Capítulo 34

854 55 7
                                    

Melodie.

Después de varias horas en el avión entre besos y caricias de parte de Matthew no había sentido ni una sola, al llegar a París él no me decía nada sobre la sorpresa que tenía preparada para mi todo esto era nuevo en mi vida.

Me tenia muy emocionada al llegar al hotel donde nos quedaríamos por dos días me di cuenta de que la cama estaba llena de rosas, nunca me había puesto atentar que él podría ser de los hombres que hacen cosas románticas por sus novias, no somos exactamente novios pero algo somos o eso creo yo.

— Llegamos me dice tomándome por atrás. — siento su respiración en mi oído y mi cuerpo se estremece.

— Ya lo había notado.— le suspiró mientras me doy la vuelta para alcanzar sus labios.

— Está bien entonces ve a ponerte algo lindo por que saldremos.— no me permite girarme y muerde el lóbulo de mi oreja.

— Y tenemos que salir ya.— me pego más a su cuerpo, espero que entienda la indirecta.

— Si no salimos ya perderemos la reserva que hice en el restaurante.

— Así que mi pequeña pervertida mueve ese trasero y ponte muy mona que hoy es un día especial.— Si había entendido mi indirecta.

— Y sigues con lo de la sorpresa ya dime de una buena vez que es lo que me darás.

— Eso no se dice, quieres arruinar mi gran sorpresa acaso, mira que me ha costado mantenerlo en silencio.

— Ya bueno bueno.— tomó una toalla que estaba encima de una mesita con unos caramelos en forma de corazones.

Entró al baño con la maletita que siempre llevo a todos mi viajes, casi siempre llevo un poco de las fragancias que mama me compro en esta misma ciudad aprovechando el viaje comprare más de esas ya mismo se me terminan y amo el olor que dejan sobre mi piel.

— Pero miren la zorra de Collins, que le vamos a hacer muchachos. — hay estaba De la Cruz con varias personas a su lado mirándome con cara de comerme.

— Que es lo que quieres imbécil no te atrevas a ponerme un dedo encima o te lo partiré en mil pedazos.— gritó con repudio, como se a trepa a ponerme un dedo encima lo mato decía.

— Con que esas tenemos putita barata, vamos a ver quien es la que termina en mil pedazos.— grita el hombre que está adelante de mi.

Se abalanza hacia mi pero alcanzó a estamparle un golpe bajo cae al piso pero no noto a los otros hombres que estaban detrás de mi me sujetan fuertemente como para que no pudiera huir y no le hiciera daño a ninguno de sus otros compañeros De la Cruz impacta su puño contra mi estomago tan fuerte que me hace expulsar sangre de la boca, estaba angustiada pero no podía dejar que me haga daño no podía permitir que me tocará.

No lo había notado antes pero Matthew estaba amordazado en la parte trasera del grupo de gilipollas, logró soltarme de mis opresores y voy directamente donde estaba él lo sujeto del cuello para pegar su cabeza a mi pecho, notó como mis manos están llenas de sangre. Que, empiezo a temblar no puede ser verdad.

— Despierta amor, no me puedes dejarme yo te amo no puedes dejarme sola ahora te nesecito más que nunca. Matthew. — le gritó al cuerpo sin vida de mi prometido. No se nada más y me sumerjo en oscuridad.

— Tranquila cariño estas bien, estas bien aquí estoy. — era Matt retirando los cabellos rebeldes que se soltaron de mi coleta.

— Matthew.— me aferro a el con fuerza no me puede dejar yo lo nesecito.

— Tranquila pequeña no te dejará área nunca a sido solo una pesadilla estoy bien.— toma las lágrimas que se escurren por mis mejillas.

Me toma en brazos y nos sentamos en una silla  del balcón aún me tenia entre brazos pero no podía parar de temblar estaba muy asustada sabía que era un sueño pero yo lo vi tan real estaba en shock. Estaba cubierta por los brazos de mi hombre así que no sentía nada de frío nos quedamos así un buen rato hasta que por fin él rompió el silencio que nos inundaba.

— No voy a dejar que nadie te lastime, te protegere, así sea lo ultimo que haga en esta vida.

— No hables así cariño, te nesecito aqui conmigo.

Al girarme vi el hermoso ocaso que nos regalaba París podía ver claramente la torre Ifel desde nuestra posición, es simplemente hermoso aún en los brazos de Matthew me giro para darle un beso, estaba preocupado lo sabia por la forma en que su mirada se perdía.

— Me iré a poner guapa para irnos a comer si.— antes de que diga nada me separo de sus brazos y entro a la habitación.

Optó por un bastido color ámbar que tiene un escote de corazon acopañado de un tejido en la esplada y unos tacos aguja blancos combinaban perfectamente, me recojo el cabello en una coleta escalonada, la despeino un poco y me rocío perfume de Carolina Herrera, me pongo un poco de corrector en mis ojeras lo acompaño con unas sombras del mismo tono de mi vestido, me colocó labial color carmesí , salgo al balcón para sentarme en las piernas de mi malcriado.

— Estoy lista señor malcriado podemos irnos.— le digo mientras muerdo mi labio.

— Cómo me has llamado.— frunce el señor y posa sus manos sobre mis costillas. Empieza a hacerme cosquillas y no puedo parar de reír.

— Retira lo dicho.— me gruñe.

— Jamás. — digo soltandome de su agarre.

Me alcanza y me apresa en la pared que esta alado del balcón, empieza a jugar con mis pechos no llevaba brazier lo único que los protegía era la fina tela del vestido mete dos de sus dedos en mi humedad una y otra vez antes de llegar al orgasmo para se da media vuelta y entra al baño.

Salgo detrás de él pero me doy cuenta de que le ha puesto el seguro a la puerta.

— Matthew Collins, como se te ocurre hacerme este.

— Lo siento pequeña pero te he dicho miles de veces que no me gusta ese término.

Me siento a esperarlo mientras juego en mi celular al candy crush, pero esto no se queda así esta me las paga decía en mi fuero interior. Tras una larga ducha sale del baño con una toalla enrollada en la cintura tenía mi venganza preparada aunque iba a sufrir yo también por que iban a ver lo que por teoría me pertenece. Estaba demaciado guapo con el cabello revuelto, sus pectorales bien marcados y sus ojos azules color del cielo.

Tocan a la puerta, sabia que era tiempo de poner en marcha mi venganza.

— Podrías abrir la puerta estoy en una partida muy importante.— le muestro el candy crush.

— Que has pedido. — dice de mala gana  mientras va a abrir la puerta, ya lo verás pensé.

Me escabulló por un lado de él sin que me vea, abre la puerta y ahí estaba la empleada con mis frutillas con crema, se queda paralizada al ver a mi hombre frente a ella antes de coger mi pedido le arrancó la toalla a Matthew, instintivamente la empleada baja su mirada hacia algo que no le pertenece y se pone roja como un tomate. Asustado baja detrás de sus toalla, le arrancó mis frutillas de las manos a la empleada y cierro la puerta en menos de un segundo.



Espero que lo disfruten los quiero mucho y dejen sus estrellitas y comenten por fa.

Pueden también compartir la historia por fi así seremos más personitas wais gggg.

Los quiero!!! ♡

Amame hasta el final [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora