Capitulo 56

373 27 3
                                    

Narra Lali

Debo admitir que estaba un poco asustada con la historia de amor prohibido de los padres de Peter, que termino en una grandísima tragedia.

"Ambos podríamos terminar igual o peor aún."

Y eso me llenaba de mucho miedo.

-Yo tengo suficiente miedo por ambos, tanto miedo que no necesitas también sentirlo para aumentarlo, pues ya esta en el nivel máximo. -dijo Peter moviendo sus manos con nerviosismo-. Lali, te estoy contando todo esto, porque me di cuenta de algo.... importante. -lo mire con atención-. Nunca en toda mi vida supe lo que es el amor. No conocía la sensación de disfrutar hacer reír o abrirme con alguien, aparte de mi hermano y Máximo. Nunca había sentido tantos nervios hablando con alguien, nunca había sentido esas malditas mariposas rebolotear por mi estomago. No sabía lo que era anhelar tanto un beso o un simple roce, no sabía lo que era ser feliz con un par de palabras, no sabía lo que era sentir un abrazo, no sabía lo grandioso que puede llegar a ser entrelazar mis manos con alguien. Desconocía lo increíble que podía ser enamorarme.
-¿Por qué hablas en pasado?¿Acaso estás enamorado de alguien? -reí burlonamente, pero Peter me miró con expresión seria-. Oh... -suspire.
-Sí -afirmo muy enserio-, de ti... Sé que rompí nuestra promesa pero...

Mi corazón latia desenfrenadamente, tanto que creí que iba a desmayarme ahí mismo.

Y justo en el momento más oportuno;
sono mi movil, interrumpiendonos.

-¿Qué pasa, Gas? -descolgué mirando a un incómodo Peter ponerse de pie y desaparecer entre las paredes de la cueva-. ¿Algo le paso a Euge?
-No, nada. -respondió-. Tu padre esta preguntando mucho por Peter, y estoy seguro que en este momento esta contigo, ¿no es así?
-Aja.
-Dile que venga. Tu padre lo está buscando como un loco. Y además, ¿olvidas que hoy tienes clases en la facultad? Vas a llegar tarde.
-Oh, mierda. -maldeci, me había olvidado completamente de mis estudios-. Ya vamos para allá -colgué.

Narra Peter

Metí la pata hasta el fondo, en definitiva. No debí soltar una bomba como esa, no de esa forma.

Llevábamos apenas dos semanas y unos cuentos días juntos. Y yo ya tenía sentimientos reales. Lo que me hizo cuestionarme a mí mismo. Mis sentimientos hacía Lali no son recientes, llevan mucho tiempo guardados. Solo que no me animé nunca a admitir la verdad porqué tenía miedo y lo sigo teniendo. Pero ya no de la misma forma, no después de que Joaquín me aclarara que no estaba mal amar a una humana.

Sabía por experiencia que no todo el mundo tenía claro sus verdaderos sentimientos tan rápido. Y que quizás como mí yo de antes, Lali siente miedo de lo podría estar sintiendo por mí.

-¡Peter! -llamó y volví a caminar hacia al living-. Tenemos que irnos, llegaré tarde a clases y mi padre esta como loco buscandote. ¡Vámonos!

Dolío que ignorara por completo mi confesion. Pero la entendia, tal vez solo necesitaba tiempo.

(...)

Llegamos al hospital, y Lali inmediatamente pidió a Gas que la llevara en su auto hasta sus clases.

Ni siquiera se molesto en despedirse de mí. Y me obligue a creer que era porque llegaba tarde a la Facultad.

Pero sabía perfectamente que no era eso, podía leer sus pensamientos y como sospechaba; sentía miedo.

-¡Peter, por fin! ¿Dónde te metiste? -pregunto Carlos acercandose a mí.
-Estaba del otro lado, entrenando con mi hermano. -mentí-. ¿Euge, está bien?
-Oh, sí. Esta excelente, le daran de alta mañana. -me informo-. Pero no quería hablar contigo sobre eso. Quería hablarte sobre algo más importante.
-¿Sobre qué? -pregunte.
-Acompañame, por favor.

Caminamos durante unos minutos por el extenso pasillo del hospital hasta que estabamos enfrente de una habitación, que en la parte superior de su puerta decía: "Laboratorio"

Lo que sea que este detrás de la puerta, no tiene pinta de ser nada bueno.

Lo presentía.

Entramos en la habitacion, y de pie junto a una mesa llena de tubos de ensayo, jeringuillas y aparatos que desconocía su nombre. Estaban un par de médicos, Stefano y Pablo.

-¿Qué esta haciendo él aquí? -pregunte señalando a mi ex mejor amigo-. ¿No lo habías despedido?
-Sí, pero lo volví a reinstalar porque necesitamos más guardias para la batalla que se librara, dentro de poco tiempo. -respondió-. Además, todo el mundo merece una segunda oportunidad, ¿no crees?
-Solo estoy aquí para ayudarlos hasta que seamos los vencedores de la batalla. -aclaro Pablo-. Después de eso, desapareceré.

Suspire, rodando los ojos.

-Créeme que si pudiera lo mataría por lo que le hizo a Lali. -hablo esta vez, Stefano-. Pero por desgracia necesitamos toda la ayuda que podamos conseguir para la batalla con los del otro lado.
-Bien, solo por esa razón toleraré su molesta presencia. -me cruce de brazos-. ¿Para qué me trajeron aquí?
-Existen posibilidades de que hallaramos una cura para revertir la "transformación" -conto, Carlos y lo mire con los ojos bien abiertos, eso es imposible-. Se lo que pensarás, pero créeme, tal vez sea posible.
-¿Cómo...?
-Cuando chequeamos a la bebé de la Srt. Suarez, notamos algo extraño en su sangre. -me interrumpió, uno de los medicos-. Entonces, pedimos una autorización para realizarle unos análisis de sangre, sacamos unas cuantas muestras y experimentamos con ella, hasta dar con un especie de antídoto. -explico brevemente-. Pero aun no estamos seguros si funciona.

Apreté ambos puños y fruncí el ceño molesto de que utilizaran a Rufina como conejillo de indias. Apuesto que Euge no estaba ni siquiera enterada.

No se olviden de Comentar y Votar
Espero les guste
Mil gracias por leer 🌈

No Cruces Los LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora