldría a callarlos…

Suspiró una vez, dos veces y volvió a terminar el contenido de su copa en un solo trago, viendo como las yemas de su mano derecha estaban completamente arrugadas. Farfulló algo que nadie más hubiera sido capaz de entender y finalmente se levantó de la tina y enrollo una toalla alrededor de su cuerpo, comenzando a quitar el exceso de agua, una vez listo tomó de mala gana la ropa que había llevado puesta esa misma mañana, vistiéndose con fastidio.

—Naruto… —su cuerpo se tenso al escuchar esa voz, era la dulce voz de Sasuke, claramente gimoteaba mientras tocaba la puerta con la palma de la mano—. Por favor abre, déjame explicarte… todo fue un malentendido.

Bufó terminando de abotonarse la camisa. ¡Era increíble que no pudiera tomar un baño ni en su propia casa! Lo peor de todo es que tenía que volverse a poner la misma ropa, porque si salía no lo iban a dejar tranquilo, comenzarían a acosarlo y lo último que quería escuchar eran reproches sin sentido. Pensándolo mejor, no podía quedarse así, por lo que enfadado, cogió la botella de vino, la arrojo contra el espejo maldiciendo a todos y salió de ahí, no vio a nadie, simplemente se metió a su armario cerrando con seguro.

Tranquilamente se vistió y arreglo, escuchando los murmullos asustados de todos afuera. Conto hasta diez, se miró en el enorme espejo de cuerpo completo y finalmente caminó hacia la puerta, abriéndola con una mirada molesta, penetrante e intimidante. Gaara, Iruka y Sasuke lo miraban con preocupación, pero en los ojos negros del pequeño doncel pudo ver tristeza, miedo y desesperación. Volvió a suspirar, observando como Kakashi entraba junto a Zabuza, probablemente hablaban enserio con eso de tirar la puerta.

—Necesito paz —espetó fríamente, erizando cada bellito de los presentes, aun así, Sasuke se armo de valor y dio un paso al frente, jugueteando con sus manos y bajando la mirada.

—N-Naruto…

—Ahora no, Sasuke —apretó los puños, viendo como su doncel (si es que todavía lo era) se mordía el labio inferior, bajando la mirada para que no lo viera llorar. Odiaba verlo así, lo amaba más que a nada, pero estaba tan molesto que si lo tenía cerca terminaría diciendo cosas de las que se arrepentiría siempre, por lo que dio media vuelta, y sin decir nada más salió de ahí.

Deseo... amarWhere stories live. Discover now