Tres;

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Era un día normal mientras Matt, Tord y Edd jugaban con autos de juguete en la terraza de la casa del último. El juego era sobre una simple carrera.

– Edd ¿que auto quieres? — se dirigió el narcisista​ su amigo.

– Escogeré el verde.

– ¿Y tú, Tord?

– El azul, ya que no hay rojo.

– Corrección: HABÍA rojo. — dijo Edd— ya que por si no lo recuerdas Tord, la última vez, cuando perdiste, lo lanzaste al infinito y más allá.

– Oh... con razón​ esa mujer empezó a gritarme como cotorra en día de la independencia...

Los otros soltaron una leve risa y siguieron jugando con tranquilidad. Finalmente, el noruego se dió cuenta de algo.

  – Esperen...estamos aquí...tranquilos...sin que nada raro pase...  

  – Oh no. —dijo Edd.

  De la nada salió Tom gritando como si de ello dependiera su propia vida y lo tiró todo.

  – ¡TORD! ¡DAME EL BENDITO AUTO AZUL, QUE TE DESTRUYO EL CUELLO! 

Las aventuras de Tom Ridgewell ✖↪ EddsWorld ↩✖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora