Tom es un niño común y corriente. Sí, común y corriente. ¿Que esperabas? ¿que fuera una princesa mágica de la dimensión de los unicornios rosados?
Él vive tanto aventuras como desventuras, junto con el gran Edd, el divertido Matt y el pinshi Tord.
M...
En la salida de la escuela, Tom estaba buscando cosas en su celular ya que consiguió la contraseña del wi-fi del colegio.
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Hasta que llegó el comunista, el cual lo había invitado nuevamente a su casa.
Al llegar, Tord pateó la puerta y saludó a sus padres de la mejor manera de la que puede saludar un niño.
- HOLA MIS NACOOOS, MIS SUBALTERNOOOOS.
Ellos se alarmaron un poco, ya que si había traumado a Tom con hentai en la mitad de la sala, también se podrían encerrar en la habitación del noruego leyendo las revistas de ese mismo tema; o al menos eso pensaba Paul, porque Patryck creyó que harían ustedes ya saben qué.
¿Y qué mejor manera de prevenirlo que espiarlos?
...
Quizá solo patear al hijo fuera de la casa y gritarle "¡MADURA, IMBÉCIL!" pero bueno, algo es algo.
Ambos niños jugaban con soldaditos de plomo, Tom los amontonaba y Tord les prendía fuego.
- Pues...todo se ve normal. - dijo Paul, ya despreocupado.
- Ya vas a ver, que se lo coge.
- Patryck, cálmate.
- SE LO VA A VIOLAR PAUL, ¡YO LO SÉ!
Tras este grito, Tord fue sorprendido sacando una revista hentai, y Paul se volvió a encabronar, y no fue bonito.
