Seis;

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Tom y Edd estaban bailando la música del marcianito como cualquier día de verano normal, hasta que oyeron el sonido de la campana que hipnotiza a los niños, el del carrito de helados. Fueron corriendo a comprar unos.

– Buenos días pequeños —dijo el vendedor— ¿que sabor de helado quieren?

– ¡Helado de Smirnoff! — dijo el de cuencas vacías.

Edd y el vendedor se quedaron perplejos, puesto que ambos sabían que el Smirnoff era una bebida alcohólica.

¿Por qué había dicho eso el estúpido Tom? Resulta que hace poco abrió la nevera de su cocina y encontró una botella que le pertenecía a su padre. Por curiosidad por saber que era, tomó un sorbo. Rápidamente su padre corrió para detenerlo; pero ya era tarde.

– Es rico, ¿qué es? — preguntó el pequeño niño.

– E-es... ¡helado de Smirnoff! Se derritió y lo puse en esa botella.

Regresando al tema, Edd solo compró solo dos helados de chocolate y subió al otro sobre sus hombros, alejándose como alma que lleva el diablo.

Las aventuras de Tom Ridgewell ✖↪ EddsWorld ↩✖Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ