Capitulo 12

1.4K 86 9
                                    


Matthew

Después de que la entrometida de la empleada de Mel nos interrumpiera estaba muy furioso quería gritarle y decirle varias cosas que tenía para ella si hubiera sido alguno de mis empleados ya se estuviera regresando al pueblo de donde salió.

Baje al auto furioso y empapado pero nadie me quitaría el dulce sabor de la morena en mí, me encanta sentirla, verla además de su exquisito olor que me mata, me tiene hecho un lío.

Veo que aparece por la puerta de su casa muy elegante con un toque dulzón un vestido color verde claro unas vans negras y una pequeña cartera a juego ya tenía organizado todo para el viaje a Santa Mónica, como las actividades que realizaríamos, lo lugares que visitaríamos, las puestas de sol que veríamos juntos, lo tenía preparado todo.

Al entrar a la casa de mi abuelo y ver como se sorprendía por la vista que tenía, no era para más tiene la mejor en toda la playa me encanta, aunque se pase por mi cabeza una y otra vez el hecho de que Melodie es a la única mujer a la cual he traído aquí.

Recuerdo muy bien las discusiones que tenía con Charlotte por no traerla a esta casa, y aunque estaba enamorado de ella como nunca lo he estado de nadie nunca le permití entrar a esta casa.

—Me encanta. —susurro ella, más para sí mismo que para mí.

—Es muy hermosa la vista verdad. —la tomó por sorpresa de la cintura.

—Me estas molestando verdad es mucho más que eso. —pasa su brazo por el ángulo de mi mandíbula.

—Bueno que bien que lo notes tiene los mejores recuerdos para mí.

—Matthew debería ir a comprar algo de ropa quiero nadar en el mar esta hermoso. —toma su bolsa y se gira hacia mí.

—No te preocupes por eso todo lo que necesitas está en la habitación del fondo, vamos para que lo veas.

Tenía todo listo para su llegada compre algo de ropa y trajes de baño además de una que otra prenda hot por así decirlo si ella es muy sexy, pero un poco de ayuda no le queda mal a nadie, claro que necesite de mucha ayuda de las personas que vendían en las diferentes tiendas.

— Todo es de mi talla. — pronunció Mel.

Sin nada más que decir sólo quería terminar lo que empecé en su casa quería hacerla mía, quería probar una vez más su piel y que su aroma quedase impregnado en mí.

— En que nos quedamos. —sonreí mientras me apegaba un poco más a su cuerpo.

Me lanzo a sus labios con un solo fin hacerla mía, es tan hermosa me fascina toda ella, ahora sería mía y de nadie más que mía la besaba con pasión, la puse contra la pared para poder tocarla mejor empecé a tocar sus pechos, son tan preciosos y apetecibles que ya podía sentir la firmeza en mi entre pierna paso mi mano por su parte central para acariciarla muy despacio disfrutando cada segundo de este momento.

Ella correspondía a mí como si quisiera que no me detuviera, como si quisiera que aumentará el ritmo, como si quisiera ser mía. Solo con verla podía decir que ella ya era mía su corazón me pertenecía su cuerpo me pertenecía, toda ella era mía.

— Señor...Señor. —escuchó decir a Diego a través de la puerta, mientras la tocaba ligeramente con sus nudillos.

Hay por favor otra vez no debe ser un chiste un maldito chiste, no lo puedo creer, me levanto con irritaci0on de encima de la morena para poder dirigirme hacia la puerta, la morena se burla de mi con una media sonrisa en su rostro.

Amame hasta el final [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora