Mi Sexy Doctora [EDITANDO]

No Es Lo Que Parece [Editado]

Sofía POV'S

*Dos Semanas Después*

Mi despertador fue el causante de que mi hermoso sueño terminara, en estos días mi varicela ya había mejorado y no había señal alguna de sarpullido.

Está mañana Aide me llevaría a la preparatoria, y con esa ilusión me preparé lo más rápido posible para después bajar a la cocina.

Desayuné lo que se suponía que me tocaba en la dieta y después me acerqué a la puerta para salir de la casa, me proponía a salir de la casa, cuando la voz de mi hermana me detuvo por un momento.

- ¿A donde vas? - Dijo ella

- Iré a la prepa, sólo que me llevará una amiga - Dije mintiendo en la persona que me llevaría.

- Okey, pero que si me entero que no fuiste a la preparatoria, ya no tendrás permiso para esas salidas en mi auto - Dijo Diana

- Okey, por mi esta bien - Respondí

- Te veo más tarde, ahora vete antes de que hagas esperar más a tu amiga o sea más tarde - Comentó mi hermana

- Te veo a la hora de la comida - Dije despidiéndome de ella

Crucé la puerta saliendo de ahí para comenzar a caminar, a los pocos segundos me encontré a una sonriente Aide esperandome estacionada a unos metros de mi casa, subí a su auto y le di un tierno beso en los labios, el cual a pesar de durar poco tiempo fue perfecto.

- Buenos Días Amor - Dije sonriente a la vez que dejaba una ligera caricia en la mejilla de mi novia

- Buenos Días Sofi ¿Nos vamos? - Dijo ella esbozando una sonrisa

- Si - Respondí

Nos fuimos del lugar en dirección a la preparatoria, durante todo el trayecto Aide y yo estuvimos platicando, bromeando e incluso hasta cantando algunas canciones que se reproducían en la radio. Al llegar a la preparatoria, me despedí de mi novia con un lindo y dulce beso para momentos después bajar de su auto.

Me dirigía a donde se encontraban mis amigos, hasta que sentí una mano en mi muñeca, la cual me jaló suavemente y a la vez me hizo voltear a ver quien era la persona responsable.

Me llevé una gran sorpresa al ver que a la persona quien había detenido mi caminar era nada más y nada menos que Gerardo Miller, mi aún novio, el cual estaba acompañado por sus amigos de fútbol americano.

- Hola amore mío ¿Ya te sientes mejor? - Preguntó él amablemente y con notable preocupación

- Si, ya me siento mucho mejor, gracias por preguntar - Respondí amablemente también

Gerardo me tomo de la cintura y me acerco a él, a la vez que me daba un apasionado besó. Al principio no correspondía el besó, pero al final empecé a corresponderlo como solía hacerlo antes de comenzar a sentir algo por otra persona.

Nuestras lenguas empezaron a explorar la boca del otro, todo parecía tan normal como antes, estaba tan atrapada en ese beso pero unos pequeños sollozos hicieron que saliera de ese trance.

Me separé bruscamente de Gerardo para poder mirar a la persona responsable de aquellos sollozos.

Podía reconocer a la perfección ese cabello ondulado de color castaño con algunas mechas rubias.

Era capaz de recordar más que mejor esos ojos marrones que me hipnotizaban y que en ese momento se encontraban totalmente cristalizados cubiertos de lágrimas y en ese momento mi corazón apretó causando un dolor que me destrozada el alma.